jueves, 5 de noviembre de 2015

Kristóbal López postergó un mes el cierre de Paraná Metal

La patronal kirchnerista de Cristóbal López postergó para después de las elecciones el cierre y despido de los 150 trabajadores que aún quedan en la planta de Paraná Metal.
 
Es una maniobra política que busca encubrir frente a la clase obrera los planes ajustadores de Scioli, y extorsionar a los trabajadores para que lo voten contra el "derechista" Macri.
 
El cierre definitivo de Paraná Metal y el despido de todos los obreros sería un nuevo mazazo a los metalúrgicos de Villa Constitución y a todo el pueblo.
 
Los delegados de Paraná Metal informaron en el último congreso de la UOM "que tenían pedidos de producción de diversos sectores y que aunque era una producción variable les daba cierta continuidad".
 
Plantearon "la defensa de los puestos de trabajo" y que "frente a la crisis el Estado debería hacerse cargo para su reconversión industrial".
 
Sin embargo, el congreso solamente resolvió acompañar a los trabajadores de Paraná Metal en el horario de ingreso en el último día de trabajo.
 
La postergación del cierre por un mes más (sería para el 1º de diciembre) vuelve a dar la oportunidad de realizar una fuerte campaña contra el cierre.
 
La directiva de la UOM Villa tiene la responsabilidad de organizar un plan de lucha de toda la seccional y la movilización popular en defensa de los puestos de trabajo.
 
Este camino supondría, además, reforzar la organización del movimiento obrero frente a los planes de ajustes de Scioli y Macri que preparan tarifazos, la devaluación y el endeudamiento del país.
 
La lucha contra los ajustadores tiene en la defensa de los puestos de trabajo de Paraná Metal un eje regional y provincial de primer orden.
 

Declaración del Partido Obrero ante el balotaje

Por qué llamamos a votar en blanco

Argentina ha sido sacudida por un viraje político del electorado, que tuvo mucho de imprevisto, en las horas previas a la jornada del domingo 25. Repitió, en forma contradictoria, lo ocurrido en las elecciones locales de la ciudad de Buenos Aires, cuando la lista encabezada por Martín Lousteau recogió un súbito aluvión de votos, aunque en esa ocasión motivado por el afán de derrotar a los candidatos de Mauricio Macri.
 
El domingo 25, el peronismo perdió la gobernación de la provincia de Buenos Aires a manos de una fuerza política que se define así misma como de "centroderecha". El terremoto electoral no sólo se llevó puesto al nefasto Hannibal Fernández; los "barones del conurbano", que representaban el mayor sistema punteril del país, cayeron como castillos de naipes frente a candidatos improvisados.
 
Como consecuencia del derrumbe del oficialismo existe la posibilidad de que Macri, en la segunda vuelta, alcance la presidencia de la Nación. Un representante político de la derecha y de un grupo empresario que hizo su fortuna con la dictadura ha quedado a las puertas de la Casa Rosada. En la geografía política de Argentina, sería secundado por los gobiernos de la Ciudad y las provincias de Buenos Aires, Mendoza, Jujuy e incluso Córdoba -en la cual obtuvo arriba del cincuenta por ciento de los votos.
 
No debería sorprender que estos acontecimientos hayan desatado una enorme deliberación política, que se procesa en las fábricas, en las escuelas y en los barrios. El Partido Obrero toma en cuenta esta situación y aporta sus posiciones políticas al debate y a las decisiones que habrá que tomar el 22 de noviembre.
 
Scioli, Macri
Contrariamente a lo que indican los prejuicios interesados, el Partido Obrero defiende la tradición teórica y política del movimiento obrero clasista, que hace una distinción de jerarquías entre las expresiones políticas de la clase capitalista. Por ejemplo, entre democracia y dictadura y entre diferentes gobiernos democráticos y también diferentes clases de dictaduras. Sin comprometer nunca la independencia política del movimiento obrero combativo, hemos apoyado a "los enemigos de nuestros enemigos" en innumerables ocasiones, esto siempre con el propósito de restringir la capacidad de acción del enemigo principal y ampliar la de pueblo trabajador. En momentos críticos, por ejemplo, hemos llamado a votar por Evo Morales, en 2005, luego de grandes insurrecciones indígenas, o por Lula, en 1989, contra Collor de Mello, el representante de la oligarquía de Brasil.
 
Scioli y Macri, sin embargo, no representan principios políticos diferentes, no digamos ya antagónicos. Son los candidatos alternativos de la clase capitalista, nacional e internacional, para imponer una salida a la crisis de Argentina contraria a los trabajadores. Verdugos reconocidos del pueblo se encuentran en uno y otro campo: Berni, Casal, Hannibal Fernández; del otro lado, la Metropolitana, Montenegro, "Fino" Palacios. Unos patrocinan el Proyecto X para infiltrar de espías los movimientos populares, y mandan la Gendarmería contra los obreros en lucha; los otros reprimen en forma salvaje en el Borda para imponer un negociado inmobiliario en sus terrenos. Han sido socios comerciales en el reparto de la especulación con el suelo urbano y en el negocio del juego a gran escala.
 
No hay, en la segunda vuelta de la ronda actual de elecciones, un enemigo del enemigo del pueblo; en ambos lados del mostrador hay un único bloque enemigo, separados por diferencias internas de la clase capitalista y como expresiones de etapas distintas del proceso político. Tanto el diario oficialista BAE como el opositor La Nacióncoincidieron en informar que, hasta el 25 de octubre, la mayoría de la cúpula empresarial estaba encolumnada en el apoyo a Scioli.
 
Durante la campaña electoral los emisarios de Scioli, Massa y Macri recalaron en Estados Unidos para negociar los términos de un acuerdo con los fondos buitre, y un nuevo endeudamiento internacional con el capital financiero. Ambos han destruido la salud y la educación estatal; ambos han contraído empréstitos, en Provincia y Ciudad, a tasas de interés usurarias que pagará el pueblo. Scioli y Macri han impulsado un fenomenal ajuste en sus distritos, subejecutando obras de interés popular y agravando el peso de los impuestos inmobiliarios.
 
Quiebra del kirchnerismo
El ascenso de la derecha es producto de la bancarrota del kirchnerismo "nacional y popular" de Chevron, Barrick, Cristóbal López y los bancos que se la llevaron con pala. Macri vuelve a ascender como consecuencia del fracaso pseudo progresista y pseudo nacional. La primera vez luego del gobierno de Cromañón Ibarra. ¿Qué diferencia de orientación pueden tener candidatos cuyos gabinetes cuentan con la presencia de ex directores del Banco de Inglaterra, como Mario Blejer (Scioli), o del JP Morgan, como Prat Gay (Macri)? La necesidad del recambio político, que primero se expresó con el rechazo electoral a una nueva reelección de CFK, es una consecuencia más o menos directa de la cesación de pagos en que se encuentra Argentina y de la paralización de la economía. Esta cesación de pagos es el resultado del vaciamiento financiero al que fue sometido el país, bajo el eufemismo del "desendeudamiento" que elogian los K, Massa (fue jefe de Gabinete K) y Macri. Scioli y Macri disputan la dirección de una política de ajuste y devaluaciones que rescate al capital de la bancarrota presente, y le haga pagar su costo a los trabajadores.
 
No sorprende, en estas condiciones, que el oficialismo se encuentre cavando su propia tumba con enfrentamientos cada vez mayores, en especial provocados desde la Casa Rosada. La fórmula bicéfala Scioli-Zannini hace agua mucho antes de avizorar una hipotética llegada al gobierno. El kirchnerismo denuncia a Scioli de ser responsable de "la destrucción de la provincia" (Bonafini). Carta Abierta y otros agrupamientos de la izquierda kirchnerista han caracterizado a Scioli como representante de los "intereses concentrados". Con este panorama ningún apoyo de último momento podría salvar a quien es considerado un enemigo por sus propios socios políticos. Subirse a una nave averiada sólo podría aumentar el número de damnificados de un naufragio.
 
Se cierra un periodo de nacionalismo burgués de cuarta categoría, que al igual que sus antecesores es el responsable del ascenso de fuerzas políticas reaccionarias. Esto ocurre a la escala de toda América latina -desde el ajuste del gobierno PT-PMDB-evangelistas en Brasil; el ajuste de Correa en Ecuador y el desquicio económico de Maduro en Venezuela. Es necesario construir una izquierda autónoma y combativa en toda América latina.
 
El ballotage ha puesto al desnudo la inviabilidad del Frente Renovador de Massa, árbitro electoral de la contienda, cuya cúpula se ha dividido entre los dos campos en disputa e incluso el voto en blanco.
 
Si Macri llegara a recoger la mayor parte de los votos del Frente Renovador arribaría al gobierno en la cresta de un aluvión electoral que no comulga políticamente con el macrismo (del peronismo que boicoteó a Hannibal Fernández, del rejunte que encabezó Massa y hasta de una parte del "progresismo"). El macrismo sería, además, una ultra minoría parlamentaria. Esta base precaria explotará apenas se lance el ajuste de fondo.
 
