Dos brutales asesinatos de jóvenes fueron detonantes para que la indignación se transforme en movilización popular contra el régimen de impunidad 'socialista' que reina en la provincia.
El 30 de octubre apareció sin vida el cuerpo de Franco Casco, un joven trabajador de 20 años de Florencio Varela que estaba visitando familiares en Rosario. Había sido visto por última vez cuando estaba detenido en la comisaría séptima; tres semanas después apareció su cuerpo flotando en el río Paraná. Ante este caso de gatillo fácil, comenzaron las movilizaciones de los familiares, junto a una gran cantidad de organizaciones . El caso empezó a embarrarse por todos lados: testigos falsos que aseguraron haberlo visto y demoraron así la búsqueda e investigación, la fiscalía no pidió a tiempo las filmaciones de seguridad y ahora ya fueron borradas, la madre de Franco asegura que la firma en el libro de la comisaría tras la supuesta liberación no es la de su hijo. Solamente la investigación comenzó a efectivizarse cuando los familiares hicieron público el caso a través de los medios de comunicación y su movilización.
Casi simultáneamente, en Capitán Bermúdez, una joven de 18 años fue asesinada en la puerta de un boliche donde trabajaba como promotora, mientras otros jóvenes eran heridos. A los dos días una verdadera pueblada se desató en Capitán Bermúdez. Más de tres mil personas se movilizaron por las calles de la ciudad hasta la comisaría de la zona. Allí la policía provocó a los vecinos movilizados, desatando la ira de todos los presentes. La policía respondió con represión y balas de goma. El único bloque político del concejo municipal que estuvo presente en la movilización fue el Partido Obrero.
Los vecinos han apuntado por el crimen a un narcotraficante reconocido, denunciando también a los policías que se encontraban presentes en la puerta del boliche en el momento del crimen y que sin embargo liberaron la zona. Esto se suma a los innumerables hechos delictivos que involucran a la propia policía en esa ciudad.
El 12 de noviembre, acompañado por una movilización, comienza el juicio por el triple crimen de Villa Moreno. Tres pibes militantes del Movimiento 26 de Junio de un barrio de Rosario, que el 1o de enero de 2012 fueron acribillados por narcos, y contaron para ello con la complicidad policial. Fue uno de los primeros crímenes que iban a marcar el espiral de crisis y asesinatos que se sucedería en los meses siguientes en Rosario, y que aún sigue.
Un régimen descompuesto
Una vez más, la juventud paga con sangre la descomposición social que brota por todos los poros de Santa Fe. Un entramado entre bandas narco, un aparato policial putrefacto, que junto con el poder empresarial y político orquestan el delito organizado. De “yapa” arremeten contra la juventud en las barriadas, no solo la policía provincial sino también los gendarmes “caranchos” de Berni.
Frente al narcotráfico, los asesinatos de inocentes, y los casos de gatillo fácil, el Frente Progresista pone como Secretario de Seguridad a un ex gendarme que participó en la ocupación de Haití, y refuerza el aparato policial con nuevos miembros de este régimen corrupto.
Por la condena máxima a todos los implicados en el triple crimen de Villa Moreno, incluidos los policías.
Sigamos movilizados por el esclarecimiento y la investigación a fondo del asesinato de Franco Casco y Analía Rivero. Justicia por ellos.
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