La patronal kirchnerista de Cristóbal López postergó para después de las elecciones el cierre y despido de los 150 trabajadores que aún quedan en la planta de Paraná Metal.
Es una maniobra política que busca encubrir frente a la clase obrera los planes ajustadores de Scioli, y extorsionar a los trabajadores para que lo voten contra el "derechista" Macri.
El cierre definitivo de Paraná Metal y el despido de todos los obreros sería un nuevo mazazo a los metalúrgicos de Villa Constitución y a todo el pueblo.
Los delegados de Paraná Metal informaron en el último congreso de la UOM "que tenían pedidos de producción de diversos sectores y que aunque era una producción variable les daba cierta continuidad".
Plantearon "la defensa de los puestos de trabajo" y que "frente a la crisis el Estado debería hacerse cargo para su reconversión industrial".
Sin embargo, el congreso solamente resolvió acompañar a los trabajadores de Paraná Metal en el horario de ingreso en el último día de trabajo.
La postergación del cierre por un mes más (sería para el 1º de diciembre) vuelve a dar la oportunidad de realizar una fuerte campaña contra el cierre.
La directiva de la UOM Villa tiene la responsabilidad de organizar un plan de lucha de toda la seccional y la movilización popular en defensa de los puestos de trabajo.
Este camino supondría, además, reforzar la organización del movimiento obrero frente a los planes de ajustes de Scioli y Macri que preparan tarifazos, la devaluación y el endeudamiento del país.
La lucha contra los ajustadores tiene en la defensa de los puestos de trabajo de Paraná Metal un eje regional y provincial de primer orden.
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