Luego de 36 días de huelga general por tiempo indeterminado, los docentes salteños acaban de obtener una victoria impresionante.
El gobierno provincial tuvo que dar marcha atrás.
El gobierno provincial tuvo que dar marcha atrás.
El aumento salarial que arrancaron oscila entre un 33 y un 36 por ciento, muy por encima de la pauta oficial -e incluso del incremento promedio obtenido por los maestros bonaerenses.
Pero la principal conquista de la huelga es que obligó al gobierno a reconocer a la Asamblea Provincial como la verdadera organización gremial de la docencia.
La heroica huelga salteña hizo saltar por el aire el chaleco de fuerza que históricamente ha representado y representa la burocracia sindical.
Se impuso quebrando el frente en su contra de los Urtubey (K), los Romero (Massa) y la CTA oficialista.
La huelga puso al rojo vivo una agenda: la continuidad de la lucha, de la cual la burocracia de todos los colores se ha bajado.
A la lucha por el salario se le une, ahora, la necesidad de enfrentar la crisis industrial.
La ola de despidos y suspensiones que arrancó en las automotrices rápidamente se ha propagado a las autopartistas.
Los trabajadores de Gestamp, en la zona norte del gran Buenos Aires, están acampando en la puerta de la fábrica a raíz de 60 despidos.
Los diputados de nuestro bloque han planteado, en la sesión especial por ganancias, donde defendieron la abolición del impuesto al salario, la necesidad de una urgente sesión por los despidos y suspensiones.
Es una necesidad de vida o muerte derrotar el rodrigazo K-K en marcha.
La lucha planteada es inseparable de la batalla por una nueva dirección obrera.
La histórica huelga de Salta viene después del 30 por ciento que el Partido Obrero obtuvo en las elecciones de noviembre pasado en esa provincia.
Hay una relación estrecha entre el ascenso de la izquierda y esta nueva etapa que se está abriendo en el movimiento sindical.
Llamamos a impulsar la lucha por un nuevo paro de 36 horas, una huelga general y un Congreso de Bases del movimiento obrero.
Para defender el salario, la jubilación y los puestos de trabajo, y para derrotar el ajustazo.
Reforcemos la unidad de la izquierda y el movimiento obrero.
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