Nuestra política
El Partido Obrero y el Frente de Izquierda llamamos a votar en blanco en función de las perspectivas que emergen de este desenlace electoral. De ningún modo es una diferenciación en abstracto, mucho menos una autoproclamación. Nos delimitamos de un régimen político y social hostil al desenvolvimiento de la clase trabajadora y de las fuerzas políticas empeñadas en una salida antiobrera a la bancarrota económica, política y moral de la que ellas mismas son responsables. No hay un choque de principios, por parcial o restringido que sea, entre Scioli y Macri, sino una comunidad de principios de cara a una nueva manifestación de bancarrota capitalista en Argentina.
 
La inmensa mayoría del pueblo trabajador se dividirá, en tres semanas, entre votantes a uno u otro candidato del sistema. El llamado al voto en blanco es una tentativa de hacer prevalecer la unidad de los trabajadores frente a la política capitalista. Los que le reclaman a la izquierda que llame a votar a uno de sus enemigos, pretenden que nos sumemos a la división de la clase obrera, la juventud y el conjunto del mundo del trabajo detrás de intereses antiobreros.
 
Los términos de esta declaración delimitan el voto en blanco del Partido Obrero del voto en blanco de dirigentes del arco centroizquierdista y massista, que no trascienden el pronunciamiento personal y no establecen una delimitación de principios con los candidatos del ballotage. El centroizquierdismo ha participado junto al macrismo en todo el ciclo electoral de este año, en diferentes provincias.
 
El Partido Obrero llama la atención sobre las tendencias contradictorias del electorado, que son también un reflejo de la desorientación de la clase dominante. El voto a Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires, en julio pasado, tuvo que ver con la misma base social que se ha corrido ahora al voto al macrismo. Pero si Lousteau hubiera derrotado a Rodríguez Larreta, ello hubiera puesto fin a la carrera presidencial de Macri, abriéndole paso a una victoria de Scioli en la elección general. ¡O sea que quienes estuvieron a punto de voltear a Macri en julio, lo han llevado ahora al ballotage! El endiosamiento del electorado, propio del palabrerío constitucionalista, es incapaz de dar cuenta de las fuertes contradicciones que sacuden al país.
 
El 22 de noviembre solamente tendrá lugar la definición constitucional de la titularidad del próximo gobierno. No definirá la salida a la crisis económica y política presente. Esa salida será decidida, por un lado, en el marco de una crisis mundial cada vez más aguda; de la anarquía del capitalismo y el mercado y del choque de fuerzas capitalistas rivales, principalmente internacionales; y por otro lado, por la lucha de los trabajadores para que la crisis capitalista la pague el capital y no el trabajo. Que la crisis la paguen los capitalistas significa una reorganización social sobre nuevas bases y un gobierno de los trabajadores.
 
¡Por una alternativa obrera y socialista!
 
1 de noviembre de 2015

jueves, 29 de octubre de 2015

El balotaje parió una crisis política

28 de octubre de 2015 | #1387 | Por Gabriel Solano
Foto: Ignacio Smith
 
Aunque Daniel Scioli obtuvo el primer lugar en las elecciones generales, el oficialismo recibió una derrota política de envergadura, que alcanza a todas sus fracciones por igual. No sólo no ganó en primera vuelta, además deberá ir al balotaje habiendo obtenido una diferencia mínima sobre Macri, muy inferior a la lograda en las Paso. El plan para llegar al 40% elaborado por Scioli salió exactamente al revés: esperaban sumar votos entre quienes no habían concurrido a las urnas en las Paso y recuperar puntos en Córdoba. Pero los nuevos votos fueron en masa a Macri y en Córdoba el candidato del PRO logró el 53%, aplastando literalmente al PJ. 
 
La madre de todas las batallas
 
Lo más importante, sin embargo, ocurrió en la provincia de Buenos Aires. El triunfo de Vidal sobre Aníbal Fernández es un golpe demoledor a todas las fracciones oficialistas. Golpea a Scioli, que gobierna hoy el principal distrito del país. Pero también a La Cámpora, que preveía recluirse en un gobierno de Fernández para armar un operativo retorno de CFK en 2019. Ese sueño se transformó ahora en una pesadilla, pues la camarilla kirchnerista ha quedado recluida a Santa Cruz, y eso sólo gracias al recurso fraudulento de la ley de lemas. 
 
La candidatura del actual jefe de Gabinete fue una señal lacerante para el electorado, que se volcó en masa contra la pretensión de que el patotero de la Casa Rosada fuese consagrado gobernador. El operativo fue dirigido por el Vaticano, que llamó a votar en su contra identificándolo como responsable del crecimiento del narcotráfico en la provincia. Hay informes que dan cuenta que desde los púlpitos de las iglesias se convocó a votar contra Aníbal Fernández. El kirchnerismo fue incapaz de responder a esta ofensiva del Vaticano, por el simple motivo de que era comandada por el nuevo amigo de CFK, el papa Francisco. Otro tanto ocurrió con Scioli, que nombraba al Papa en todos sus discursos. 
 
La derrota de Aníbal Fernández resulta inseparable de la debacle de los llamados “barones del conurbano” y más en general, pone en evidencia el estado de descomposición avanzada del peronismo. Este fenónemo no se limitó a la provincia de Buenos Aires, como lo prueba la derrota de Eduardo Fellner en Jujuy, presidente nacional del PJ, o el paupérrimo resultado obtenido en Córdoba o el retroceso electoral en Tucumán, precedido por la movilización popular contra el fraude de Alperovich.
 
Bancarrota económica
 
El repudio a la candidatura de Fernández se enlazó con las consecuencias de la bancarrota económica actual. En la provincia, el interior agrario votó en masa por Macri porque fue quien más a fondo presentó una propuesta devaluatoria, de eliminación de las retenciones y levantamientos del cepo cambiario. La casi totalidad de las intendencias del interior bonaerense pasaron a manos de Cambiemos. Pero el 53% de Córdoba no puede entenderse por fuera de la presión del capital agrario y de sectores de la burguesía industrial que hacen suyo también ese programa. Incluso en la Ciudad de Buenos Aires, el macrismo logró una recomposición electoral importante al superar el 50% de los votos: la clase media porteña sufre el impasse de una situación económica que ha paralizado la construcción e incluso la compra y venta de propiedades. 
 
La suba generalizada de las bolsas y de los títulos de la deuda pública durante el lunes 26 indica que el gran capital vio en el resultado electoral un triunfo propio. Aunque Scioli había mandado a Urtubey a Estados Unidos a plantear su disposición a negociar con los fondos buitre, o mediante Miguel Bein había anticipado un generoso proyecto de blanqueo de capitales, el triunfo de Macri plantea la posibilidad de un desarme completo de la economía regulada del kirchnerismo. El ajuste “gradual” de Scioli entrañaba el peligro de no cambiar nada. La envergadura de la crisis podía devenir en parálisis. 
 
“Renovación política”
 
El macrismo explotó todas las contradicciones y debilidades del kirchnerismo. A Aníbal Fernández y a los “barones del conurbano” les opuso un planteo de renovación política, con un sesgo de tipo generacional o de la antipolítica. Con un chef famoso en Quilmes y un periodista conocido en Tres de Febrero logró derrotar a los dos intendentes que formaban parte del aparato de la UOM. En Mar del Plata se valió de un elemento derechista que se ufana de no usar celular. Este planteo de renovación y antipolítica, que elude cualquier modificación del régimen social vigente, ha mostrado su característica contrarrevolucionaria, puesto que es asimilable por la derecha para llevar adelante sus propios propósitos políticos. Para la izquierda se trata de una advertencia importante, sobre todo para aquella que busca progresar, no sobre la base de la lucha de clases, sino del marketing político “renovador”.
 
Que la derecha pueda explotar una línea democratizante contra un gobierno que se jacta de “nacional y popular” muestra las limitaciones insalvables del nacionalismo capitalista, que concluye en engendros bonapartistas en favor de camarillas parasitarias, y en medidas represivas y antidemocráticas. Antes de que Scioli anunciara su gabinete con Blejer o Berni, el gobierno “nac & pop” empleó al mismo Berni contra las luchas obreras, mientras recolonizaba YPF de la mano de Chevron. El último antecedente político de los “nac & pop” ha sido el fraude tucumano, que hizo empalidecer al de la “década infame”. Esa crisis sólo fue sofocada con el concurso de Macri y sus socios políticos, que llamaron a cerrarla en nombre de la “gobernabilidad”. 
 
