Ni suspensiones ni despidos, ni rebajas salariales
La situación de Siderar ha entrado de lleno en el terreno político. En ese marco se da la postergación momentánea de la efectivización de mil suspensiones -el paso previo a los 2.400 despidos.
Detrás de la amenaza del parate de la inversión, prevista en 1.200 millones de pesos para el funcionamiento del Alto Horno II, Techint hace varios reclamos: 1) la devaluación del peso; 2) un seguro de cambio para la deuda externa privada; 3) un préstamo y un acuerdo con el FMI; 4) el pago por Chávez de 1.650 millones de pesos por la estatización de Sidor (del mismo grupo
Techint). Se ha agotado el argumento del gobierno de que sólo llegarían a la Argentina
“coletazos” de la crisis mundial.
Las patronales de Techint, de GM, de Acindar y de Paraná Metal tienen perfectamente claro lo que quieren: una reducción drástica del plantel de personal, una reducción de los salarios y un avance decisivo de la flexibilidad laboral.
El gobierno no tiene para Siderar la salida de un hipotético “nuevo inversor” que ofrece a Paraná Metal. La sombra del desguace de Somisa está muy presente entre los trabajadores de San Nicolás. Como entre los 2.400 trabajadores afectados por los despidos hay una inmensa mayoría de la Uocra, el gobierno ya empezó una campaña anunciando que se harían obras públicas en la zona
para ubicar a esos trabajadores.
La pretensión de ocupar 2.400 trabajadores en obras públicas en San Nicolás suena absurda hasta para los burócratas de la Uocra. “Somos escépticos, la obra publica tiene sus tiempos de licitación y adquisición de materiales. No es fácil absorber tanta cantidad de gente” (Romero, de la Uocra de San Nicolás, en La Nación, 15/1).
Techint también reclama que los Kirchner presionen para que Chávez libere la deuda de 1.650 millones de dólares por el pago de la estatización de Sidor. “Las dos empresas son parte de Ternium. Si recibimos compensación por lo que ya no tenemos en Venezuela, con el consecuente alivio financiero, podríamos retomar las inversiones en Siderar, o por lo menos parte de ellas”, mintió un directivo de Siderar (El Cronista, 15/1). Lo que quiere es la plata en efectivo.
Las discusiones en el Ministerio de Trabajo giran alrededor de una salida similar a la que firmó la burocracia del Smata en General Motors: se discute una larga suspensión del personal contratado que, al igual que en GM, no tendría “retorno” si no cambian las condiciones económicas. Se discute, además, una rebaja o –en el mejor de los casos– un congelamiento salarial de un año, una propuesta que también se está discutiendo en Paraná Metal.
El camino es la movilización
La empresa ha señalado que cualesquiera sean las variantes, no prevé retomar las reparaciones del segundo horno en 2009 ni en 2010. Paraná Metal y el pueblo de Villa Constitución están en la calle luchando por la fuente de de trabajo de 1.200 obreros; el martes 19 manifestaron en San Pablo, Brasil, 12.000 metalúrgicos contra los despidos, las suspensiones y los intentos de rebajas salariales. Hagamos como ellos. Debe haber una asamblea general de la UOM y una movilización de todo el pueblo de San Nicolás hasta lograr que el gobierno nacional y la patronal se hagan responsables del trabajo de 2.400 familias.
Es necesario que la patronal y el gobierno garanticen un seguro de empleo equivalente al salario actual a todos los trabajadores afectados hasta la normalización definitiva de la situación. Todo lo demás no da ninguna salida; son suspensiones, despidos y rebajas salariales para que la crisis la paguen los trabajadores y no los que se han enriquecido estos años con la explotación obrera. En el medio de la crisis, Techint quiere hacer otro gran negocio.
Juan Ferro
La situación de Siderar ha entrado de lleno en el terreno político. En ese marco se da la postergación momentánea de la efectivización de mil suspensiones -el paso previo a los 2.400 despidos.
Detrás de la amenaza del parate de la inversión, prevista en 1.200 millones de pesos para el funcionamiento del Alto Horno II, Techint hace varios reclamos: 1) la devaluación del peso; 2) un seguro de cambio para la deuda externa privada; 3) un préstamo y un acuerdo con el FMI; 4) el pago por Chávez de 1.650 millones de pesos por la estatización de Sidor (del mismo grupo
Techint). Se ha agotado el argumento del gobierno de que sólo llegarían a la Argentina
“coletazos” de la crisis mundial.
Las patronales de Techint, de GM, de Acindar y de Paraná Metal tienen perfectamente claro lo que quieren: una reducción drástica del plantel de personal, una reducción de los salarios y un avance decisivo de la flexibilidad laboral.
El gobierno no tiene para Siderar la salida de un hipotético “nuevo inversor” que ofrece a Paraná Metal. La sombra del desguace de Somisa está muy presente entre los trabajadores de San Nicolás. Como entre los 2.400 trabajadores afectados por los despidos hay una inmensa mayoría de la Uocra, el gobierno ya empezó una campaña anunciando que se harían obras públicas en la zona
para ubicar a esos trabajadores.
La pretensión de ocupar 2.400 trabajadores en obras públicas en San Nicolás suena absurda hasta para los burócratas de la Uocra. “Somos escépticos, la obra publica tiene sus tiempos de licitación y adquisición de materiales. No es fácil absorber tanta cantidad de gente” (Romero, de la Uocra de San Nicolás, en La Nación, 15/1).
Techint también reclama que los Kirchner presionen para que Chávez libere la deuda de 1.650 millones de dólares por el pago de la estatización de Sidor. “Las dos empresas son parte de Ternium. Si recibimos compensación por lo que ya no tenemos en Venezuela, con el consecuente alivio financiero, podríamos retomar las inversiones en Siderar, o por lo menos parte de ellas”, mintió un directivo de Siderar (El Cronista, 15/1). Lo que quiere es la plata en efectivo.
Las discusiones en el Ministerio de Trabajo giran alrededor de una salida similar a la que firmó la burocracia del Smata en General Motors: se discute una larga suspensión del personal contratado que, al igual que en GM, no tendría “retorno” si no cambian las condiciones económicas. Se discute, además, una rebaja o –en el mejor de los casos– un congelamiento salarial de un año, una propuesta que también se está discutiendo en Paraná Metal.
El camino es la movilización
La empresa ha señalado que cualesquiera sean las variantes, no prevé retomar las reparaciones del segundo horno en 2009 ni en 2010. Paraná Metal y el pueblo de Villa Constitución están en la calle luchando por la fuente de de trabajo de 1.200 obreros; el martes 19 manifestaron en San Pablo, Brasil, 12.000 metalúrgicos contra los despidos, las suspensiones y los intentos de rebajas salariales. Hagamos como ellos. Debe haber una asamblea general de la UOM y una movilización de todo el pueblo de San Nicolás hasta lograr que el gobierno nacional y la patronal se hagan responsables del trabajo de 2.400 familias.
Es necesario que la patronal y el gobierno garanticen un seguro de empleo equivalente al salario actual a todos los trabajadores afectados hasta la normalización definitiva de la situación. Todo lo demás no da ninguna salida; son suspensiones, despidos y rebajas salariales para que la crisis la paguen los trabajadores y no los que se han enriquecido estos años con la explotación obrera. En el medio de la crisis, Techint quiere hacer otro gran negocio.
Juan Ferro
Publicado en Prensa Obrera nº 1070
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