El reclamo para reabrir las paritarias está ganando a numerosos sindicatos. La carestía en los alimentos se suma a los tarifazos en las naftas.
El impuesto al salario abarca a cada vez más trabajadores.
Una respuesta de conjunto de la clase obrera es cada vez más necesaria.
La marcha del pasado 10 de octubre dejó planteada esta cuestión. Lo volvió a plantear la del miércoles 24, contra las ART.
En lugar de definir -de una vez por todas- un paro general y un plan de lucha, para Moyano ha sido más oportuno reunirse con Macri y dar alas a un acuerdo político.
El único resultado que puede buscar semejante transa es someter a los trabajadores a los intereses de sus peores enemigos.
Convertido en aliado de Clarín, quiere dar pelea al gobierno desde una trinchera patronal.
Incluso los ‘progresistas’ que votaron a favor de la ley de medios -como el FAP de Binner y Lozano, y Proyecto Sur de Solanas- se han unido a la derecha para defender la libertad de expresión, no la de los obreros o las organizaciones populares, sino la de las corporaciones capitalistas.
La reunión de Moyano con Macri resume todo el dilema de los trabajadores, quienes son invitados a apoyar a un negrero para combatir el atropello a sus derechos por parte del oficialismo, o apoyar a los ejecutores de estos atropellos contra esos negreros.
Se trata de una trampa política.
Para enfrentar esta trampa, llamamos a apoyar al Frente de Izquierda y a reclamar -mediante plenarios, asambleas y pronunciamientos- una huelga nacional para eliminar el impuesto al salario, recuperar el salario familiar, estatizar el seguro de enfermedades y accidentes de trabajo, establecer comités de seguridad en las empresas, por la vigencia del 82% móvil para los jubilados, por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar.
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