Crisis de fondo y pronóstico
 
El resultado electoral ha dejado abierta una crisis de fondo, que obligará a nuevos e improvisados desplazamientos políticos. La carrera del balotaje lo tiene ahora como favorito a Macri, después de haber logrado un virtual empate y de ganar la provincia de Buenos Aires. Scioli no tendrá el apoyo del aparato justicialista, ya sea por los que ganaron y salvaron su ropa, o por los que perdieron y deben buscar otro rumbo. Macri buscará pactar por abajo con los punteros pejotistas, lo que demostrará enseguida la impostura de su planteo “renovador”. Ya en la Ciudad ha comprado llave en mano la estructura punteril de las villas, que en el pasado sirvió al PJ y también al “progresista” Ibarra. En la previa, Macri ya había buscado el apoyo de la burocracia sindical, anudando acuerdos con Moyano. Dos días antes de las elecciones se realizó una reunión para reunificar la CGT, donde quedó excluida el ala más sciolista de la burocracia (Caló y Pignanelli). Macri y Scioli ya anticiparon que defenderán el “modelo” sindical y prometieron apoyo para “enfrentar a los zurdos” en los sindicatos.
 
La transición política a la que asistimos se sigue alimentando de la crisis final del peronismo, pero es comandada claramente por la derecha, que busca improvisar una nueva estructura de gobierno. De cara al ajuste de envergadura que preparan, esa improvisación puede arrojar un resultado incierto. 
 
La votación del Frente de Izquierda
 
El resultado electoral del Frente de Izquierda ha sido condicionado por todos estos factores. Ya en las Paso habíamos señalado que el proceso político estaba monopolizado por los candidatos del ajuste, que habían recibido el 95% de los votos. En esa oportunidad señalamos que encarábamos una lucha defensiva, que requería de una plataforma de los trabajadores frente al ajuste en marcha. Las posibilidades electorales nos permitían aspirar a pelear por algunas bancas parlamentarias, para lo cual se requería un crecimiento importante de votos.
 
La campaña del Partido Obrero estuvo determinada por esa orientación de fondo. Hicimos una fuerte agitación mostrando que la votación al Frente de Izquierda y la conquista de bancas parlamentarias eran un recurso de los trabajadores para enfrentar el ajuste en marcha y el que se prepara. Advertimos sobre la experiencia de Brasil, donde Dilma Rousseff encaró una campaña requiriendo el voto contra el ajuste para -luego de ganar- ser ella quien lo aplicara. Desarrollamos un programa por un salario mínimo igual a la canasta familiar, el 82% móvil, la lucha contra la precariedad laboral y el impuesto al salario, como una forma de blindar a los trabajadores. 
 
Los casi 800.000 votos recibidos en la categoría de presidente, que se extienden a casi 1 millón para diputados, son un recuento de fuerzas para encarar una nueva etapa. Es cierto que no representan un crecimiento en relación con las Paso -al menos en la categoría presidencial-, pero a la vez marcan una línea de resistencia que no logró armar el centroizquierdismo de Stolbizer, barrido del mapa por el crecimiento del PRO. El ingreso de Néstor Pitrola como diputado nacional ha sido resultado de una dura batalla, porque se dio en un cuadro de fuerte disputa por la gobernación de la provincia de Buenos Aires. La votación alcanzada es un fuerte punto de apoyo para la intervención política de la izquierda revolucionaria en una nueva fase de la lucha de clases, y de una transición política que está marcada fundamentalmente por la crisis del peronismo.
 
Hacia el balotaje, la campaña por el voto en blanco no sólo es una obligación principista del Frente de Izquierda. También es la oportunidad para profundizar una lucha para separar a los trabajadores de los candidatos capitalistas, preparando los acontecimientos que se avecinan. Por eso será importante desarrollarla muy especialmente en los lugares de trabajo y de estudio, para fortalecer el reclutamiento y la organización de trabajadores y luchadores detrás del Frente de Izquierda. 

Los comicios en Santa Fe

29 de octubre de 2015 | #1387 | Por Damián Blanco

Esta vez en Santa Fe, a diferencia de las Paso, Macri ganó la categoría presidencial con una ligera ventaja sobre Scioli. Es la segunda elección en el año que gana el PRO en Santa Fe (antes, las Paso provinciales).
 
El derrumbe del Frente Progresista, su crisis y su liquidación como fracción política nacional es el punto de partida de estas sucesivas elecciones del macrismo en la provincia. La provincia está devastada por los asesinatos impunes y el gran delito organizado a partir del Estado y la policía. El gobierno responde con "planes de seguridad", con la policía federal en los barrios y el reclamo de gendarmes. Prosigue el desangre de la industria con despidos, suspensiones y retiros voluntarios. Igualmente la amenaza del recorte a los salarios de estatales y docentes, frente a la crisis de la caja de jubilaciones. Este programa de refuerzo de los aparatos policiales descompuestos y de ataque directo sobre las condiciones de vida de los santafesinos derrumba cualquier divisoria entre el progresismo y el PRO.
 
La votación del macrismo santafesino se nutrió del Frente Progresista, pero también de peronistas como el inundador Reutemann, que se aseguró un lugar en el Senado nacional. Esta misma empresa es la que el PRO intentó llevar adelante en la elección provincial y lo dejó a tiro de ganar la gobernación. Sólo el instinto de conservación del Frente Progresista y, hasta ese momento, una cierta incertidumbre sobre la viabilidad del macrismo, les permitió retener la provincia.
 
Pero en esta elección, el Frente Progresista iba con "boleta corta" y dejó la rienda suelta en la categoría presidencial, ya que en lugar de impulsar el voto a Stolbizer, repartían tijeras para el corte. El radicalismo se dividió a la mitad en apoyo a Macri.
 
El Frente Progresista salió nuevamente cuarto, confirmando el derrumbe de las elecciones anteriores. Binner se quedó fuera del Senado y sólo lograron un diputado nacional. El problema es que este diputado nacional que encabezaba la boleta y que ingresará por el Frente Progresista es un radical (Marcucci) que llamó a votar abiertamente a Macri. En diciembre, el Frente de Izquierda quedará con una mayor representación parlamentaria en el Congreso que el Partido Socialista.
 
Frente al balotaje, el actual gobernador Bonfatti había anunciado su "voto no positivo" a la derecha macrista. Ahora, esperará a los carriles orgánicos del Partido Socialista para decidir a quién votar. Los radicales están con Macri, más a fondo que nunca.
 
Esta votación del Frente de Izquierda, por sobre todo, reafirma la conquista de un campo político a la izquierda del Frente Progresista en el transcurso de su derrumbe. Un campo político que se manifestó con altos y bajos en el recorrido de todo el año electoral y que tuvo al Frente de Izquierda como su constructor a partir del desenvolvimiento de un programa para la provincia de Santa Fe.
 
La crisis, los cimbronazos que se aproximan en el país y los planes de ajuste a los cuales están comprometidos ambos candidatos que van al balotaje, encontrarán en la provincia un gobierno que deberá afrontar esta etapa en su punto más alto de crisis y desgaste frente a los trabajadores. El Frente de Izquierda y el Partido Obrero se preparan para ese desafío.
 
La elección del Frente de Izquierda
 
El Frente de Izquierda hizo la elección más alta que haya registrado. En la elección a diputados nacionales superará los 72 mil votos, casi el 4%. Si bien todavía falta un tramo importante para alcanzar el diputado nacional, el Frente de Izquierda duplicó los votos obtenidos en las Paso del 9 de agosto. Se destacan votaciones altas en Rosario (5,4%) y cercano al 4% en los departamentos de La Capital, San Lorenzo, Iriondo, Constitución. Se vuelve a poner de manifiesto un apoyo claro al Frente de Izquierda en el cordón industrial de San Lorenzo hasta Villa Constitución. En varias localidades del cordón industrial alcanzamos el 8 ó 9%, como en Capitán Bermúdez de donde es concejal Jorgelina Signa y que acompañaba la fórmula de diputados nacionales por el Partido Obrero.

lunes, 26 de octubre de 2015

El Frente de Izquierda, cuarta fuerza en medio de una crisis política de fondo

1. Las elecciones generales de este domingo 25 han dejado instalada una crisis política aguda. Con la virtual paridad entre Scioli y Macri, se ha venido abajo el andamiaje político que gobernó la Argentina en estos últimos quince años. Ello no sólo abarca al elenco camporista, sino también al conjunto del peronismo que apoyó a Scioli y que también formaba parte del gobierno kirchnerista, desde el jujeño Fellner y la liga de gobernadores hasta Aníbal Fernández y los barones del conurbano. Más allá del kirchnerismo, la crisis que deja abierta la elección envuelve al conjunto del peronismo, esto es, al sistema de relaciones políticas y sindicales que han sometido a las masas al Estado y a la burguesía. El ajuste que preparan tendrá que ser introducido en un cuadro de disolución política que no deja afuera a la burocracia sindical: en la estratégica UOM, fueron derrotados el "Barba" Gutiérrez en Quilmes y Curto en Tres de Febrero.
 
Que los beneficiarios de esta debacle política resulten un grupo de advenedizos derechistas -el PRO- no disculpa ni le imprime al bloque oficial el menor carácter progresivo, como pretenderán hacernos creer desde el gobierno de cara al balotaje. Por el contrario, la elección de Macri constituye una lección política para los elementos más activos de los trabajadores y la juventud: después de quince años de reprivatizaciones, de pago serial de la deuda, de precarización laboral y confiscación impositiva, los supuestos "nacionales y populares" dejan una bancarrota nacional y un balotaje entre derechistas. Ello vale para Macri, pero también para el gabinete sciolista de amigos del FMI y del Banco Mundial.
 
