El nuevo gabinete debutó con otro aumento en el precio de las naftas.
Sólo en noviembre, la suba supera al 12%.
Más temprano que tarde, esa escalada reforzará la carestía en alimentos y en toda la canasta familiar.
El naftazo vino acompañado de otro anuncio: un acuerdo con Repsol, el gran vaciador de YPF.
En vez de investigar una década de desfalcos, el gobierno premiará a Repsol y a sus accionistas con dólares contantes y sonantes.
Y con áreas petroleras que ya fueron exploradas.
No es difícil sacar la conclusión: la plata para resarcir a Repsol saldrá de los trabajadores y consumidores.
Con estos tarifazos, el gobierno quiere ganarse el favor de los monopolios petroleros internacionales.
La oposición aplaude esta convocatoria a “inversores”… que no invierten nada.
Quieren financiarse con el bolsillo del pueblo, a costa de tarifazos.
Y desvalorizando el patrimonio nacional, a través de una devaluación.
El naftazo para salvar a Repsol es sólo la punta del ovillo del ajuste que preparan.
El naftazo para salvar a Repsol es sólo la punta del ovillo del ajuste que preparan.
Después de haber socorrido a los privatizadores y a los buitres de la deuda durante una década, intentan otro rescate en favor de todos ellos.
Los opositores -de Massa al Unen- aplauden al gabinete ajustador.
Opongamos a este rumbo sin futuro una lucha de conjunto y un programa:
• Ningún tarifazo. Nacionalización del petróleo y las privatizadas bajo control obrero, sin resarcimiento a sus vaciadores.
• Doble aguinaldo y reapertura inmediata de las paritarias. Reajuste automático de los salarios con la inflación.
• Basta de desfalco a la Anses: que sea dirigido por trabajadores y jubilados electos, para asegurar el 82% móvil.
Desarrollemos al Partido Obrero y al Frente de Izquierda como alternativa política, frente a los bloques políticos del tarifazo y el rescate a Repsol.
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