Numerosos trabajadores estamos librando una lucha tenaz y sacrificada por el derecho al trabajo y por el salario.
En Emfer, Donnelley, Suteba, Lear, Honda o los frígorificos de Buenos Aires y Córdoba, y los 90 días de huelga universitaria en Tucumán.
Se suman los paros bancarios y aeronáuticos contra el impuesto al salario y los reclamos en Fate, en el puerto, en los cines y muchos otros gremios.
El ánimo de lucha por la reapertura de las paritarias es enorme en los docentes.
El gobierno nos extorsiona para que tiremos la toalla con una mentirosa “unidad nacional”.
Pretende que paguemos la crisis capitalista y el fracaso K.
Las direcciones de las centrales sindicales han aceptado hasta ahora la extorsión oficial.
Y postergan la concreción de una huelga nacional.
En oposición a esa parálisis, vamos por la prohibición de las suspensiones y despidos, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario; por la expropiación y puesta en marcha de toda empresa que cierre o despida masivamente, por la reapertura de las paritarias y un aumento de emergencia para trabajadores y jubilados.
Por el paro activo nacional de 36 horas.
Ganemos las calles, todos juntos, por ese objetivo.
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