2. El macrismo explotó hasta el final la descomposición del régimen de partidos y, en particular, del peronismo. El PRO es la versión derechista de un planteo de rechazo a "la política" que no altera un milímetro la estructura del orden social vigente -y que, por el contrario, concurre a su rescate. En el mundo, la crisis capitalista abunda en ejemplos, por derecha y por "izquierda", de estas irrupciones políticas.
 
De todos modos, el macrismo es y ha sido un rejunte de elementos reclutados en el "remate" del peronismo y el radicalismo. Ha gobernado la Ciudad con los viejos punteros de esos partidos, y en defensa furiosa de los intereses inmobiliarios y la "patria contratista". Por eso mismo, Macri buscará reforzar y ampliar sus acuerdos con el pejotismo y, principalmente, con la burocracia sindical, en previsión de contar con sus servicios para la política de devaluación, ajuste y tarifazos que han anticipado sus asesores. Es el mismo conchabo que puso en marcha al aliarse con el radicalismo y con el centroizquierda de Stolbizer en una decena de provincias. En previsión del papel que le depara ese ajuste, ya sea con Macri o con Scioli, la burocracia sindical ha acelerado sus tentativas de unificación.
 
3. En el cuadro de este tembladeral político, el Frente de Izquierda aumentó levemente la votación que habían cosechado en las Paso las dos listas de su interna, y obtuvo una votación presidencial cercana a los 800.000 votos. Esa cifra se amplía a cerca de un millón de votos para la categoría de diputados nacionales, lo que debe ser valorado como un punto de reagrupamiento político para los explotados. Asimismo, pasamos a ser la cuarta fuerza, desplazando a la filomacrista Margarita Stolbizer al quinto lugar. El voto al Frente de Izquierda se hizo fuerte en las grandes concentraciones obreras del país, comenzando por el estratégico conurbano de la provincia. Allí resistimos la doble polarización generada en las candidaturas presidenciales, de un lado, y entre Fernández y Vidal, del otro. Néstor Pitrola, con el 4,5 por ciento de los votos, ha sido electo nuevamente como diputado nacional por el distrito.
 
Desde diciembre, el Frente de Izquierda contará con cuatro diputados en el Congreso Nacional: Pablo López, Soledad Sosa (asumiendo por rotación la banca que hoy ocupa Del Caño) y Néstor Pitrola, todos del Partido Obrero, y Myriam Bregman del PTS.
 
La votación de diputados del FIT se acercó al 9% en la capital cordobesa, y ese mismo porcentaje registramos en el cordón industrial de San Lorenzo. En la capital de Salta, para esa misma categoría superamos el 10%, mientras que en Jujuy, en medio de una brutal polarización y de la proliferación de lemas fraudulentos, peleamos el ingreso de diputados provinciales. En Mendoza, el FIT superó el 10% en la categoría de diputados. Hemos obtenido el 8% en Neuquén y el 6% en Río Negro y Tierra del Fuego para esa misma categoría. En la Ciudad de Buenos Aires, nuestra votación a diputados creció un 50% respecto de las Paso, y sólo no consagramos diputado a Gabriel Solano por la presencia divisionista de la boleta de Luis Zamora.
 
La elección del Frente de Izquierda, colocada en el conjunto de las elecciones de este año -donde hemos ampliado y renovado nuestra representación legislativa en casi todas las provincias- expresa una consolidación del FIT como polo político de los trabajadores. Ese lugar debe valorarse incluso en los retrocesos experimentados. A diferencia de los aparatos electorales de la burguesía, aspiramos a desarrollarnos en conexión directa con las experiencias y luchas de los trabajadores. No somos indiferentes, por lo tanto, a los avances o reveses de nuestra clase. En el acto que realizó el FIT el pasado 1° de mayo, Jorge Altamira señaló que el desempeño electoral de nuestro Frente sería inseparable de la marcha de la lucha de clases y de la acción de la clase obrera contra el ajuste puesto en marcha por los "nac&pop" (despidos, impuesto al salario, regimentación de las paritarias). De conjunto, ese proceso atraviesa un reflujo, que debe ser cargado a la cuenta de la burocracia y de su esfuerzo por enchalecar a los trabajadores en medio de la presente transición política. Los límites de nuestra votación, y principalmente sus causas, exigen acentuar la acción del Partido Obrero y del Frente de Izquierda en el plano político y de la intervención en las organizaciones obreras, profundizando la lucha por la expulsión de la burocracia de los sindicatos y por la recuperación de las organizaciones de lucha en todos los planos.
 
4. La primera batalla de la etapa que se abre la tenemos planteada de cara al balotaje. En su discurso de ayer, Daniel Scioli realizó una primera tentativa de polarización, presentándose como supuesta variante "progresista" frente al derechismo de Mauricio Macri. Así, el hombre que ha nominado al represor Sergio Berni para su gabinete se acordó de "las Abuelas" (de Plaza de Mayo). Alertamos contra esta tentativa de enchalecar a los trabajadores y al movimiento popular, y llamamos a mirar con atención la experiencia de Brasil y de la presidenta Dilma Rousseff, quien fue reelecta convocando al voto "contra el ajuste y la derecha", para luego aplicar ella el programa del ajuste y la derecha. La lucha contra el macrismo o la derecha carece de todo porvenir de la mano del descompuesto aparato pejotista.
 
Del mismo modo, alertamos contra cualquier expectativa de "renovación política" de la mano del macrismo. El PRO prepara un cogobierno con la liga de gobernadores y la burocracia sindical, como lo demostró en su capitulación ante el fraude tucumano, en sus acuerdos con Hugo Moyano y en las negociaciones en torno de un posible apoyo de Sergio Massa -o sea, de otra fracción del PJ y de la burocracia sindical- para el balotaje.
 
Llamamos a rechazar a Scioli y a Macri, y a votar el blanco en defensa de la autonomía política de los trabajadores: ni los ajustadores del fondomonetarista Blejer y Berni, ni los ajustadores del menemista Melconián, Fino Palacios y la Metropolitana. La campaña por el voto en blanco debe desarrollarse con energía en las organizaciones obreras, lugares de trabajo y estudio, promoviendo la convocatoria de plenarios y pronunciamientos que liguen el voto en blanco a un programa: abajo el ajuste, salario igual a la canasta familiar, abolición del impuesto al salario, paritarias libres y con delegados electos; repudio de la deuda usuraria. Llamamos a todas las organizaciones políticas y de lucha que apoyaron las candidaturas o la campaña del Frente de Izquierda a desarrollar una acción en común por estos objetivos.

viernes, 23 de octubre de 2015

¡Gran domingo, Frente de Izquierda!

23 de octubre de 2015 | Por Jorge Altamira

La verdadera novedad política que pueden producir los comicios del domingo próximo es el desarrollo electoral que registre el Frente de Izquierda. Los candidatos oficiales tienen una agenda ya impuesta por la crisis financiera que reciben como peludo de regalo. Ninguno definirá el rumbo político ulterior del país cualquiera sea el desenlace electoral entre ellos. Lo que se ofrece a la vista en un menú de coaliciones y rupturas – como ya lo anticipa el pasaje de massistas al sciolismo, por un lado, y la autonomía que se reserva el bloque de la Cámpora, por el otro. La proliferación de planteos que se ofrecen para evitar la declaración de una cesación de pagos es testimonio de la desorientación que predomina en la burguesía ante las incertidumbres de la crisis mundial. A ninguna fracción capitalista se le escapa que la crisis fenomenal que se desarrolla en Brasil es una suerte de anticipo de lo que ocurrirá en Argentina en el período próximo.
 
‘Defol’ económico y político
La mayoría de los asesores de los candidatos oficiales admite que Argentina ha llegado tarde para salir de la crisis financiera con los métodos convencionales, como sería una devaluación regulada, dada la fuerte tendencia devaluatoria que ya existe como en la mayoría de los países de la periferia. La caída de la cotización de la deuda pública y privada de Brasil, Colombia, Perú – no digamos Venezuela, le ha quitado atractivo a la inversión extranjera en la devaluada deuda pública de Argentina. Argentina enfrenta obligaciones financieras enormes a corto y mediano plazo: u$s 11 mil millones por importaciones no pagadas; u$s 15 mil millones por giros de utilidades retenidos; deudas provinciales en moneda extranjera y en pesos que se ajustan al dólar; más de u$s 10 mil millones de nueva deuda emitida en 2015; la deuda, obviamente, con los acreedores que no entraron en los canjes pasados; los $400 mil millones que el Banco Central debe a los bancos locales (sin computar los intereses); los compromisos por venta de dólar futuro por cerca de u$s 20 mil millones, que, dependiendo del porcentaje de una devaluación, podría costar al Banco Central unos $30 mil millones; y, por último, las obligaciones que se desprenden del pago de la deuda reestructurada y del déficit fiscal de 2016. A esto hay que añadir un tema crucial – el tarifazo que reclaman tanto las privatizadas como los acreedores, sean internacionales o nacionales.
 
