jueves, 4 de junio de 2015

SAN LORENZO (SANTA FE) Quieren anular el Copa

Defendamos el salario mínimo regional
Con la finalización de la huelga, el secretario general del Sindicato Aceitero de San Lorenzo, Pablo Reguera, que carnereó  la huelga como agente del gobierno CFK, convocó a un plenario “de normalización y unificación” de la CGT regional.
 
La principal resolución de ese plenario fue "decretar el fin del Copa", que es el convenio por el cual los trabajadores sometidos a la tercerización en el cordón industrial logran un piso salarial equiparado al mínimo aceitero. Desde 2011, los trabajadores organizados en la CGT San Lorenzo tomaron el salario de los obreros aceiteros como referencia y lo convirtieron en un piso de ingresos regional. En 2014, la Federación Nacional Aceitera y la CGT San Lorenzo (orientada ésta por la CGT Moyano)  convocaron juntos a una huelga que, antes de materializarse, logró un salario mínimo de 10.500 pesos.
 
Este convenio, apoyado por la Federación Aceitera, fue concebido como una situación transitoria hasta imponer el pase a planta y el convenio aceitero a todos los trabajadores.
 
 
Una lucha estratégica
 
Lo resuelto por la CGT-K es un ataque en regla al salario de los tercerizados y una defensa de un régimen laboral precario que ha llevado, además, a innumerables accidentes laborales y muertes obreras en el cordón industrial.
 
Reguera y la CGT-K buscan afianzar los lazos políticos y económicos con los pulpos sojeros de la región.
 
A partir que la burocracia aceitera del sindicato de San Lorenzo, comandada por Reguera, se fue de la Federación Nacional Aceitera, acordó con los pulpos aceiteros locales (los Cargill, Vicentín, Bunge, General Deheza, etc.) eliminar del convenio regional la prohibición del trabajo tercerizado.
 
Por esta vía, las patronales pudieron multiplicar, legalmente, sus extraordinarias ganancias con miles de tercerizados que están encuadrados en convenios inferiores como Empleados de Comercio, Uocra y otros.
 
Como respuesta a esta situación, la CGT San Lorenzo conquistó que todos los trabajadores tercerizados de las empresas del complejo oleaginoso cobren un salario regional igual al que cobran los trabajadores aceiteros de planta.
 
En esta oportunidad, la huelga aceitera de la Federación sumó simpatías en los trabajadores del cordón y cuestionamientos a las centrales sindicales por no sumarse.
En el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo, el descontento con el sindicato tomó fuerza al punto tal que, en la última reunión de delegados, la dirigencia quedó en minoría frente a los reclamos de delegados y trabajadores de base. Cerca de la mitad de los delegados y alrededor de 70 trabajadores de base, en su mayoría de Bunge, cuestionaron a Reguera por no sumarse a la huelga por el 42%.
A pesar de que la huelga aceitera y su victoria crearon mejores condiciones para discutir el Copa, la parálisis de la CGT San Lorenzo, que hasta ahora había actuado en común con la Federación Aceitera en este tema, dejó el terreno libre para que Reguera largue esta ofensiva contra los tercerizados (Copa) y también contra la CGT orientada por Moyano.
 
La victoria aceitera debe ser aprovechada para organizar la lucha en defensa del Copa.
La CGT San Lorenzo, que anunció que ya inició las tratativas con las patronales, tiene que convocar a un plenario extraordinario de organizaciones, delegados y activistas, y realizar una gran agitación en todas las plantas convocando reuniones y asambleas para organizar la pelea de conjunto por el salario mínimo regional.
 
La huelga de los aceiteros marca el camino.

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