El Ministerio de Trabajo de la Nación decretó una conciliación obligatoria en la empresa Siderar (que terminará el 5 de febrero) ante el anuncio de la patronal de que despediría 1.000 trabajadores de la planta, 800 de la Uocra y 200 de la UOM, y continuaría con los despidos de contratados y tercerizados hasta llegar a la cifra de 2.400 trabajadores.
El argumento de la patronal es que se ha producido una caída mundial del 19% del precio del acero y el cierre de altos hornos en China, Suecia, Finlandia, Brasil, y Corea del Sur. Esta situación la "obligaría" a: 1) suspender todas las inversiones previstas para 2009 y 2010; 2) suspender las reparaciones del alto horno 2; 3) mantener con una actividad reducida el alto horno 1; 4) por lo tanto, proceder a despidos masivos.
Para meter "presión política", Siderar envió una carta abierta a la Bolsa de Buenos Aires anunciando una caída de las ventas del 39% en el último trimestre. Una carta similar, publicada el 10 de agosto de 2008, había dado cuenta de un fabuloso incremento del 167,5% de las ganancias en los dos primeros trimestres del año, por la conjunción del aumento en el mercado interno y en la exportación. Es decir que el ciclo de sus negocios se dio vuelta por completo.
La empresa no ha ocultado su interés en una mega-devaluación del peso y un seguro de cambio de parte del Estado por su deuda con el exterior. La empresa, como ocurre en General Motors, pretende, como mínimo, el despido de contratados y tercerizados.
Techint abrió hace ya un tiempo un registro de retiros voluntarios en la Uocra, ofreciendo 2.500 pesos por cabeza para los que se fueran antes de la finalización de los contratos. La lista tuvo pocos adherentes y se terminó parando totalmente ante la dimensión de la crisis de Acindar, General Motors y Paraná Metal.
La UOM y la Uocra le han permitido a este gran pulpo capitalista tener a casi el 50% del personal bajo el régimen de contratistas. De los 5.800 trabajadores de Siderar, sólo 3.000 son personal efectivo. La variable de ajuste que pretenderá imponer la empresa serán estos 2.800 trabajadores precarios.
El despido de miles de trabajadores de Siderar es un golpe inmenso a los trabajadores de San Nicolás y de Villa Constitución, anticipo de despidos masivos en Acindar (directamente ligada al proceso productivo de Siderar), y a más de una veintena de fábricas vinculadas de San Nicolás. Además, es un golpe brutal al comercio y hasta para los valores de las propiedades. Se ha generado en toda la zona una nueva versión del desguace de la vieja Somisa.
Un mazazo sobre la mitad del personal de la principal fabrica de la Argentina no puede ser considerado como una "finalización de contratos". El caso de Siderar tampoco puede ser analizado hoy bajo la nueva moda kirchnnerista, de reemplazar capitalistas viejos por "nuevos inversores", como en Massuh o Paraná Metal.
Estamos ante uno de los pulpos del acero mundial, por lo tanto ante un conflicto que compromete al poder político. Hay una salida, incluso de carácter parcial, que es el reparto de horas de trabajo entre todo el personal, al 100% por 100% del salario, y un seguro de desempleo al 100% por 100% para el que quede afectado por una desactivación de tareas.
No permitamos ninguna baja de contrato. El gobierno nacional es el responsable de garantizar los sueldos actuales de todos los trabajadores que se desempeñan en la planta cualquiera sea la categoría de contratos que tengan.
Que se abran los libros de la empresa. Repartir las horas de trabajo sin afectar el salario. Ninguna suspensión, ningún despido.
El argumento de la patronal es que se ha producido una caída mundial del 19% del precio del acero y el cierre de altos hornos en China, Suecia, Finlandia, Brasil, y Corea del Sur. Esta situación la "obligaría" a: 1) suspender todas las inversiones previstas para 2009 y 2010; 2) suspender las reparaciones del alto horno 2; 3) mantener con una actividad reducida el alto horno 1; 4) por lo tanto, proceder a despidos masivos.
Para meter "presión política", Siderar envió una carta abierta a la Bolsa de Buenos Aires anunciando una caída de las ventas del 39% en el último trimestre. Una carta similar, publicada el 10 de agosto de 2008, había dado cuenta de un fabuloso incremento del 167,5% de las ganancias en los dos primeros trimestres del año, por la conjunción del aumento en el mercado interno y en la exportación. Es decir que el ciclo de sus negocios se dio vuelta por completo.
La empresa no ha ocultado su interés en una mega-devaluación del peso y un seguro de cambio de parte del Estado por su deuda con el exterior. La empresa, como ocurre en General Motors, pretende, como mínimo, el despido de contratados y tercerizados.
Techint abrió hace ya un tiempo un registro de retiros voluntarios en la Uocra, ofreciendo 2.500 pesos por cabeza para los que se fueran antes de la finalización de los contratos. La lista tuvo pocos adherentes y se terminó parando totalmente ante la dimensión de la crisis de Acindar, General Motors y Paraná Metal.
La UOM y la Uocra le han permitido a este gran pulpo capitalista tener a casi el 50% del personal bajo el régimen de contratistas. De los 5.800 trabajadores de Siderar, sólo 3.000 son personal efectivo. La variable de ajuste que pretenderá imponer la empresa serán estos 2.800 trabajadores precarios.
El despido de miles de trabajadores de Siderar es un golpe inmenso a los trabajadores de San Nicolás y de Villa Constitución, anticipo de despidos masivos en Acindar (directamente ligada al proceso productivo de Siderar), y a más de una veintena de fábricas vinculadas de San Nicolás. Además, es un golpe brutal al comercio y hasta para los valores de las propiedades. Se ha generado en toda la zona una nueva versión del desguace de la vieja Somisa.
Un mazazo sobre la mitad del personal de la principal fabrica de la Argentina no puede ser considerado como una "finalización de contratos". El caso de Siderar tampoco puede ser analizado hoy bajo la nueva moda kirchnnerista, de reemplazar capitalistas viejos por "nuevos inversores", como en Massuh o Paraná Metal.
Estamos ante uno de los pulpos del acero mundial, por lo tanto ante un conflicto que compromete al poder político. Hay una salida, incluso de carácter parcial, que es el reparto de horas de trabajo entre todo el personal, al 100% por 100% del salario, y un seguro de desempleo al 100% por 100% para el que quede afectado por una desactivación de tareas.
No permitamos ninguna baja de contrato. El gobierno nacional es el responsable de garantizar los sueldos actuales de todos los trabajadores que se desempeñan en la planta cualquiera sea la categoría de contratos que tengan.
Que se abran los libros de la empresa. Repartir las horas de trabajo sin afectar el salario. Ninguna suspensión, ningún despido.
Juan Ferro
Publicado por Prensa Obrera digital nº 3
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