¿Qué le hace falta a esta bancarrota capitalista para que se dibuje en Argentina una situación histórica nueva? Sin duda, un avance del Frente de Izquierda – el polo político antagónico al Estado capitalista, sus partidos y sus ‘salidas’ tradicionales. Este avance tendría lugar cuando se desmorona una tentativa mediocre para reeditar el primer peronismo, lo cual refuerza, en forma inevitable, la discusión que hace tiempo se encuentra en marcha entre los trabajadores acerca de la alternativa política de la propia clase obrera. Al final, el nacionalismo argentino ha sido una sombra, cada vez más desdibujada, de los únicos momentos de suba de la cotización internacional de las materias primas desde la última guerra mundial: 1946/49; 1973/74; 2003/10.
 
La tedencia de la izquierda
¿Podrá repetir el Frente de Izquierda el salto que produjo en las legislativas de 2013, cuando obtuvo arriba de un millón doscientos mil votos y tres diputados nacionales, o al menos preservar esos resultados? Si simplemente ocurriera esto último, duplicaría el número de diputados en el Congreso. En 2013, el Frente de Izquierda dejó atrás cualquier logro anterior de la izquierda de Argentina en materia electoral, al obtener un 20% de los votos para diputado nacional en Salta y un 30% para la senaduría de la capital de esta provincia; o el 14% en Mendoza. Estos resultados son relevantes porque, masivos como son, se distinguen como un salto cualitativo – un pasaje del electorado peronista a la izquierda (“saltar el cerco”). Lo mismo se dio en algunas localidades, como Capitán Bermúdez, en el departamento de San Lorenzo, Santa Fe, con el 18/20% en dos oportunidades y en varios municipios mendocinos. Incluso el avance ha sido interesante en la ciudad de Buenos Aires, pues del 0.8 de las locales de 2011, el FIT logró superar el 5% en las nacionales del mismo año, aunque sin la competencia de Luis Zamora, y obtuvo un porcentaje similar en 2013, pero esta vez con la derrota de Zamora, que obtuvo un 4 por ciento (lo cual significa que el Frente de Izquierda duplicó los votos). En las diversas elecciones provinciales de 2015, no se repitieron los resultados de 2013 – aunque en la mayoría de los casos se trató de un retroceso relativo, pues mejoraron los de 2011. El domingo que viene el Frente de Izquierda va lograr un avance sobre estos registros, porque tiene por piso la suma de los votos de varias listas de izquierda que no superaron las Paso o de las que solamente participaron en las elecciones provinciales. Por pura aritmética debería sumar un punto o punto y medio al 3.3% obtenido en las Paso.
 
El ascenso del Frente de Izquierda, en 2013, tuvo lugar en un definido cuadro de agravamiento de la crisis económica, que culminaría con la devaluación y la crisis bancaria de enero de 2014. Había quedado de manifiesto el fracaso de las medidas tomadas luego de las presidenciales de 2011, como el ‘cepo’, los controles de precios y los blanqueos de capitales. Esta crisis pulverizó la ambición re-reeleccionista de los K. La burguesía impulsó un cambio de frente desde el mismo oficialismo con la candidatura de Massa, que se proyectó en la emigración de intendentes y hasta gobernadores kirchneristas hacia la oposición y en la victoria de Massa en la provincia de Buenos Aires. El Frente de Izquierda se benefició entonces de un descontento popular creciente y de las fisuras políticas en el campo gobernante. En ningún lugar fue esto más claro que en Salta.
 
Un gran domingo
¿Cómo se presentan las cosas ahora? El oficialismo ha contenido el estallido de la crisis (no la crisis misma, que es aún más explosiva) a través de un endeudamiento de características usureras, y también se ha adaptado al cambio de frente que reclama la burguesía por medio de la candidatura de Scioli y sus gobernadores aliados. Esto explica el retorno al kirchnerismo de los intendentes y punteros que se habían ido con Massa. El oficialismo ha hecho suya la agenda de la oposición, a través de Scioli. Los resultados a la vista son el recule de la oposición, por un lado, y del camporismo, por el otro, que ya anticipa un rol opositor. La contención económica, de una parte, y el realineamiento político, de la otra, fue acompañada por un reflujo del movimiento obrero, relativamente a la participación en dos importantes paros generales. La precaria recuperación de la iniciativa política del oficialismo, a partir de estos realineamientos, condicionó los procesos electorales de 2015.
 
La víspera de la elección del domingo que viene parece mostrar, sin embargo, un agotamiento de esta iniciativa. La amenaza de un estallido de la crisis se presenta cada vez más visible. Los candidatos del ajuste han sido incapaces de clarificar sus posiciones ante el electorado frente a esta crisis. El manifiesto desinterés demostrado por el electorado en la campaña es una expresión de la desconfianza en todos los candidatos oficiales. Se ha ido conformando, hacia el final, un cuadro con características similares a 2013, incluso potenciado. Es cierto que los trabajadores no abandonan de un día para otro a los movimientos que los despertaron a la vida política, pero en Argentina ya hay una mayoría generacional que ha despertado y despierta a la política en las condiciones actuales – el 45 o el 73 lo ve en la escuela. Esto explica la reiterada mención a las ‘juventudes militantes’; desde la rebelión popular de 2001, la izquierda revolucionaria ha incidido cada vez más en estas nuevas generaciones, y ahora obtiene la ventaja del ejercicio de su oposición de izquierda al kirchnerismo. Asistimos a una experiencia que se encuentra todavía en sus primeras etapas. El domingo que viene se reflejará en las urnas.
 
El arma de la organización 
Como se ha dicho más arriba, el Frente de Izquierda, en 2013, ha superado en impacto electoral a cualquier resultado obtenido por la izquierda en el pasado, y lo ha hecho desde una posición socialista, no desde la democrático-burguesa, por ejemplo, del Frente del Pueblo e Izquierda Unida. Sería, sin embargo, caer en la fantasía electorera si no se advierte que, como influencia organizada y reclutamiento obrero, el Frente de Izquierda está aún muy rezagado frente a estos mismos antecesores. Está lejos de poblar la cancha de Huracán o reunir 60 mil personas en Plaza de Mayo (donde también estuvo el PO), como lo consiguió IU – o tener la presencia en las fábricas del MAS. Incluso en las elecciones de mayo de 2000 la izquierda en su conjunto obtuvo un 16% de votos en Capital y Zamora un 14% en 2003. En las vísperas de un ascenso electoral es necesario subrayar la necesidad de superar esta contradicción, algo que para una izquierda revolucionaria es una condición para su victoria. La etapa que se inicia luego de las elecciones no se disputará con papeletas sino con luchas y movilizaciones, y estas luchas y movilizaciones necesitan ser transformadas aún más de lo que se va transformando el escenario electoral, esto porque con los desgastados métodos de la burocracia sindical, el movimiento obrero no avanzará de ningún modo. Solamente un reclutamiento enérgico de la vanguardia de la clase obrera permitirá producir esta transformación. Un movimiento político revolucionario es tal cuando expresa las carencias que debe superar y los métodos para ello, su Qué Hacer.
En la medida que la campaña electoral ha servido para despertar a contingentes numerosos de obreros y de jóvenes, la izquierda revolucionaria tiene ante si una gran perspectiva de crecimiento y organización militante.

sábado, 17 de octubre de 2015

El escenario político, a diez días de las elecciones

A pocos días del domingo 25, la incapacidad de los tres candidatos a la sucesión presidencial para alterar las intenciones de voto revela una impasse política que supera a la propia elección. Detrás del “voto congelado”, según señalan algunos, o del “poco entusiasmo” de los votantes, según otros, subyace un fermento de desconfianza popular. La concreción de un balotaje terminaría delatando dos debilidades: la de un Scioli que no logró ganar en primera vuelta y la de un Macri que, en cualquier caso, no logró polarizar la elección. En este cuadro, se entiende por qué algunos connotados opositores al kirchnerismo -como La Nación- incitan a Scioli a conquistar “los puntos que le faltan para ganar en primera vuelta”. La burguesía demanda autoridad política, de cara a la crisis política y económica de fondo que caracteriza a esta transición presidencial. 
 
Buitres y “gradualismo”
 
Para lograr estos favores, Scioli ha dado señales muy claras. El santo y seña de quienes son nominados como sus futuros ministros es declarar la voluntad de arreglar con los fondos buitre. Así ocurrió con el misionero Maurice Clos, y antes con Urtubey. Algunos consideran que Scioli sería el más furioso defensor de un arreglo inmediato con los fondos especulativos, en la expectativa de promover un rápido ingreso de capitales y, por esa vía, “graduar” el ajuste y la devaluación. Pero el reendeudamiento que tramitan sólo servirá para afrontar las viejas deudas: el Banco Central llegará a fin de año sin los recursos para pagar los vencimientos de 2016, que superan los 7.000 millones. La situación podría asemejarse demasiado a los “blindajes” del gobierno de la Alianza, que financiaron la huida de capitales que precedió a la bancarrota de 2001. Nada menos que el economista jefe de Standard and Poor’s se atrevió a pronosticar esta secuencia: “gradualismo, colapso y luego un sinceramiento que lleve a que en un año se materialice el verdadero ajuste” (La Nación, 12/10). Pero en previsión de ello, los usureros internacionales podrían exigir que el megajuste preceda a cualquier rescate financiero y liquidar la tentativa “gradualista” con una corrida. El impasse electoral de los Scioli, Macri y Massa sólo se equipara con la que deberán enfrentar después de diciembre. 
 
