jueves, 22 de enero de 2009

Separemos la paja del trigo

La movilización de los obreros de Paraná Metal a la autopista Rosario ha tenido una enorme trascendencia política y gremial.
La directiva de la UOM de Villa Constitución decidió ligar en forma inconsulta (no fue aprobado en una asamblea), los reclamos obreros a los reclamos de los capitalistas del campo. Pero los trabajadores se resistieron desde el comienzo de la jornada a que se les cambiara un corte de varias horas contra los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales, por un acto con la patronal agraria, que en definitiva tiene, desde el punto de vista económico, el mismo reclamo que las grandes patronales: la devaluación del peso.
La iniciativa propiciada por Piccinini pretendió unir en forma confusa a sectores obreros
y patronales enfrentados con el gobierno, pero que tienen razones opuestas e intereses absolutamente antagónicos. El corte recreó, por algunas horas en la ruta, el enfrentamiento “campogobierno” y también volvió a alinear momentáneamente a las direcciones de la UOM nacional y de la CTA en uno y otro bando.
La UOM nacional ha salido a defender al gobierno nacional y a la política seguida por el Ministerio de Trabajo de la Nación, que le sacaron la prerrogativa juridisccional al Ministerio de Trabajo provincial. La UOM de Caló apoya que la variable de ajuste sean las suspensiones y el despido masivo de los trabajadores contratados y tercerizados. En su comunicado oficial, destaca “la actitud de compromiso del gobierno nacional para con el conflicto de Paraná Metal”. La CTA nacional volvió a actuar en la ruta 9 en un frente único con Buzzi de la Federación Agraria. El propósito del acto fue mezclar la paja con el trigo. La unidad policlasista impulsada por Piccinini creó más desconfianza en una base obrera que no quiere ser campo de maniobra en favor de algún sector capitalista.
Los intencionados subtítulos de TN, que atribuían la protesta al “campo”, cayeron muy mal entre los metalúrgicos, que no aceptan una nueva movida con la Mesa de Enlace.
Para enfrentar la crisis es necesario un programa anticapitalista. Ese fue el espíritu del corte que se prolongó más allá de las intenciones y los horarios de los organizadores.
La resolución de una postergación de las suspensiones (sin el pago de los salarios) hasta el 15 de febrero plantea reclamar al gobierno nacional y al provincial un subsidio equivalente al salario hasta el final del conflicto.
La propuesta formulada por uno de los oradores metalúrgicos en el corte apuntó en esa dirección. Hay que ejercer un fuerte reclamo con las armas que los trabajadores consideren necesarias para que este subsidio aparezca.
Mantengamos el rechazo total a los despidos, a las rebajas salariales y continuemos con el método de las asambleas. Nos pronunciamos en contra de cualquier votación secreta, que tradicionalmente ha sido un arma de la burocracia sindical para enterrar los conflictos. Lejos de sigilos, necesitamos una asamblea general de todos los metalúrgicos de Villa para darle más fuerza a la lucha contra los despidos y las suspensiones.
Lejos también de las votaciones secretas es necesario rodearse de la solidaridad de toda la clase obrera del país, convocando en Villa a un plenario nacional de delegados y activistas que rodee todas las luchas de ese cordón industrial donde se está jugando una parte del destino de la clase obrera en el próximo período.
J.F.
Publicado en Prensa Obrera nº 1070

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