Entrevista a Jorge Altamira. "Diario Uno", Santa Fe
-¿Qué perspectivas tiene en cuanto a las elecciones 2011?
-Las perspectivas electorales para nosotros se han modificado con la formación del Frente de Izquierda, porque permite pasar de un trabajo general de propaganda a la instalación de una alternativa política unificada, en especial cuando la disgregación de los partidos que funcionan como representación popular del capitalismo se acentúa de día en día. Con independencia de lo que digan las encuestas sobre la figura de la Presidenta, es ostensible la crisis del armado oficial. Argentina enfrenta una crisis de régimen político, en momentos en que se acentúan las contradicciones de la economía y la penuria popular. La aceleración de la crisis capitalista mundial agudiza el impasse económico y político del país.
-¿Cómo se llegó a armar un conglomerado de izquierda?
-La formación del Frente de Izquierda fue sorprendentemente rápida, lo cual se explica por el avance previo de la izquierda en las luchas y en la organización de la clase obrera y de la juventud, lo que literalmente forzó a una unidad que, de lo contrario, podría disipar las conquistas logradas. Esta inserción se manifiesta en tres grandes frentes: la amplitud que ha alcanzado la lucha por el juicio y castigo a todos los responsables por el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra; el desarrollo de las luchas sindicales que chocan con la burocracia sindical; el liderazgo del Partido Obrero en la juventud, como lo testimonia su desarrollo sostenido en los medios universitarios y entre el estudiantado secundario. Otro aspecto es la crisis capitalista mundial, que en nuestra caracterización es portadora de grandes movimientos populares y de un derrumbe de los regímenes políticos responsables de ella.
-¿Qué rescata del actual gobierno nacional?
-Dadas las pretensiones que esgrime el gobierno nacional como hacedor de grandes logros y portador de un proyecto emancipador, lo esencial es destacar su impostura. Reivindica una condición nacional cuando entrega el petróleo y la minería, convierte al país en un desierto sojero, paga la deuda fraudulenta con dinero de los jubilados y del Banco Central, mantiene la privatización de servicios del menemismo a fuerza de subsidios y expande el trabajo precario y en negro. La Presidenta acaba de condenar la esforzada huelga de los petroleros del sur, mientras su gobierno autorizaba la expatriación de ganancias de Repsol-YPF en beneficio de los accionistas españoles y de los capitalistas K (grupo Petersen), los cuales reducen, al mismo tiempo, las reservas comprobadas y la producción para presionar a un alza de precios y tarifas.
-¿Cuál es la mayor deuda del gobierno nacional?
-La mayor hipoteca que deja el gobierno es el alto nivel de la pobreza y la precariedad (superexplotación) laboral. El crimen contra Mariano Ferreyra fue motivado por la defensa del régimen de tercerizaciones, que está desarrollado en cerca de la mitad del mundo laboral. Otra hipoteca no menor es haber transferido la deuda usuraria con el exterior a las cuentas de la Anses, el organismo que debe cuidar el dinero de los jubilados. Por último, rechazar el 82% y mantener al 80% de los jubilados en el mínimo de 1.400/1.600 pesos.
-¿Cuál es su propuesta en relación a retenciones agrarias?
-La cuestión agraria no se refiere a las retenciones a las exportaciones, sino a la expansión latifundiaria de la soja, a la correspondiente malversación de tierras fiscales, expulsión de campesinos y sobreexplotación del obrero agrícola y su familia; al control de la producción agraria por el capital financiero internacional y el consecuente retiro de ganancias del país; a la dependencia extrema de la producción de los grandes monopolios semilleros y genéticos; a la renta extraordinaria del puñado de companías exportadoras y a la infravaluación fiscal de la hectárea de tierra -apenas la 60ava parte del valor de mercado. Las retenciones se justifican si sirven para industrializar la producción agraria, cuando esos ingresos se usan hoy para pagar deuda usuraria. La renta proveniente de un monopolio estatal soberano del comercio exterior sería la herramienta para una intensa industrialización del campo que no debe redundar en superganancias capitalistas, sino en la mejora social de los trabajadores y en la creación de un fondo de infraestructura y de industrialización de carácter público y bajo control de los trabajadores.
-¿Cuál es su propuesta para reducir la inflación?