La demolición K y el “voto útil” 
 
La consolidación del sciolismo ha sido acompañada por un trabajo de demolición del cristinismo y de la camarilla presidencial. Un amplio arco de funcionarios y diputados ha anunciado su pasaje al sciolismo, incluyendo a los ex piqueteros del movimiento Evita. El cerco podría extenderse a Santa Cruz, donde, según algunos, el radical Costa contaría con el apoyo de Scioli para derrotar a los Kirchner en su provincia. En el plano de la Justicia se acaba de “congelar” la tentativa oficial de acelerar el nombramiento de jueces adictos (subrogancias). Kicillof ha salido a criticar las declaraciones de los sciolistas en torno de un arreglo con los buitres. Pero el candidato de La Cámpora está bebiendo de su propia medicina: el pago en cuotas -o a través de la emisión de un nuevo bono- que tramitan los economistas de Scioli en favor de los buitres es un calco del resarcimiento de Kicillof en beneficio de Repsol. Después de haber pagado 145.000 millones de dólares de deuda en diez años, los “enojos” de la camarilla oficial hacia el sciolismo no pasan de una impostura electoral. 
 
Del lado de la oposición, Macri ha salido a una campaña por el “voto útil”. Sus términos han sido expresados crudamente por Carrió, quien llamó a votarlo con la nariz tapada -o sea, a pesar de Niembro o del desfinanciamiento de los hospitales porteños. Hasta ahora, nada de esto le sirvió para acortar distancias con Scioli. Pero sí para demostrar la miseria de algunos “PROgresistas” (Stolbizer), que llaman a posponer el voto a Macri… para el momento del balotaje. 
 
La campaña del Frente de Izquierda 
 
A pesar de la fortísima presión en favor de una polarización, el Frente de Izquierda ha defendido su votación de las Paso y registra en las últimas semanas una tendencia ascendente. Es una expresión de desconfianza hacia los “jinetes del ajuste”. El pronunciamiento de dirigentes obreros (que publicamos en esta edición) da cuenta de la repercusión de nuestra campaña en las grandes concentraciones de trabajadores. En el reciente Encuentro de la Mujer, el FIT expresó a la corriente que batalla consecuentemente contra una violencia de género que hunde sus raíces en la explotación social y en el régimen político que la sustenta. La gran tarea de estos diez días es convertir a esta inquietud popular en una convicción positiva, en favor del voto al Frente de Izquierda. 
 
De cara a la enorme crisis nacional que se configura, la presencia de un sólido bloque del Frente de Izquierda en el Congreso representaría una descomunal conquista política para los explotados.
 
¡A la conquista del voto y de miles de fiscales! Vamos por más Frente de Izquierda, en el Congreso y en el país.

Por una gran movilización para derribar los muros de la impunidad en Santa Fe

#PaulaPerassi #AnyRivero #RoberArrieta #MaritoSecondino #EdgardoGimenez

En los últimos meses han crecido como nunca las movilizaciones contra los casos de asesinato que quedan impunes.
La descomposición del conjunto del régimen social de Santa Fe se hace cada día más evidente. Todos los casos, todas las muertes, tienen un común denominador el entramado que incluye a la policía provincial, el poder político y el crimen organizado. Como lo demuestran los casos de Any Rivero; Paula Perassi, sanlorencina desaparecida hace cuatro años; Gerardo Escobar, joven asesinado por patovicas y complicidad policial; la nena de 15 años de la ciudad de Vera, violada por su padre, ex funcionario penal, y el reciente Joven Arrieta, asesinado en la Comisaría 5ª de Puerto General San Martín son la clara demostración de que el Estado provincial se ha vuelto garante de un régimen de impunidad que asesina.
Los familiares, amigos y organizaciones sociales y políticas desarrollan un proceso de lucha en toda la provincia que es la única garantía de desenmascarar este entramado nefasto. 
El caso de Paula Perassi como el de Any Rivero en Bermúdez; Marito Secondino en Beltrán; Ramiro Burgueño en San Lorenzo; Gerardo Giménez en Baigorria; Franco Casco y los nuevos casos de Gerardo Escobar, desaparecido una semana y asesinado en Rosario, y Roberto Arrieta, fusilado en la comisaría de Puerto San Martin nos demanda una movilización de conjunto para terminar con este régimen de impunidad en toda la provincia.
Los sindicatos y la impunidad
Ante la creciente movilización por la impunidad que afectan a trabajadores de distintos gremios varios sindicatos de Rosario se han reunido con el fin de convocar una acción contra la "inseguridad" que viven los trabajadores. Esa acción debe llevar un programa de clase, el pedido de más policía y/o gendarmería no pueden ser parte de la solución ya que realidad son parte del problema. Los primeros son los que hoy están en el ojo tormenta por sus vinculaciones con el delito organizado, y los segundos son los que permiten el ingreso, por las fronteras, de la droga a la Argentina.
Es necesario que las centrales sindicales convoquen a un plenario de delegado de base para discutir un programa que defiende los intereses de los trabajadores y un plan de acción junto a los familiares y amigos de los casos de impunidad, que son en su mayoría trabajadores.
Un programa de salida
Para terminar con la estructura de delito organizado del tráfico de drogas, hay que nacionalizar los puertos que están sobre el río Paraná, porque hay que terminar con el tráfico ilegal de droga en nuestra región; establecer por ley la estatización del juego para terminar con las concesiones privadas a casinos y la prohibición de dar nuevas concesiones, lugares donde se lava el dinero ilegal de la droga.
El problema del trabajo con la desocupación y la inestabilidad laboral son el caldo de cultivo para que en los barrios se desarrolle el delito organizado. Debemos oponerles la prohibición de los despidos y suspensiones, un seguro al parado y el pase a planta permanente en defensa de la estructuración de los jóvenes trabajadores que hoy se encuentran sin futuro en la provincia.
Ante la impunidad y el gatillo fácil hay que oponerle la organización popular; desmantelamiento del crimen organizado amparado en el poder político, la policía y el Estado; remover todas las cúpulas y efectivos policiales vinculados con delito organizado. Juicio y castigo a todos ellos. También la apertura de los libros de denuncias de todas las comisarías y elección popular de los comisarios.
El Partido Obrero propone emprender una acción de lucha a través de una gran movilización que recorra a pata y pulmón de punta a punta el cordón industrial de San Lorenzo y agrupe a todos los casos de impunidad, y que sea impulsada junto a los familiares y amigos por sindicatos, organizaciones de derechos humanos y las organizaciones políticas de los trabajadores. 
Convocamos para el 2 de noviembre a una gran movilización en el cordón San Lorenzo.

jueves, 8 de octubre de 2015

Un Fondo Monetario... "para la victoria"

El debate presidencial no parece haberle aportado ni a Macri ni a Massa ningún avance significativo para acercarse a Daniel Scioli. Las encuestas muestran a Macri en baja, después de las corruptelas que reveló el caso Niembro y del ahogo presupuestario que denunciaron los trabajadores del Hospital Garrahan. Para capturar los votos perdidos por el jefe del PRO, Massa ha reforzado sus planteos fascistoides, desde la presencia del Ejército en los barrios hasta la criminalización de los jóvenes. Ello no le sirvió para frenar el retorno de varios de sus principales punteros al oficialismo. Entre ellos se encuentra Juan José Alvarez, uno de los redactores del libreto criminal que condujo a la masacre del Puente Pueyrredón durante la presidencia de Duhalde. De Aníbal Fernández a José Luis Gioja, el corazón del menemo-duhaldismo se reagrupa en las filas del bloque oficial.
 
Las garantías de Scioli
Pero, para comprender por qué Scioli pelea un triunfo en primera vuelta, no bastan los límites de sus colegas "ajustadores". En estos días, los voceros del candidato del FpV le han ofrecido al capital internacional y a la gran burguesía local garantías inusitadas de que llevarán adelante su "pliego de reclamos". En Estados Unidos, el gobernador salteño Urtubey, una de las voces del sciolismo, ha planteado la perspectiva de un rápido arreglo con los fondos buitre, como condición para tramitar un rescate financiero de la Argentina. Las "desmentidas" o "aclaraciones" posteriores de Aníbal Fernández o Kicillof apenas salvan las apariencias. Es que la política de pago serial de la deuda practicada por éstos ha dejado al Tesoro y al Banco Central en situación de quiebra, lo que servirá de excusa para un acuerdo leonino en favor de los usureros.
 
