Finalmente, después de meses de ocupación de la planta, Mahle fue comprada por Aros Kim, una pyme del mismo rubro. El convenio, sin embargo, no garantiza la continuidad laboral de los 139 obreros que habían rechazado el retiro voluntario y continuaban ocupando la planta. Establece que queda reservada a la nueva patronal el derecho a elegir el plantel de obreros.
El enorme trabajo de desgaste realizado por los funcionarios binneristas y kirchneristas y el sistemático aislamiento que impuso la burocracia de la UOM a la extraordinaria lucha de los obreros de Mahle, produjeron el doloroso desguace de la planta y una enorme sangría de la lucha.
Primero más de 300 trabajadores quedaron en la calle por cansancio y desmoralización aceptando los despidos encubiertos como “retiros voluntarios”. Luego la patronal alemana mandó telegramas de despido a los 139 compañeros restantes que no habían aceptado los “retiros voluntarios” Los 139 compañeros rechazaron el despido y siguieron luchando, colocaron una carpa en la plaza San Martín realizaron cortes y movilizaciones.
Mientras se operaba esta sangría de puestos de trabajo, los funcionarios del gobierno de Binner retiraron un proyecto de expropiación de la planta que habían publicitado cínicamente cuando el movimiento estaba en ascenso.
La funcionaria “socialista” encargada de ser el nexo entre los negociadores y los obreros, actuó sobre los trabajadores de conjunto pero especialmente sobre la Comisión Interna, que se transformó en vehículo de varios de sus planteos, fundamentalmente, en la última etapa. En particular, se adaptó a las exigencias del nuevo inversor, lo que significó el levantamiento de la carpa instalada frente a la gobernación y la desocupación de la planta a pesar de que no está garantizado el ingreso de los 139 obreros.
Estos planteos fueron resistidos en las asambleas por trabajadores que ven con lógica desconfianza la “propuesta” del gobierno que los bicicleteó sin escrúpulos.
Estamos en una situación límite. Los nuevos patrones anunciaron que el inicio del nuevo proceso productivo llevara dos o tres meses. Existe una voluntad de seguir peleando de decenas de luchadores.
Que el gobierno provincial pague los salarios hasta la puesta en marcha de la planta. Todos adentro. Todos en la puerta.
El enorme trabajo de desgaste realizado por los funcionarios binneristas y kirchneristas y el sistemático aislamiento que impuso la burocracia de la UOM a la extraordinaria lucha de los obreros de Mahle, produjeron el doloroso desguace de la planta y una enorme sangría de la lucha.
Primero más de 300 trabajadores quedaron en la calle por cansancio y desmoralización aceptando los despidos encubiertos como “retiros voluntarios”. Luego la patronal alemana mandó telegramas de despido a los 139 compañeros restantes que no habían aceptado los “retiros voluntarios” Los 139 compañeros rechazaron el despido y siguieron luchando, colocaron una carpa en la plaza San Martín realizaron cortes y movilizaciones.
Mientras se operaba esta sangría de puestos de trabajo, los funcionarios del gobierno de Binner retiraron un proyecto de expropiación de la planta que habían publicitado cínicamente cuando el movimiento estaba en ascenso.
La funcionaria “socialista” encargada de ser el nexo entre los negociadores y los obreros, actuó sobre los trabajadores de conjunto pero especialmente sobre la Comisión Interna, que se transformó en vehículo de varios de sus planteos, fundamentalmente, en la última etapa. En particular, se adaptó a las exigencias del nuevo inversor, lo que significó el levantamiento de la carpa instalada frente a la gobernación y la desocupación de la planta a pesar de que no está garantizado el ingreso de los 139 obreros.
Estos planteos fueron resistidos en las asambleas por trabajadores que ven con lógica desconfianza la “propuesta” del gobierno que los bicicleteó sin escrúpulos.
Estamos en una situación límite. Los nuevos patrones anunciaron que el inicio del nuevo proceso productivo llevara dos o tres meses. Existe una voluntad de seguir peleando de decenas de luchadores.
Que el gobierno provincial pague los salarios hasta la puesta en marcha de la planta. Todos adentro. Todos en la puerta.
Carlos Blanco
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