Las gigantescas movilizaciones populares de Tucumán no solamente rechazaron un sistema electoral fraudulento.
Condenaron a un régimen que asoció a todo el aparato estatal con las camarillas capitalistas y con el delito organizado.
Su contracara es la precarización laboral y la miseria popular, que explotan los punteros y el asistencialismo oficial.
En la volteada de un escrutinio tramposo, golpearon y se llevaron detenidos a militantes, candidatos y fiscales del Partido Obrero en el Frente de Izquierda.
Pero la guerra de punteros que estalló este domingo no retrata sólo a Tucumán.
Es la expresión de un aparato estatal y un régimen social agotados, desde Formosa al conurbano bonaerense.
El kirchnerismo ha gobernado -y le entrega su sucesión- a los Scioli, Aníbal Fernández, Insfrán o Manzur.
¿Cómo respondieron los Macri, Massa o Stolbizer a la pueblada de Tucumán? Pidiéndole que “revise las urnas” la misma junta electoral que avaló el fraude.
Estos opositores aspiran a gobernar en consenso con los “barones” pejotistas de las provincias.
Es el “armado político” que reclama la política de tarifazos, devaluación y reendeudamiento que todos ellos articulan para después de diciembre.
Redoblemos la movilización por la libertad de los detenidos del Partido Obrero.
Contra los candidatos del fraude, la represión y el ajuste, impulsemos una vigorosa campaña del Frente de Izquierda en todo el país.
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