Un voto negativo de la mayoría oficialista del Frente Progresista local a una declaración pidiendo justicia por el asesinato de Mariano Ferreyra generó una fuerte e inusitada polémica. A la indignación de la edila del Partido Obrero, Jorgelina Signa, se sumó el recientemente normalizado Partido Socialista, que se expresó a favor del pedido.
El debate se instaló cuando una simple declaración de forma, en un caso resonante por el que están juzgando a dirigentes del gremio ferroviario, extrañamente no fue acompañada por el bloque del oficialismo, y se disparó la discusión. Ferreyra, militante del PO, murió el 20 de octubre de 2010 cuando participaba en Buenos Aires de una protesta contra la tercerización de trabajadores ferroviarios.
A principios de agosto, cuando comenzó el juicio, la edila del PO presentó el proyecto que fue pasado a comisión por el oficialismo. “Me dijeron que estaban de acuerdo con el pedido”, relató Signa. Luego se produjo otra sesión en la que no hubo quórum para tratarlo, debido a que estaban ausentes un edil del FAP y otro del FpV. Los ediles del FAP en la última sesión votaron en forma negativa, mientras que Signa y el FpV lo hicieron a favor. Fue la titular del cuerpo, Vilma Paulini, quien desempató por la negativa.
Indignada, Signa relató: “Nos dijeron que el Concejo no es el ámbito para reclamar justicia por un militante político, cuando precisamente todos estamos acá por actuar en política. La presidenta del Concejo se golpea el pecho hablando de la Constitución y de las instituciones, pero se olvida de los derechos humanos y en el principal de ellos en la Constitución, que es el de la vida”.
En Bermúdez, el Frente Progresista está compuesto por la UCR y un partido vecinal. El socialismo local reorganizó su representación distrital en junio pasado, y no tiene ediles propios. Sin embargo, la respuesta del sector no se hizo esperar. Fabio Rovere, secretario adjunto del socialismo, habló sobre el tema con La Capital: “Sin dudas, el Partido Socialista está a favor de que se pida a la Justicia el rápido esclarecimiento de la muerte del joven militante Ferreyra. De haber tenido representación en el Concejo, hubiésemos apoyado la idea”.
En Bermúdez, el Frente Progresista está compuesto por la UCR y un partido vecinal. El socialismo local reorganizó su representación distrital en junio pasado, y no tiene ediles propios. Sin embargo, la respuesta del sector no se hizo esperar. Fabio Rovere, secretario adjunto del socialismo, habló sobre el tema con La Capital: “Sin dudas, el Partido Socialista está a favor de que se pida a la Justicia el rápido esclarecimiento de la muerte del joven militante Ferreyra. De haber tenido representación en el Concejo, hubiésemos apoyado la idea”.
Hasta aquí la información de La Capital de Rosario. Ahora nuestra reflexión política. El PS de Capitán Bermúdez no se encuentra contenido en el FAP local, pero el FAP de Capitán Bermúdez reúne a los principales aliados del Partido Socialista en el gobierno de la provincia. Lo ocurrido en el Concejo del distrito pone un foco especial en la naturaleza, en última instancia reaccionaria, de la coalición de partidos que gobierna Santa Fe. El rechazo a un planteo de justicia por el crimen contra Mariano Ferreyra es un hecho típicamente reaccionario, cuya única explicación es dejar clara la delimitación del FAP local de cualquier expresión militante, como la expresada en el piquete ferroviario que reclamaba el pase a planta permanente en la ocasión del asesinato. Muchos militantes y organizaciones de base del PS y de otras integradas al FAP se hicieron presentes en aquel 21 de octubre de 2010, pero de ningún modo la coalición como tal ni tampoco sus dirigentes principales. El gobierno del FAP de Santa Fe aborda a las luchas obreras y sindicales en la provincia con la misma orientación y metodología que caracteriza a cualquier gobierno burgués, es decir a partir del mismo contenido de clase.
En más de una oportunidad, Hermes Binner rechazó que se comparara al PS de Argentina con un Rodríguez Zapatero, que en España aplicó el ajuste capitalista, y asegura que el modelo del FAP es el FA de Uruguay. Precisamente, en estos días pende la amenaza de que se declare la llamada ‘esencialidad’ a la huelga de la salud, como ocurrió con los municipales de Montevideo hace dos años; o sea, la concurrencia forzada de los trabajadores a sus lugares de trabajo. La izquierda de Uruguay se asume como un partido de Estado, o sea como un sujeto político del poder estatal, no del movimiento obrero y de la juventud. Cuando esta pseudo-izquierda “llega al poder”, la clase obrera pierde el que tenía por medio de sus organizaciones.
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