La UOM de Córdoba acaba de votar una huelga activa que culminará en la jornada aniversario del Cordobazo.
Enfrentan la multiplicación de despidos y suspensiones.
Ciento cincuenta metalúrgicas de esa provincia se han acogido a recursos preventivos de crisis.
En las automotrices ocurre otro tanto.
Los trabajadores han salido también a enfrentar el impuesto al salario.
Esta semana, los trabajadores de Puerto Madryn, encabezados por los metalúrgicos de Aluar, abandonan sus tareas y se movilizan por este motivo.
Mientras tanto, hay un nueva ola de luchas: alimentación, ferroviarios, siderúrgicos, trabajadores del ingenio.
El reclamo de un aumento del 40 por ciento se extiende.
El ajuste oficial ha despertado una gran resistencia nacional.
El movimiento obrero está dispuesto a darle batalla y cuenta con los recursos para hacerlo.
Las grandes huelgas docentes y el parazo del 10 fueron una advertencia.
En este marco, las contradicciones del rodrigazo Kirchner-Kicillof, que está en sus primeros tramos, estallan por todos lados.
La tranquilidad cambiaria ha llegado a su fin, mientras se dispara la carestía y la crisis industrial.
El gobierno busca una tabla de salvación en el auxilio del capital financiero internacional.
Pero, desde el FMI para abajo exigen, antes que nada, una devaluación mayor del peso, la extensión del tarifazo y el levantamiento del ‘cepo cambiario’.
Es el programa que viene fogoneando la oposición patronal.
Un nuevo ataque está en puerta.
La derrota del Rodrigazo es una cuestión central.
Las grandes reivindicaciones de la hora son: prohibición de suspensiones y despidos, abolición del impuesto al salario, salario mínimo de 10.000 pesos, aumento general del 40% y 82% móvil.
Reclamemos un inmediato paro de 36 horas e impulsemos un Congreso de bases del movimiento obrero.
Reforcemos la unidad del movimiento obrero y la izquierda.
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