jueves, 26 de junio de 2014

Altamira en Rosario


Repudiemos la deuda usuraria


01-1320
Cuando en el día de la Bandera Cristina Kirchner prometió pagarle a los fondos buitres, la Bolsa saludó la decisión con una suba mayor al 10 por ciento.
Los banqueros y grandes empresarios de nuestras pampas tuvieron motivos para festejar. Con sus beneficios invertidos en los títulos de deuda argentina, la suba de su cotización representa para ellos un negocio especulativo extraordinario.
El promocionado “modelo productivo” del kirchnerismo se reveló como un fraude: el centro de gravedad siempre estuvo en los negocios rentísticos y financieros.
Pero son los capitalistas los que festejan, no los trabajadores.
Es que crecen los despidos, las suspensiones y el deterioro del salario como resultado de la alta inflación.
El impuesto al salario, agravado ahora con el cobro del medio aguinaldo, vuelve a afectar a más de un millón de trabajadores.
Y hasta el mismo Indec reconoció que el 50 por ciento de los asalariados cobra menos de 4.500 pesos.
Esta situación, sin embargo, sufrirá un mayor deterioro con el acuerdo que se trama con los buitres.
Crecerá, aún más, el peso de una deuda usuraria que ya totaliza los 300.000 millones de dólares -la más alta de toda la historia nacional.
Se trata de una deuda impagable, cuyo pago condena al país a un atraso histórico y a los trabajadores a nuevas y mayores penurias.
Que la crisis la paguen los capitalistas.
No a los despidos y las suspensiones. Reparto de las horas de trabajo. Ajuste salarial mensual de acuerdo al índice inflación. Eliminación del impuesto al salario.
Repudio de la deuda usuraria. Por un banca nacional única y el monopolio del comercio exterior. Por una transformación social de país bajo la dirección de los trabajadores.

El Cordón Industrial y Aluar, contra el impuesto a las ganancias



El Cordón Industrial y Aluar Madryn, contra el impuesto a las ganancias
En la gran mayoría de los gremios industriales, a un trabajador casado con dos hijos, que en 2013 cobró de bolsillo 12.500 pesos, le descontaron 3.561 de impuesto a las ganancias. Al recibir en 2014 un incremento del 30 por ciento, el sueldo de bolsillo del trabajador queda en 16.250 netos mensuales y pagará casi el triple de ese valor -11.500 pesos.
Los recientes acuerdos firmados en el cordón industrial de San Lorenzo ubican ya a todos los tercerizados dentro de la quita de ganancias y la situación es más grave en el caso de los efectivos. La cooperativa portuaria del Cordón Industrial de San Lorenzo acordó hacerse cargo directamente de ese impuesto como única forma de que los acuerdos firmados no tengan una distorsión absoluta. Similar desenlace se planteó en el diario Tiempo Argentino, donde su comisión interna acordó que el 50 por ciento del impuesto y el pago del salario familiar esté a cargo de la empresa, o en el Banco de la provincia de Buenos Aires, que se hace cargo del impuesto.
En Aluar Puerto Madryn, después de un paro y movilizaciones, se logró un aumento del conformado del 34 por ciento, lo que ubica el salario promedio en 21.800 pesos, pero que significa también en las escalas promedio un descuento de ganancias de 21.000 pesos que se eleva a 37.000 en las escalas superiores. La quita es tan enorme que los metalúrgicos, junto con otros gremios de la zona, harán una movilización contra el impuesto, la cual ya habían anunciado en junio, pero que fue postergada por el conflicto paritario.
Los partidos de la oposición patronal se niegan a plantear lisa y llanamente la abolición del impuesto al salario, sino que proponen compensar una reducción del impuesto al salario con otros impuestos, en general al consumo, de modo que los trabajadores seguirían pagando la factura.
El Frente de Izquierda, contrastando con toda la oposición patronal que pretende un retoque del mínimo no imponible, plantea la abolición definitiva del impuesto al salario y el establecimiento de un impuesto extraordinario al gran capital para recomponer los fondos de la Anses y del Banco Central.

