martes, 30 de diciembre de 2008

DESPUES DEL SOBRESEIMIENTO

UBA: Que la Policía se vaya del Rectorado
Cuando la Cámara Federal de Apelaciones revocó el procesamiento de los diez dirigentes de la Fuba, no sólo se conquistaba un triunfo de los luchadores contra la política de criminalización y judicialización de la lucha social llevada adelante por los poderes de turno. Además, se le daba un golpe muy duro a la política del rectorado y de las camarillas universitarias, que buscaron acorralar a la Fuba y gobernar recurriendo a la custodia policial.
En su discurso oficial, el rectorado planteaba las cosas más o menos así: como la Fuba y el movimiento estudiantil de la UBA recurre a medidas delictivas (tomas, ocupaciones, movilizaciones, piquetes) para elevar sus reclamos, debemos, necesariamente y para asegurar el funcionamiento de la institución, requerir de manera regular la custodia de la policía y eliminar el carácter público de las reuniones.
En buen criollo, sin embargo, para las camarillas lo que estaba en juego era terminar con el asedio sistemático del movimiento universitario al Consejo Superior. No es casual, en este sentido, que el caso que generó la crisis haya sido el del CBC de Merlo. Sucede que el rector Hallú ya había resuelto el cierre de la sede en complicidad con el intendente y patotero de Merlo, Raúl Othacehé. Si tuvo que volver atrás fue por la movilización sistemática de los estudiantes y docentes a las sesiones del Superior. Bajo esa presión las camarillas arrugaron y decidieron reabrir la sede.
Una vez que el rectorado consiguió instalar una custodia policial permanente se ‘cebaron' y votaron, como en catarata, proyectos reaccionarios que estaban congelados por temor al movimiento estudiantil. Estos proyectos abarcaron reformas de carrera limitacionistas y acreditaciones generalizadas a la Coneau (Veterinaria, Ingeniería, Farmacia), ataques a la docencia (eliminación de las licencias de maternidad), eliminación de los cursos de verano en varias facultades (Psicología y Arquitectura), etc.
Los decanos que se reclaman "progresistas" apoyaron la custodia policial permanente y responsabilizaron a los estudiantes aplicando un razonamiento ridículo: si los estudiantes no lucharan no habría necesidad de llamar a la Federal. No se les ocurrió, claro, considerar por qué luchan los estudiantes, la justeza de sus reclamos y la negativa sistemática de las autoridades a tenerlos en cuenta.
Pero, ahora, el fallo de la Cámara que establece que los estudiantes no cometieron ningún delito en su lucha por la apertura de la sede del CBC de Merlo deja en ridículo a las camarillas, y no sólo eso: las obliga a retirar la Policía Federal del rectorado y a volver a las reuniones públicas y abiertas del Consejo Superior. Es un punto fundamental que debe ser expresamente destacado.
"Fuera la Policía Federal del rectorado" pasa a ser una consigna fundamental, que el fallo conquistado pone en el orden del día.
Gabriel Solano
Publicado en Prensa Obrera digital nº 2

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