jueves, 6 de noviembre de 2014

La clase obrera, protagonista en la elaboración de su propia política

Conceptos vertidos en la Conferencia de Prensa realizada el martes 4 de noviembre, para anunciar la convocatoria al congreso del Luna Park.

A  principios de año, hicimos la propuesta de realizar un Congreso del movimiento obrero y de la izquierda, convocado por todos los sectores de la izquierda que coincidieran en este planteamiento. Lo hicimos a partir del siguiente concepto: luego del gran avance electoral del Frente de Izquierda, era necesario acentuar ante la sociedad el objetivo de la izquierda argentina de convertir a la clase obrera de este país en una fuerza política autónoma, que le dispute el poder a la clase capitalista. Reforzar el concepto de que el avance alcanzado no era simplemente el de una etiqueta electoral, sino el resultado de una lucha de clases librada en el plano político. Era natural, entonces, que planteáramos abiertamente hacer de este Congreso una iniciativa del Frente de Izquierda, donde los representantes, los activistas y los luchadores que combaten por un movimiento obrero independiente tuvieran voz y voto en las decisiones políticas que tienen que ver con la clase obrera, y que lo hicieran juntamente con la izquierda.
 
 
Un proceso político
 
Desde entonces, ha habido centenares de asambleas en todo el país para elegir los delegados y para elaborar plataformas. Esas asambleas contribuyeron decisivamente a trazar un balance de la situación de los trabajadores y de sus luchas en cada zona del país, y sacar conclusiones, no sólo en el plano reivindicativo sino también en el del método de trabajo y de la acción política. De este modo, la marcha al Congreso del Luna ha sido el escenario de una intensa politización. Cambia un escenario donde el trabajador es una masa pasiva a la que manipulan los candidatos tradicionales, a veces en forma directa y a veces a través de la burocracia sindical. Aquí, en este Congreso, la clase obrera viene y participa como protagonista de la elaboración de su propia política. Retomamos una gran tradición del movimiento obrero argentino: la de una intervención política de carácter independiente.
 
 
Dos ‘coloquios'
 
Para decirlo de un modo todavía más claro: hace pocas semanas hubo un Coloquio de Idea, donde estuvieron Fiat, General Motors, empresas de la alimentación, Techint y otros grupos capitalistas, que discutieron la orientación que pretenden imponer a los candidatos en las próximas elecciones. Así, le bajaron línea a Scioli, a Massa y a Macri, que se sumaron a los planteamientos de estos grupos capitalistas. En el Luna Park, el 8 de noviembre, volverán a estar Techint, el Banco Macro, Acindar, Fiat, General Motors y las alimenticias, pero no en la persona de los capitalistas sino en la de los delegados y los activistas. Y este contrapunto es el fundamental de la Argentina, porque el problema de la Argentina es quién paga la crisis.
 
 
El método del Frente de Izquierda
 
A diferencia de muchos encuentros de distinto tipo en el curso de este año, este es un congreso político, que manifiesta su completo apoyo al Frente de Izquierda y los Trabajadores. Lo apreciamos como un canal que sirve al desenvolvimiento y a la autonomía política de la clase obrera. Es un frente único, y no un campo de disputas entre izquierdistas. Es un frente único que tiene su método, que consiste en discutir un programa, una política y candidaturas, y una metodología de representación política, consistente en que los candidatos que son electos se van turnando como representantes y, al mismo tiempo, desarrollan una gestión colectiva de las bancas. Nosotros defendemos este método de frente único, y lo vamos a seguir impulsando para esta campaña electoral. El Frente de Izquierda no puede ser, ni permitiremos que sea, un campo de disputas faccionales. De lo contrario, estaríamos traicionando a los trabajadores que quieren una herramienta para avanzar, crecer, progresar y derrotar a la política capitalista. Cualquier iniciativa que no corresponda a esta voluntad de unidad es negativa.
 
Este Congreso es también un lanzamiento del proceso electoral del año que viene. La primera prueba son las elecciones en la provincia de Salta, que tendrán lugar muy tempranamente -las Paso se hacen en abril próximo- y donde el Partido Obrero disputa la intendencia de la capital. Esas elecciones van a ser un termómetro de la situación política y, al mismo tiempo, un indicador para el conjunto de la izquierda.
 
