El PO impulsa "la nacionalización, sin pago", del complejo agroexportardor, que "gana 20 mil millones de dólares". El partido que desafía a la burocracia sindical advierte que vienen años de más luchas contra la precarización.
Carlos Blanco ríe cuando se le pregunta si el PO recomienda votar en blanco. Advierte que esa fuerza, "que sí es de izquierda", crece "por su rol sin claudicaciones en la lucha de los trabajadores".
Señala especialmente el cordón industrial del sur santafesino, donde "el partido tiene desempeños electorales mayores al resto de la provincia: no pocas veces hasta el 9% de los votos, como en Capitán Bermúdez; el 5% en San Lorenzo, o el 3,5% en Granadero Baigorria... A nuestro entender, esto refleja que el partido, con su plataforma y sus planteos, está entroncando con una experiencia que están desarrollando los trabajadores en todo el cordón industrial".
"Allí están las grandes agroexportadoras cuyos ingresos económicos son altísimos y, simultáneamente, las fábricas tienen cantidades de trabajadores precarizados: con tercerizaciones y las peores condiciones laborales; con compañeros que hacen las mismas tareas que los que están efectivos y cobran mucho menos...", advierte.
"Nuestra plataforma se ocupa de estos dos problemas en Santa Fe: hay que terminar con la precarización y las tercerizaciones, tanto en las empresas privadas como en el Estado. Pensamos que se deben defender los convenios únicos por actividad en todo el cordón industrial. Nuestra bandera es la nacionalización, sin pago, de esos complejos oleaginosos para utilizar sus ganancias, de 20 mil millones de dólares, para un plan de industrialización del conjunto de la provincia", dijo.
Propietario (de libros)
Desde hace ocho años, Blanco es uno de los delegados del personal Hospital Baigorria. Es empleado administrativo, está casado con una docente y habla con orgullo de sus dos hijos -del que trabaja junto a él en el nosocomio y del que estudia (nada menos que Historia)-, y de su biblioteca y sus convicciones trotskistas.
Para ilustrar el lugar que ocupa el PO en el país, distante tanto de las empresas como del gobierno nacional, pide atención a un aspecto poco comentado del debate sobre Clarín, el bloqueo y el video del delegado Siri: "Nadie lo dice, pero resulta que hay un solo delegado al que se le mantiene la prohibición de entrar a esa empresa, con la complicidad del Ministerio de Trabajo y de la burocracia sindical: es Pablo Viñas", un militante del PO.
Dice que es muy fácil explicar por qué el kirchnerismo "no es una alternativa de izquierda". Subraya las asociaciones con los dirigentes sindicales ricos, "la burocracia", la lógica de acumulación del modelo exportador de productos primarios y la complicidad del Estado con la explotación de los tercerizados, además de los millones de sus dirigentes.
Comités mixtos
Los grandes agroexportadores "han conseguido imponer sus propias leyes. En el complejo aceitero no se respetan si quiera las medidas de higiene y seguridad, es cotidiano saber de accidentes en las empresas, y generalmente son empleados precarizados, tercerizados, los que están más expuestos al peligro. De todo lo que ocurre en las plantas industriales, donde seguimos peleando por formar los comité de Seguridad e Higiene, se conocen sólo los casos más graves, las muertes, que no las pueden tapar", describe.
Dice que los comités mixtos son "la única manera de poner un límite a la voracidad patronal". Un largo "Mmmm" le permite negar la bondad de esa ley del socialismo en el gobierno provincial. Recuerda que el proyecto inicial que fue a las cámaras, fue cambiando por otra versión, que le recortó facultades a esos comités. "Para nosotros es fundamental sostener que los delegados a los comités tengan protección gremial, fueros, para no ser perseguidos por las patronales".
Diario El Litorial
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