En la noche del 31 de diciembre, pocas horas antes del brindis de fin de año, las patronales y el gobierno tuvieron su primer "regalo de año nuevo". La misma burocracia del Smata, que una semana antes había entregado la lucha de GM Rosario y de Córdoba, firmaba con la Asociación de Cámaras de Concesionarias Automotrices (Acara) lo que va a ser su política salarial de 2009.
El acuerdo contempla un aumento del 15% para todo el año, pactado en dos cuotas de 7% en enero y un 8% desde abril, lo que lo transforma el aumento en un 13% anual.
Con absoluto cinismo, la burocracia del Smata dice que, en realidad, el aumento sería del 40%. "Por otra parte se reconoce un 25% adicional por el año pasado lo que da una suba global del 40%" (Crítica, 3/1).
El acuerdo tiene el beneplácito del gobierno nacional. Para el Ministerio de Trabajo, la inflación de 2009 rondará el 10% y "los funcionarios avalarán subas de hasta cinco puntos por encima de de ese valor como recomposición del poder adquisitivo" (ídem). La burocracia ha firmado lo que las patronales y el gobierno han ofrecido, esta vez sin esperar la venia de Moyano.
La UOM comenzará a discutir en febrero la paritaria nacional, pero sus dirigentes ya adelantaron que seguirán la política del Smata. Según el propio Caló, el sindicato pedirá el 20% pero ‘aceptará' la suba del 15%. En la misma sintonía se han colocado las burocracias de los docentes, también con paritaria pendientes en febrero.
Desde hace más de tres meses la caída del salario es imparable. Han desaparecido las horas extras. Han caído todos los premios a la producción. Hay miles de suspensiones, muchas de ellas por abajo del 60% del salario. La desaparición de extras, premios y suspensiones es un golpe demoledor al salario, que es un "conformado" a medida de las patronales emergente de la flexibilización laboral.
Más que nunca hay que rechazar estos acuerdos truchos a espaldas de los trabajadores. Reclamar asambleas para defender el salario. Reclamar una recomposición salarial del 30% para toda la clase obrera, a la par del planteo de no a las suspensiones y a los recortes en los premios y ocupar toda fábrica que cierre o despida, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Hay que defender más que nunca el derecho de los trabajadores al aumento general de salarios y a las paritarias.
Juan Ferro
El acuerdo contempla un aumento del 15% para todo el año, pactado en dos cuotas de 7% en enero y un 8% desde abril, lo que lo transforma el aumento en un 13% anual.
Con absoluto cinismo, la burocracia del Smata dice que, en realidad, el aumento sería del 40%. "Por otra parte se reconoce un 25% adicional por el año pasado lo que da una suba global del 40%" (Crítica, 3/1).
El acuerdo tiene el beneplácito del gobierno nacional. Para el Ministerio de Trabajo, la inflación de 2009 rondará el 10% y "los funcionarios avalarán subas de hasta cinco puntos por encima de de ese valor como recomposición del poder adquisitivo" (ídem). La burocracia ha firmado lo que las patronales y el gobierno han ofrecido, esta vez sin esperar la venia de Moyano.
La UOM comenzará a discutir en febrero la paritaria nacional, pero sus dirigentes ya adelantaron que seguirán la política del Smata. Según el propio Caló, el sindicato pedirá el 20% pero ‘aceptará' la suba del 15%. En la misma sintonía se han colocado las burocracias de los docentes, también con paritaria pendientes en febrero.
Desde hace más de tres meses la caída del salario es imparable. Han desaparecido las horas extras. Han caído todos los premios a la producción. Hay miles de suspensiones, muchas de ellas por abajo del 60% del salario. La desaparición de extras, premios y suspensiones es un golpe demoledor al salario, que es un "conformado" a medida de las patronales emergente de la flexibilización laboral.
Más que nunca hay que rechazar estos acuerdos truchos a espaldas de los trabajadores. Reclamar asambleas para defender el salario. Reclamar una recomposición salarial del 30% para toda la clase obrera, a la par del planteo de no a las suspensiones y a los recortes en los premios y ocupar toda fábrica que cierre o despida, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Hay que defender más que nunca el derecho de los trabajadores al aumento general de salarios y a las paritarias.
Juan Ferro
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