El solo hecho de que escenifiquemos en el Luna Park la política de unidad del movimiento obrero y de la izquierda justifica ampliamente este Congreso. Estamos ante una nueva etapa de ruptura con la tesis de "la clase obrera - columna vertebral" (que soporta a un movimiento político en cuya cabeza se encuentra otra clase social); es una ruptura con la dominación de los trabajadores por parte de la burocracia sindical; es una ruptura con un peronismo en completa descomposición, que sirve a los intereses capitalistas. En definitiva, es un llamamiento a la clase obrera a intervenir abiertamente en política con un programa socialista, que es el que plantea el Frente de Izquierda. Estos son los términos fundamentales del Congreso que convocamos para el sábado.
 
 
Después del Luna
 
Vamos a proponer al Congreso obrero y de la izquierda que se reconvoque para principios de año, donde reiteraremos nuestro llamado a la izquierda. El Congreso no tiene una finalidad oportunista de aparato, sino la de estructurar políticamente a la vanguardia de la clase obrera. Insistimos: el Frente de Izquierda no se estructuró para servir de campo de disputas facciosas, sino para la unidad política de la clase obrera. Con esta orientación vamos a procurar que dupliquen o tripliquen los resultados electorales pasados, como lo registran los sondeos de opinión que registran las intenciones de voto para Altamira o Néstor Pitrola en la provincia de Buenos Aires, que si se proyectan a los legisladores tienen un alcance muy grande. Apartándonos un momento del lenguaje socialista, podemos decir que tenemos un capital político enorme, pero tenemos que desarrollarlo con el mismo método que nos llevó a este progreso. Por caso, la ley electoral en las Paso no permiten la combinación de candidaturas adversas en una interna de la fórmula presidencial, y nosotros tenemos que ir a la campaña electoral con una candidatura presidencial de frente único, no del monopolio de un partido. Entonces, insistiremos con el método que nos ha llevado a este gran desarrollo político en cuatro años.
 
Desde que lanzamos esta convocatoria al Congreso obrero y de la izquierda, en ocasión del congreso del Partido Obrero (abril pasado), se han producido discrepancias entre las fuerzas del Frente de Izquierda, que se manifestaron en iniciativas rivales que, finalmente, no han prosperado. Esas iniciativas han tenido un carácter sindical, cuando este Congreso asume claramente características políticas. Aunque no hemos logrado una convocatoria unitaria de este Congreso, no renunciamos a conseguirlo en el futuro. De cualquier manera, han solicitado participar en este Congreso y, naturalmente los recibimos con los brazos abiertos, Izquierda Socialista (IS) y el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), que integran el Frente de Izquierda. Al PTS se lo ha invitado a numerosas reuniones en este sentido, pero no ha contribuido. Insisto: el Frente de Izquierda es un frente único de lucha contra nuestros adversarios capitalistas. Por otra parte, quien se empeñe en romper el Frente de Izquierda probablemente desaparezca de la política nacional.
 
 
La transición política y la izquierda
 
El Partido Obrero es muy consciente de las contradicciones que atraviesan a la izquierda, por eso es importante que definamos nuestro método. Estas contradicciones se arrastran desde la misma fundación del Frente, y el método del Frente de Izquierda de llegar a acuerdos políticos sistemáticos ha sido fructífero y produjo resultados grandes. Nosotros asumimos toda la responsabilidad de desarrollar esta política en forma absolutamente consecuente. La unión del movimiento obrero y de la izquierda significa una revolución completa en la izquierda, que se ha desarrollado durante muchos años mirándose el ombligo y no con una estrategia que apunte a la perspectiva de la revolución social de las grandes masas, de los grandes sectores explotados. Estamos en una transición de una izquierda de rienda corta, por un lado, a una izquierda que tiene la responsabilidad de luchar por el poder. Esa transición es naturalmente contradictoria. A partir de esta caracterización, vamos a explicar al pueblo y también a la izquierda, el método de frente único para atravesar esta transición. Son los métodos que nos van a asegurar que en 2015 no haya una legislatura sin representantes y enfrentar el desafío de la intendencia de Salta. Hay una transición en todos los terrenos, que -como toda transición- nunca es aislada. El país entero y la economía y política mundiales están pasando por una conmoción de alcance histórico, que también afecta al movimiento obrero y a la izquierda. El movimiento obrero está peleando por echar a la burocracia y por un movimiento independiente que merezca el nombre de movimiento obrero. Lo mismo va a ocurrir con la izquierda con el país. Nos guía esta caracterización de conjunto y los intereses generales de nuestra clase, y no el interés de un aparato partidario determinado.

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