Juan Ferro


jueves, 19 de junio de 2014

Que se convoque un referendo sobre la deuda usuraria


 La Corte Suprema de Estados Unidos le acaba de aplicar al gobierno su propia medicina.
El fallo que obliga a pagarle la totalidad de la deuda a los fondos buitres sigue la misma línea que el gobierno aplicó en el acuerdo con el Club de París, con los privatizadores del Ciadi y los vaciadores de Repsol.
Por si algo faltaba para demostrar la ‘voluntad de pago’ del gobierno, kirchneristas y opositores se fueron juntos a Nueva York para decir que había una “unidad nacional” para pagar honrar la deuda con los ‘buitres’.
Luego del fallo judicial en contra, el kirchnerismo y los Macri, Massa y Binner han actuado como era previsible: han decidido viajar a Estados Unidos para negociar con los buitres el pago de la deuda.
La resultante de esta nueva entrega será otro aumento de la deuda usuraria.
Luego de haber armado un relato sobre el desendeudamiento, tenemos la deuda más grande de la historia nacional.
Un incremento de la deuda producirá, de inmediato, una nueva devaluación, mayor inflación, caída de la actividad económica, y más despidos y suspensiones.
¿Pero si el pueblo es quien pagará la deuda por qué el pueblo no es quien decide qué hacer con ella?
¿Están dispuestos los trabajadores a pagar una deuda usuraria, que es el resultado de una permanente capitalización de intereses y cuyo origen se remonta a una dictadura militar que estatizó buena parte de la deuda privada?
Es Islandia, ante una situación similar, se convocó un referendo: el 90 por ciento votó por el no pago.
Acá reclamamos lo mismo. Los responsables de esta nueva bancarrota han quedado desautorizados.
Planteamos: No pagar la deuda. Ningún acuerdo con los buitres. Que se convoque un referendo para que sea el pueblo quien decida.

jueves, 12 de junio de 2014

Un mundial muy quenchi


Un mundial muy quenchi
Foto: Alejandra Rodríguez
Dilma Rousseff y Cristina Kirchner tenían la misma ilusión: que la algarabía por el Mundial sirviera como operativo de distracción frente a una crisis económica y social que se agudiza en todo el territorio del Mercosur.
Pero el tiro les salió por la culata. Los gastos exorbitantes en estadios y en obras sin importancia social, y la corruptela generalizada de los funcionarios públicos, han soliviantado al pueblo brasilero.
El mayor proletariado de América Latina se ha puesto en movimiento.
Trabajadores del subte, docentes, pueblos originarios, campesinos sin tierra, metalúrgicos, estudiantes se encuentran movilizados contra el gobierno. Las privaciones populares, que se agravan con la crisis, contrastan con el despilfarro multimillonario del Mundial.
El capitalismo, de la mano del PT, logró lo que parecía imposible: que los brasileños se movilicen contra un Mundial de fútbol organizado en su propio territorio.
En Argentina, el kirchnerismo también pensaba que la fiebre mundialista permitiría que pasen sin luchas los despidos y suspensiones que se generalizan en la industria y en el comercio.
La ocupación de Gestamp, las acciones de Cables Lear, el paro general de la UOM de Córdoba, la larga lucha de Calsa son las expresiones más visibles de una tendencia de orden nacional.
En Argentina y en Brasil los pueblos están decididos a que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores.
A los falsos progresistas e izquierdistas que gobiernan en ambos lados de la frontera se les ha caído para siempre la careta.
Reforcemos la unidad de los pueblos de América Latina para pelear el partido que importa: el de la lucha por el trabajo, la educación, la salud, la tierra y el agua.
Por el gobierno de los trabajadores y los Estados Unidos Socialistas de América Latina.
Para reforzar esta perspectiva, nuestros diputados acaban de plantearle a una delegación de Conlutas y el PSTU de Brasil la realización de una Conferencia Latinoamericana de la izquierda revolucionaria y el clasismo.

jueves, 5 de junio de 2014

Prohibir despidos y suspensiones

Repartir las horas de trabajo sin afectar el salario

Tapa
Las suspensiones y los despidos se generalizan.
El foco está puesto en la industria automotriz y en sus proveedoras.
Durante estos años, las patronales han acumulado beneficios extraordinarios que no fueron compartidos con los trabajadores.
Pero alcanza con una caída transitoria de las ventas para que rápidamente descarguen la crisis sobre sus espaldas, a través de despidos y suspensiones masivas.
El gobierno nacional, que agravó la crisis con la devaluación de la moneda, está claramente del lado de las patronales.
Lo mismo ocurre con las direcciones de los sindicatos.
El caso del Smata es el más notorio. En vez de apoyar a los trabajadores que luchan contra los despidos, como es el caso de Gestamp, movilizan sus patotas contra los despedidos.
La crisis no la deben pagar los trabajadores.
Rechacemos los despidos y las suspensiones.
Si cae la producción, que se repartan las horas de trabajo entre todo el personal sin reducción del salario promedio real de los últimos seis meses.
Que se abran los libros de las empresas para conocer los costos y planes de producción, así como las ganancias acumuladas.
En el caso de las automotrices, que se investiguen las cuentas de sus financieras y de los bancos para revelar los costos usurarios cobrados a los clientes.
Sobre la base de este programa, el Partido Obrero y el Frente de Izquierda han presentado proyectos de ley en el Congreso Nacional y en las legislaturas provinciales, ofreciendo una salida frente a la crisis.
Movilicémonos por el triunfo de las luchas en curso.
Reclamamos a todos los sindicatos un paro de advertencia de 24 horas para frenar los despidos y las suspensiones, y defender el salario ante la creciente inflación.