Urtubey, sin embargo, se quedó corto. Días después, otro vocero privilegiado de Scioli, Mario Blejer, redoblaba la apuesta: no sólo defendió un arreglo con los buitres, sino que se pronunció a favor de volver a las auditorías del FMI sobre las cuentas nacionales. Hace diez años, el kirchnerismo le pegaba su primer manotazo a las reservas internacionales para pagarle al Fondo, en nombre de "recuperar la independencia nacional". Hoy, los sucesores de CFK preparan la vuelta al FMI, después de haber vaciado al Banco Central en aras del pago de la deuda usuraria. Scioli ha jurado que "no volveremos a endeudarnos con el Fondo". Pero no rechazó la inspección que pidió Blejer. Los síndicos de la nueva quiebra nacional no serán los técnicos de La Cámpora, sino los auditores de Washington.
 
El marco hasta el 25 de octubre
La vuelta al FMI constituía una de las principales banderas de los economistas de Macri. Por eso, la definición de Blejer es otra evidencia de que el programa de los acreedores internacionales -y de la burguesía que clama por volver al financiamiento extranjero- ha sido abrazado plenamente por el oficialismo. Esta definición ha tenido otras consecuencias de fondo para la campaña, como el acercamiento de Scioli a Clarín y sus socios. A partir de ello, los canales de la "corpo" se sumaron al boicot oficial al debate presidencial, y no lo televisaron. En este cuadro, el parangón entre un eventual gobierno de Scioli y la actual administración de Rousseff es más que evidente: al igual que Rousseff, el sucesor de Cristina blande el fantasma de la derecha mientras se apropia integralmente de su programa ajustador.
 
En este cuadro, el Frente de Izquierda debe poner de manifiesto lo que preparan Scioli y los "nacionales y populares", denunciar su impostura política y convocar al único voto que lucha por una salida a la crisis a partir de los intereses de la mayoría que trabaja. El debate presidencial ha contribuído a visibilizar este antagonismo entre el FIT y los otros, incluyendo a una Stolbizer que es socia del PRO en ocho provincias. A través de campañas específicas, el Partido Obrero está luchando por definir el voto de los trabajadores activos, de la juventud y de todo el electorado progresista. Un pronunciamiento de luchadores obreros por el voto al FIT ha recogido centenares de adhesiones. Con la misma energía, vamos a dirigirnos al movimiento de derechos humanos y a toda la ciudadanía progresista, que no puede ser sometida a la opción entre los Aníbal Fernández-Alperovich-Insfrán, de un lado, o los que prometen, del otro, la militarización de la vida social. Ni qué decir que el derechismo de los " jinetes del ajuste" compromete a todas las reivindicaciones del movimiento de la mujer, y ello será intensamente debatido por nuestras compañeras en el Encuentro Nacional de la Mujer que se realizará este fin de semana en Mar del Plata. Vamos a la pelea, voto por voto, para que el Frente de Izquierda se afirme como alternativa política de los trabajadores, y para reforzar decisivamente nuestra presencia en el parlamento nacional y en las legislaturas.

Franquito (1994-2015): su risa por la revolución

8 de octubre de 2015 | #1384 | Por Tus amigos y compañeros de Formosa, en Rosario

El pasado 4 de octubre, la UJS volvió a sufrir otra pérdida importante: Franco Fernández, compañero de la juventud del PO Rosario, perdió la vida por la madrugada, tras accidentarse con su motocicleta.
 

Franco se sumó a la UJS-PO hace poco más de un año. Según sus propias palabras, tras participar activamente en la lucha docente sacó las conclusiones que lo llevaron a entender que estas luchas parciales son el camino para el desafío más importante de la humanidad: conquistar un mundo sin explotadores ni explotados. La inquietud por saber que está pasando, algo que lo caracterizaba, se debía a la realidad política del lugar donde le tocó nacer. Franco era parte de la banda Formo-Rosarina, que ya se ha ganado un lugar en la lucha por socialismo en Santa Fe, pero venía del interior de la provincia de Formosa, donde la política feudal del gobierno ahoga a la juventud y la expulsa de la provincia en busca de un empleo mejor, de posibilidades de estudio o, en el peor de los casos, los margina socialmente. Franco, sin embargo, era todo lo contrario. Los que lo conocimos sabíamos que él estaba destinado a ser un militante revolucionario caracterizado por el repudio a la opresión, a la pasividad y, como él siempre decía, a "la cana". Algunos problemas personales lo alejaron de la posibilidad de seguir viviendo en Rosario, sin embargo cada 3 ó 4 meses recibíamos sus mensajes, de que venía a rendir materias libres y que estaba dispuesto para poner una mesa o cualquier agitación política, mientras que estando en Formosa tampoco perdía el tiempo y se sumaba a colaborar con el partido de esa provincia.

 

Te vamos a recordar siempre, con tu risa que siempre te achicaba los ojos, y era tema de conversación entre tus amigos. Nos quedan los recuerdos, las fotos, los rocanroles, tu valentía y esas cosas que compartimos, pero principalmente nuestro objetivo que siempre fue tema de debate y discusión: cómo encaramos la tarea diaria de la lucha por el socialismo y por el fin de la explotación.

 

Hasta el socialismo siempre, compañero y amigo.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Santa Fe: hacia el Encuentro

La movilización del 3 de junio por el #NiUnaMenos fue un hecho histórico.
 
En Santa Fe, la movilización no pasó inadvertida. En Rosario se movilizaron más de 20.000 personas, en Santa Fe capital 13.000 y hubo concentraciones en lugares donde nunca habían existido movilizaciones de este carácter -como en Reconquista, donde hubo más de 800 personas.
 
Nuestra provincia ocupa el segundo puesto del ranking nacional de femicidios por distrito -17, después de Buenos Aires. Deja de manifiesto el grado de descomposición social y político que rige de la mano del Frente Progresista. El socialismo festejó ser una de las pioneras en votar la "ley de emergencia de género". Hoy ya tiene dos años de vigencia y no se ha modificado en nada la situación de la mujer; en la ciudad de Rosario van 2.000 denuncias por violencia en lo que va del año. Con la vigencia de la "ley de emergencia", los hogares de tránsito hoy se encuentran saturados. Sumándole el agravante que Santa Fe es uno de los principales paraísos de la trata de personas.
 
A seis años de vigencia de la ley de desmantelamiento de redes de trata ni en Santa Fe y ni el país se ha desmantelado una sola red. Como lo demuestra el norte de nuestra provincia, en Vera, con el caso de la niña de 15 años, hija de un ex funcionario del servicio penal que había sido obligada a levantar la denuncia contra su padre, acusado de reiteradas violaciones a la menor. EnS un claro entramado de jueces, fiscales, abogados y fuerzas públicas.
 
El gobierno del Frente Progresista es el encargado de sostener un régimen político que garantiza la impunidad del empresariado, del poder policial, del judicial y sostiene una estrecha relación con las bandas de delito organizado. Lazos que se ven íntimamente vinculados con los asesinatos de nuestra región. Como son el de Paula Perassi, Any Rivero, Gerardo Escobar, Franco Casco, Roberto Arrieta y Marito Secondino, que sólo a través de la movilización popular logran poner en jaque a tanta impunidad y exigir que se haga justicia por todos los casos.
 
Nuestra bancada del Partido Obrero, con la compañera Jorgelina Signa, de Capitán Bermúdez presente en cada movilización, presentó un proyecto de ordenanza pidiendo la destitución del comisario, la investigación profunda sobre la comisaría de la ciudad y la apertura de los libros de denuncia, bajo control popular. Esto fue rechazado, tanto por el PJ como por el FCV, dándole la espalda al reclamo popular de Justicia.
 
A Mar del Plata
Desde el Plenario de Trabajadoras-Partido Obrero llegaremos al ENM, señalando el carácter testimonial y pasivo del mismo, como quedó evidenciado en la gran movilización del 3 de junio, donde la comisión organizadora brilló por su ausencia. Tampoco aprovechó este impulso para fomentar la concurrencia al XXX Encuentro. Frente a esto, opondremos la necesidad de la organización independiente de las mujeres para organizarnos activamente por nuestros derechos. Batallaremos para demostrar que en estas elecciones, de la mano de Macri, Massa, Scioli y Stolbizer no puede venir transformación alguna. Las mujeres tenemos que construir una alternativa política propia en el único bloque que pelea incansablemente por los derechos de los trabajadores, de la juventud y por nuestros derechos que es el Frente de Izquierda.
 
En Santa Fe lucharemos por el ingreso de nuestra candidata a diputada nacional, Jorgelina Signa, para que lleve al parlamento la agenda de los trabajadores y las mujeres santafecinas.

jueves, 1 de octubre de 2015

¡Que retiren el proyecto de reforma jubilatoria!

