viernes, 2 de mayo de 2014

Triunfo en el cordón industrial de San Lorenzo



La Federación Nacional de Trabajadores Aceiteros y la CGT-San Lorenzo acordaron con las cámaras patronales del sector un piso salarial de 10.500 pesos para todos los obreros del complejo oleaginoso agroexportador (Copa).
Este aumento del básico inicial significa para los trabajadores aceiteros, formalmente un 38,9 por ciento; un porcentaje por encima de todas las paritarias firmadas hasta ahora. El convenio Copa -que engloba a once gremios más del complejo- estaba en 7.250 pesos y opera a través del pago de la diferencia entre el acuerdo de cada rama hasta llegar al piso regional.
El dato importante es que este ingreso mínimo se igualó al inicial aceitero (que llegó a estar un 80 por ciento por arriba) lo que significa un salto para el salario de los tercerizados del complejo.
Las patronales primero ofrecieron 9.600 pesos de piso en dos cuotas, luego retrocedieron ante la fuerte tendencia a un paro por tiempo indeterminado en medio de la cosecha. Pero, a cambio, obtuvieron una extensión del actual convenio hasta marzo (previendo que las próximas negociaciones no se inicien con la cosecha gruesa ya en marcha). Tomando, entonces, los quince meses del acuerdo, el aumento real se ubica en un 35 por ciento de aumento; lo que no quita que se ha obtenido una importante conquista salarial.
El conflicto del cordón se transformó en una cuestión de Estado para el kirchnerismo. La actuación del gobierno nacional fue de un abierto salvataje de las agroexportadoras, declarando una conciliación obligatoria antes de que se produzca el paro. La viceministra Noemí Rial fracasó en la primera negociación, pues intentó claramente dividir a los aceiteros de la CGT-San Lorenzo, otorgándole un acuerdo sólo a los primeros, sin incluir a los tercerizados del Copa.
Ante la amenaza de largar el paro de los demás gremios, se llevó a cabo una segunda reunión en la propia Casa de Gobierno con Capitanich y Tomada, que destrabó el conflicto.
Como anunciamos en Prensa Obrera, sobraban las razones para un paro general por los 10.500 pesos. Ahora es necesario atacar el corazón del problema que es la tercerización; el convenio Copa es aceptado por las agroexportadoras, pues no implica el pase a planta de los miles que trabajan en el complejo y mantiene un sistema de trabajo a destajo, fundamentalmente, en la cosecha gruesa que ya ha costado 14 muertes obreras. Las direcciones de los sindicatos del Cordón no impulsan una lucha por estas reivindicaciones, lo que marca sus enormes límites.
Es necesario un plenario general de todo el cordón industrial para votar el pase a planta y un programa contra las pésimas condiciones laborales que reinan en todas las empresas, con la abierta complicidad del gobierno del Frente Cívico y el gobierno nacional.

Juan Ferro


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