Importaba medir cuál sería la reacción y la lucha de los compañeros del Subte, del Neumático, de los docentes de las seccionales recuperadas y de algunos sectores del movimiento obrero en los que la CTA oficialista tiene alguna inserción.
A la luz de este análisis la elección de la Lista 3 es de gran importancia: en el Subte, con 247 votos, el clasismo obtuvo casi el 35 por ciento; de los 719 trabajadores que participaron de la elección la lista organizada por la Agrupación de Trabajadores de Metrovías obtuvo por sí sola el porcentaje que toda la oposición logró en las elecciones a directiva de 2011.
Otra expresión muy clara de esta enorme lucha política del clasismo fue la elección en el Sindicato del Neumático, donde votaron 1.147 compañeros de las tres fábricas del gremio. La directiva le ganó ajustadamente a la Lista 3: 46 por ciento contra el 40 por ciento. La Lista 5 (Nuevo Mas) recogió un 13 por ciento de los votos. La elección general en el Neumático -como ocurrió en el Subte- fue un registro del crecimiento de la oposición a Wasiejko, canalizado fundamentalmente en la Lista 3. Sumando la gran votación de la 3 al 13 por ciento obtenido por la Lista 5 (Nuevo Mas) la oposición supera por casi 100 votos al oficialismo.
Lo más destacado es Fate, donde a pesar de todos los impedimentos, la 3 ganó por el 69 por ciento de los votos contra 22 de la Directiva.
En Firestone se expresó un claro reagrupamiento del activismo a través del 24 por ciento que recogió la Lista 3 (que hizo su primera presentación en esta fábrica) y del 17 por ciento de la 5, que llevaba aquí a su principal candidato. El 43 por ciento de la oposición en Firestone anticipa un cambio en las relaciones de fuerza en favor de los luchadores en la próxima elección de delegados de planta. En Pirelli, el 18 por ciento de los votos de la Lista 3 también es una manifestación de este vuelco.
Docentes
Otra de las grandes batallas se libró entre los docentes de muchas de las seccionales recuperadas. La principal preocupación de la Junta Electoral celeste, directamente digitada desde el Ministerio de Trabajo, fue “embarrar” la elección entre los docentes colocando en sus urnas a los movimientos territoriales y todas las afiliaciones directas, entregando insignificantes cantidades de boletas de la Lista 3 y realizando decenas de maniobras fraudulentas que serán rechazadas ante la Justicia.
En Salta, entre los docentes, se realizó la mejor elección en ADP. En las elecciones anteriores, la directiva nos había ganado 600 a 42; esta vez lo hizo 320 a 280, expresión de lo que será políticamente entre los maestros la nueva elección del gremio y la elección política provincial.
En La Plata se ganó en las urnas docentes claramente y en La Matanza, contando votos estrictamente docentes, la Lista 10 ganó en 70 urnas y la Lista 3 en 29 (40 por ciento). En Amsafe-Rosario obtuvimos 462 votos contra 1.090 de la 10, un excelente resultado contra la burocracia celeste y contra la gran campaña abstencionista de la mayoría de la directiva seccional. Adicionalmente, la Lista 3 ganó en el cordón industrial, el Hospital Granadero Baigorria y perdió 71 a 97 contra la 10 en la estratégica fábrica militar de Fray Luis Beltrán. En Merlo y en Moreno obtuvimos el 25 por ciento; en San Isidro, en las urnas docentes se registró una fuerte adhesión, así como en las áreas de tráfico de aerolíneas (25 por ciento).
Lejos del derrotismo abstencionista para los clasistas no estaba planteado el problema del fraude como un tema central (que descontamos que existiría y tendríamos que combatir, como en otras elecciones), sino medir fuerzas y confrontar programas y estrategias en los lugares neurálgicos de esta elección.
La elección constituyó un triunfo político del clasismo. Un gran sector del activismo lo consideró una batalla estratégica contra la burocracia sindical más férreamente aliada al gobierno.
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