SALARIOS, SUSPENSIONES, DESPIDOS
El segundo del ministro Axel Kicillof no pudo ser más claro: rechazó el pago de un plus salarial de fin de año con el argumento de que “el salario real no cayó”.
Los trabajadores que tuvieron paritarias no pueden decir lo mismo: obtuvieron aumentos anuales del 20 ó 25% contra una inflación real del 40%. ¿Qué decir del 50% de precarizados, muchos de los cuales ni siquiera tuvieron un aumento?
Mientras tanto, el mismo gobierno ofrecía el oro y el moro a cerealeras, aseguradoras y otros capitalistas para obtener un puñado de dólares.
Para financiar el barril sin fondo de la bancarrota nacional, el gobierno refuerza la especulación y la desorganización económica.
Por encima de las bravuconadas, la política oficial es un traje a medida de los buitres, tanto los de adentro como los de afuera.
Mientras tanto, la fiesta de los especuladores la pagan los trabajadores. Tres mil metalúrgicos están por ser despedidos en Tierra del Fuego.
Las suspensiones y despidos siguen arreciando en la industria automotriz. Lo mismo ocurre en las autopartistas y también en el Neumático.
En este cuadro gravísimo, las centrales obreras se han llamado a “cuarteles de verano”.
La burocracia sindical, en todas sus vertientes, reparte sus cartas entre los Massa, Macri, Scioli y otros ajustadores. Discuten la “unidad”, no para luchar, sino para frenar mejor las demandas obreras y enfrentar al clasismo.
Pero los reclamos adquieren una urgencia mayor.
Es necesario deliberar en los lugares de trabajo y sindicatos, establecer un programa y un plan de acción para poner en pie de lucha a nuestras organizaciones obreras por:
> 3.000 pesos de emergencia para trabajadores y jubilados, frente a la inflación galopante.
> Reapertura de las paritarias e indexación automática de los salarios de acuerdo con la inflación.
> Prohibición de suspensiones y despidos, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.
> Anulación del impuesto al salario.
> Ningún tarifazo, apertura de los libros de las grandes empresas, a manos de comisiones de trabajadores.
Por todo lo anterior, luchemos por un plan de lucha nacional, comenzando por un paro de 36 horas.
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