-La inflación es un fenómeno internacional en los países emergentes en especial, como consecuencia de la devaluación deliberada del dólar para rescatar al capital norteamericano. Este proceso especulativo solamente puede ser frenado en sus efectos por medio de un control público del proceso financiero, o sea la nacionalización de los bancos, cuyas ganancias se originan en la especulación y no en el crédito a la producción y el fortalecimiento de la industrialización. El gobierno actual alimenta la inflación al acumular deuda con los bancos (120 mil millones de pesos), a una tasa enorme (15%), lo que deteriora a la moneda nacional.
-¿Qué importancia le da a las nuevas tecnologías (como Twitter) en el marco de la comunicación con la ciudadanía?
-La tecnología tiene una importancia enorme, en particular porque acelera la concentración de capitales, o sea el monopolio: hay un proceso de fusiones en Internet que compromete el libre manejo de la informática por los ciudadanos y provoca su encarecimiento. El gobierno ha pactado el ingreso de los pulpos de la telefonía en la televisión, con el pretexto de la disputa de Clarín. Nuestra propuesta: nacionalizar las telecomunicaciones y repartir los medios audiovisuales entre las organizaciones de la cultura, sociales, sindicales y de todo orden, respetando la pluralidad ideológica dentro de ellas.
-¿Por qué a la izquierda le cuesta lograr un mayor caudal electoral?
-Las elecciones son una competencia capitalista, no una democrática. Macri acaba de ‘bajarse' de la carrera presidencial alegando que no podía reunir los cien millones de pesos mínimos que suponía ese emprendimiento. Más allá de eso, es necesario un mayor desarrollo de la conciencia socialista del pueblo, lo que es combatido por las burocracias sindicales, los diversos cleros y el sistema de educación y de comunicación. Pero el régimen que sostiene ese freno ha entrado en crisis, como lo señala la crisis mundial que se manifiesta en la crisis de todos los aparatos mencionados.
-¿Cuál es su postura con respecto al aborto?
-El aborto no es nunca una salida deseada por la mujer y la pareja; es la consecuencia de las penurias que provoca un régimen social. Es también la consecuencia del sabotaje oficial y del clero a los métodos anticonceptivos. El derecho al aborto y su atención pública es defender una opción última para la mujer, un recurso para defender su derecho a la vida.
-¿Qué resultados avisora para las elecciones primarias santafesinas (22 de mayo)?
-Las internas santafesinas tendrán un resultado confuso, porque impondrán unas camarillas contra otras, las que seguirán defendiendo sus privilegios y prerrogativas. No son el desenlace de un debate programático con participación plena de los afiliados a los partidos. Una derrota del candidato de Binner pondría fin a las aspiraciones de éste a una vicepresidencia (aunque nunca se sabe). Lo interesante de la interna pejotista es el silencio de sus protagonistas respecto de la 125, o sea que han hecho las paces con los grandes intereses cerealeros de la provincia. El Frente de Izquierda está representado por el Partido Obrero, que avanzará en todas las zonas industriales de Santa Fe.
-¿Sugiere alguna alternativa en cuanto a la coparticipación?
-Mientras el Estado nacional se encuentre esclavizado al pago de la deuda usuraria, los derechos fiscales de las provincias seguirán pisoteados y ello servirá para justificar el endeudamiento de los gobiernos provinciales. Proponemos poner fin al pago de esa deuda, que sirve para rescatar capitales quebrados en las metrópolis y de ningún modo sirve para acercar el crédito internacional al país y distribuir el ciento por ciento del ahorro correspondiente a los gastos sociales de las provincias y los municipios.
-¿Cuál es su mirada acerca de las centrales sindicales obreras actuales (CTA y CGT)?
-No son verdaderas organizaciones obreras, esto porque están controladas por burocracias al servicio de los gobiernos capitalistas y ellas mismas, cada vez más, convertidas en empresarios. Luchamos por la expulsión de la burocracia de los sindicatos. Reclamamos la anulación de la ley de asociaciones profesionales y el cese de la injerencia de los ministerios de Trabajo en los sindicatos. La burocracia ha dividido a la centrales sindicales -tanto la CGT como la CTA. Luchamos por la democracia sindical y la independencia de los sindicatos del Estado.