"Sin mayor investigación"
Otro camionero murió por inhalar un pesticida que le ponen a la soja. En los últimos dos años, murieron al menos siete camioneros a causa del pesticida que los productores y acopiadores sojeros le echan a la carga antes de llegar al puerto. El crimen es responsabilidad de los grandes pulpos exportadores: Cargill, Louis Dreyfus, Bunge & Born, ADM, Nidera, Toepfer y otros, que utilizan un pesticida llamado Phostoxin, compuesto por floruro de aluminio y que al entrar en contacto con el aire libera un gas venenoso que mata insectos y pequeños animales, como roedores y conejos. El director de Salud Laboral del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, Carlos Vaca, reconoció que “mata los gorgojos pero también mata a los seres humanos” (ellitoral.com, 12/5).
Las patronales se lavan las manos colocando el pesticida fuera de sus plantas. Hacerlo correctamente les costaría 700 pesos por día. Aunque existe una ley, ésta no se encuentra reglamentada, lo que la convierte en letra muerta, bien muerta. Para usar el Phostoxin deberían bajar la mercadería, fumigarla, dejarla airear durante 48 horas y luego subirla nuevamente al camión. Los conductores mueren al respirar el gas, los que sobrevivieron quedaron con consecuencias respiratorias.
Las otras formas de fumigar la soja son: bajar la temperatura de la carga a 17ºC –sólo con eso ya no habría gorgojos–, la otra es el uso de insecticidas más caros. En 2009, cuatro camioneros murieron mientras estaban durmiendo, las cargas pertenecían a Bunge & Born, “las muertes fueron atribuidas a ‘paro cardiorrespiratorio’ sin mayor investigación”. La vida no vale nada para los monopolios de la exportación ni para el gobierno, que deja hacer sus millonarios negocios sin ningún tipo de control.
Clementina Robles
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