La empresa Paraná Metal publicó una lista extraoficial de los cientos de despedidos que quiere Cristóbal López para reanudar la producción. En el acta acuerdo que se firmó en el Ministerio de Trabajo de la nación, donde se levantó el conflicto, esa lista no existía.
La publicación de la misma tiene dos propósitos claros. El primero, dividir a los trabajadores entre los que se quedan afuera y los que entran. El segundo, provocar la desmoralización de todo el activismo, el gran protagonista de esta lucha, que en su mayoría, y no por casualidad, ha sido incluido en la lista de despedidos.
Las idas y vueltas de la patronal, los mentados "cursos de capacitación" de los funcionarios del Ministerio de Trabajo de Binner, la desinformación a los obreros, el pago en cuotas de las deudas a quienes se habían retirado, son todos mecanismos para dilatar en el tiempo la reapertura de la planta y para desmoralizar a los trabajadores.
Para que esto pudiera avanzar recurrieron a la colaboración de los directivos de la UOM Villa.
Piccinini-Actis, que lejos de convocar a una asamblea como lo vienen reclamando los trabajadores, se juntaron con la patronal, el intendente, la cámara empresaria y funcionarios del gobierno de Binner para formar un "gabinete" que garantice la paz social.
Quieren que se acepte lo inaceptable, que más de 600 familias se queden en la calle. López quiere una nueva Malhe, es decir la demolición de Paraná Metal y la creación de una pyme, sin derechos laborales desconociendo convenios y conquistas logradas con años de lucha.
La única salida real y concreta para Paraná Metal es reabrir la lucha para que no quede nadie afuera.
En su momento fue el corte de la autopista, sostenida por el activismo lo que ayudó a instalar el conflicto nacionalmente y a lograr un enorme apoyo popular.
El reclamo es muy concreto: Por el reingreso de todos. Que el Estado provincial y nacional se hagan cargo, realizando las inversiones y los procesos de reconversión necesarios para poner en marcha la planta y defender todos los puestos de trabajo. Hasta que se resuelva el conflicto que todos los trabajadores sigan cobrando un subsidio equivalente a su salario y se efectivice el pago de las deudas atrasadas. Si no hay respuesta, asamblea general y volver a la ruta 9 hasta que estén todos adentro.
Todo el pueblo de Villa debe defender una sola consigna: ningún gabinete social, todos adentro.
Juan Ferro
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