La movilización hizo recular el "ajuste

Con el aval del gobierno del Frente Progresista de Santa Fe (en particular del gobernador electo Lifschitz), los senadores del PJ, que tienen amplia mayoría en esa cámara, impulsaron una reforma previsional que exigiría mayores aportes a los activos (una nueva rebaja salarial), para sanear el déficit de la Caja de Jubilaciones, que ellos dicen se acercaría a los 2.000 millones para este año.
Pero este proyecto, que parte de la formación de una comisión "bicameral" para estudiar ese déficit, es una verdadera "caja de Pandora", ya que sin especificar, abre la posibilidad a todo tipo de "ajuste" como rebajas, aumento de la edad, etc. Así fue entendido por los trabajadores de los gremios estatales, que repudiaron esta reforma.
Las direcciones sindicales de estos gremios rechazaron la reforma, quejándose pues no habían sido consultados, pero no pasaron de las declaraciones. En esto, las "palmas" se las llevó la dirección provincial de Amsafe, que, por toda acción, promovió que sus direcciones locales visitaran a los senadores de su departamento, para convencerlos de que no firmen el proyecto. 
Amsafe Rosario impulsó una amplia deliberación, primero en una reunión de la sub-comisión de Asuntos Previsionales, con la participación de gran cantidad de compañeros jubilados y activos, y luego convocando a una reunión de delegados, ampliada a todos los compañeros, que resolvió el reclamo del retiro del proyecto y, como acción, una concentración con todos los docentes, el 28 de septiembre, día establecido por el calendario ministerial, como jornada sin alumnos. Tribuna Docente desplegó una gran agitación en las escuelas, distribuyendo un volante y llamando a concurrir a la concentración.
Los senadores, viendo que en estas condiciones era difícil avanzar con el proyecto, tuvieron que recular, anunciando el "congelamiento" del proyecto, sin renunciar a aplicarlo.
La batalla más importante la dieron los delegados, en cada escuela, impulsando la movilización de sus compañeros, contra el aparato ministerial y los intentos de la Celeste por limitarla. Más de 3 mil compañeros dieron un marco masivo a la concentración, recordando las grandes jornadas de Amsafe Rosario, con su cuerpo de delegados, renovado con compañeros que hacen sus primeras armas.
Queda abierta la posibilidad de que toda la docencia santafesina, junto a todos los estatales, pueda enterrar esta política de ajuste y abrir el camino a la reapertura de la discusión salarial, que es la asignatura pendiente.

Jorgelina Signa, en el norte de Santa Fe

Jorgelina Signa, candidata a diputada nacional del Frente de Izquierda y concejal de Capitán Bermúdez, recorrió las ciudades de Reconquista y Avellaneda. Visitó fábricas del cordón industrial, dialogó con los trabajadores y se reunió con un grupo de compañeras interesadas en viajar al Encuentro de la Mujer en Mar del Plata.
 
En distintas entrevistas, Jorgelina expresó: "el Frente de Izquierda ha hecho una elección muy importante en nuestra provincia, colocando prácticamente en la Legislatura a nuestra compañera María Elena Molina, aunque debemos enfrentar el doble piso proscriptivo (...) estamos construyendo una alternativa en toda la provincia".
 
En relación con la pugna de los candidatos del ajuste en estas elecciones nacionales y la pelea que va dar el Frente de Izquierda para entrar a las distintas legislaturas provinciales a lo largo del país, la legisladora bermudense señaló: "Nosotros planteamos que, por un lado, están ‘los candidatos del ajuste’, Massa, Macri y Scioli, que con diferentes variantes y matices defienden la devaluación de la moneda y un nuevo traslado de la crisis al pueblo y, por otro lado, está el Frente de Izquierda (...) En este marco de la crisis tenemos que reforzar las condiciones de vida de los trabajadores: el salario igual a la canasta básica familiar, el 82% móvil, jubilaciones acordes al salario, el no pago de la deuda externa... Enfrentar esta crisis brutal, pero no sobre el esfuerzo de los trabajadores. En Reconquista tenemos un problema mayor, el cierre de Pividori, los cierres de los frigoríficos, los despidos y suspensiones de Friar".
 
Hacia el XXX Encuentro
 
Sobre la problemática de la mujer y la escalada de casos de violencia de género, Jorgelina acotó que "nosotros, en el sur, tenemos problemas terribles con la impunidad, allí llevamos adelante la lucha por el esclarecimiento de la desaparición de Paula Perazzi, y ustedes acá, en el norte, con el problema de la mujer, los abusos, la trata de personas. Esta agenda la vamos a llevar al Encuentro Nacional de la Mujer en Mar del Plata".
 
Durante la noche, Jorgelina se encontró en una cena con mujeres organizadoras de la marcha no oficial del Ni Una Menos, militantes barriales, artistas populares y referentes del Plenario de Trabajadoras-Partido Obrero de Reconquista y Avellaneda.
 
Como cierre de esta semana, el 26 de septiembre se realizó la primera actividad del Plenario de Trabajadoras, que se basó en una charla-debate denominada "Contra todas las formas de violencia hacia la mujer". En ella se expusieron los principales ejes de lucha que llevan adelante y por qué es importante una organización de mujeres, independiente del Estado. Desde el Plenario de Trabajadoras se caracterizó el clima de impunidad y la responsabilidad de las fuerzas públicas y el Poder Ejecutivo a través de sus funcionarios, así como la inacción de la Justicia.
 
Sobre esta base hicimos hincapié en la situación de la mujer y la falta de viviendas en el cuadro de las ocupaciones de tierras y el desalojo ocurrido en días previos. Cada mujer presente se expresó sobre éstas y otras problemáticas, pero además sobre los principales escollos en los lugares donde trabajan o militan. Concluimos en que hay que centrar la lucha política en todos los frentes, pero también en el Encuentro de Mar del Plata, para que vincule las reivindicaciones de la mujer a un programa político contra el ajuste. Con los  puntos que  planteamos como Frente de Izquierda, nos preparamos para llegar a Mar del Plata a imponer la agenda de la Mujer trabajadora, contra la violencia y el ajuste.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Santa Fe: una campaña contra el ajuste "progresista"



24 de septiembre de 2015 | #1382 | Por Damián Blanco

El Partido Obrero de Santa Fe se ha lanzado íntegramente a la campaña electoral del Frente de Izquierda. La cuarta elección en el año permite trazarnos objetivos a partir de los resultados recientes que expresan el derrumbe del "progresismo". La lista de diputados nacionales del Frente de Izquierda la encabeza Octavio Crivaro, del PTS, acompañado por Jorgelina Signa, del Partido Obrero, actual concejal de la ciudad de Capitán Bermúdez.
 
Luego de ganar la provincia por escaso margen sobre el PRO, el gobierno del Frente Progresista proclama a los cuatro vientos que se aplique un ajuste al conjunto de los trabajadores del país. Bajo el argumento de la pérdida de competitividad por parte de las provincias y las "economías regionales", pujan por la devaluación de la moneda en armonía con el capital agrario de la provincia.
 
En Santa Fe, el ajuste y ataque a los trabajadores ya está en marcha. Continuas suspensiones o despidos en la industria, como las suspensiones en General Motors, Friar o las metalmecánicas. O el cierre de Paraná Metal de Cristóbal López, anunciado para el 31 de octubre. El PJ, junto con el Frente Progresista, está amasando en la Legislatura un proyecto de reforma previsional para aumentar el porcentaje de los descuentos sobre los activos, argumentando un déficit de la caja de jubilaciones de los trabajadores docentes y estatales provinciales. Pretenden una confiscación directa sobre el salario, mientras las empresas de facturación millonaria de la provincia no pagan ingresos brutos. Amsafe Rosario adoptó un curso de movilización para el inmediato retiro de este proyecto de ley de ajuste.
 
La crisis del Estado
 
Continúan las muertes y crímenes producto de un régimen descompuesto del cual forma parte el aparato estatal de conjunto. El Poder Judicial viene de reducir penas a los asesinos del triple crimen de los militantes del Frente Darío Santillán y de absolver a los asesinos de Paula Perassi, de San Lorenzo. Policías y jefes policiales implicados en absolutamente todos los casos, denuncias de conexiones con sectores empresariales. En las últimas semanas hubo una marcha tras otra en reclamo de justicia frente a nuevos casos impunes o a casos que sucedieron hace tiempo y se encuentran en momentos decisivos. El aparato estatal está volcado a garantizar la impunidad, ya que lo contrario comprometería al corazón del régimen santafesino.
 
El desafío del Frente de Izquierda
 
Las elecciones provinciales de mitad de año dieron por resultado un manifiesto derrumbe del Frente Progresista. Las elecciones en las Paso confirmaron el desbarranque del progresismo, con la candidatura de Binner en el cuarto lugar, un hecho inédito en décadas. Ese derrumbe se expresó en parte por el electorado que se volcó a la izquierda. Sin embargo, las Paso mostraron el carácter todavía volátil de ese voto.
 
El Partido Obrero ha puesto en marcha decenas de mesas de agitación, con Jorgelina Signa en reuniones y charlas con distintos sectores de trabajadores en las ciudades más importantes de Santa Fe. La campaña hacia el Encuentro Nacional de Mujeres, las movilizaciones contra la impunidad y la campaña contra despidos y suspensiones en centros fabriles, todo apunta a consolidar en el Frente de Izquierda el reagrupamiento a la izquierda del golpeado Frente Progresista.