Mahle es una fábrica autopartista que emplea directamente a más de 400 operarios, aunque con las firmas tercerizadas esa cantidad se duplica. Esta fábrica se llamaba Dana y antes era Danery, hasta que en mayo de 2007 pasó a manos de este grupo industrial alemán, que además se quedó con la fábrica de válvulas Edival de Rafaela. Buena parte de su producción se exporta, aunque los aros y las camisas de pistones también se comercializan en automotrices locales. Desde que Mahle desembarcó en Rosario, en mayo de 2007, se produjeron alrededor de 90 despidos.
El martes 9, los trabajadores de Mahle se encontraron con que dos de sus compañeros, con mucha antigüedad en la empresa, fueron despedidos.
La respuesta fue inmediata: se convocaron en asamblea y decidieron permanecer dentro de la fábrica exigiendo su reincorporación.
Fue la gota que rebalsó el vaso luego de que la patronal presentara, hace un mes, un recurso preventivo de crisis. Los planteos de la patronal son: rebaja salarial, modificación de las condiciones de trabajo (cambios de horarios) y despidos de trabajadores. Todo esto en medio de una situación de permanentes aprietes y "verdugueos" dentro de la fábrica (quita de las sillas de los puestos de trabajo, filmaciones, etc.). Los delegados consideran los despidos como una represalia por la negativa a aceptar los ajustes que plantea la empresa.
La firmeza de la medida de fuerza, acompañada por un corte de calle frente a la planta, se mantuvo hasta el miércoles cuando los delegados fueron convocados al ministerio. Se dictó la conciliación obligatoria, obligando a la empresa a dar marcha atrás con los despidos.
Este período de conciliación de 15 días va a ser de ardua negociación y seguramente van a continuar las presiones de la patronal. Pero los trabajadores demostraron determinación de lucha y unidad.
Alicia (artículo se realizó en base a una entrevista realizada con los delegados Martín Lallard, Claudio Maldonado y Roberto Campos).
Publicado por Prensa Obrera nº 1068
El martes 9, los trabajadores de Mahle se encontraron con que dos de sus compañeros, con mucha antigüedad en la empresa, fueron despedidos.
La respuesta fue inmediata: se convocaron en asamblea y decidieron permanecer dentro de la fábrica exigiendo su reincorporación.
Fue la gota que rebalsó el vaso luego de que la patronal presentara, hace un mes, un recurso preventivo de crisis. Los planteos de la patronal son: rebaja salarial, modificación de las condiciones de trabajo (cambios de horarios) y despidos de trabajadores. Todo esto en medio de una situación de permanentes aprietes y "verdugueos" dentro de la fábrica (quita de las sillas de los puestos de trabajo, filmaciones, etc.). Los delegados consideran los despidos como una represalia por la negativa a aceptar los ajustes que plantea la empresa.
La firmeza de la medida de fuerza, acompañada por un corte de calle frente a la planta, se mantuvo hasta el miércoles cuando los delegados fueron convocados al ministerio. Se dictó la conciliación obligatoria, obligando a la empresa a dar marcha atrás con los despidos.
Este período de conciliación de 15 días va a ser de ardua negociación y seguramente van a continuar las presiones de la patronal. Pero los trabajadores demostraron determinación de lucha y unidad.
Alicia (artículo se realizó en base a una entrevista realizada con los delegados Martín Lallard, Claudio Maldonado y Roberto Campos).
Publicado por Prensa Obrera nº 1068
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