
La lucha de Paraná Metal debe trasformarse en una gran lucha nacional. No queremos otra Malhe ni otra Massuh.
Que los gobiernos de Kirchner y Binner se hagan responsables del pago integral de los salarios de efectivos y tercerizados. Que se hagan cargo de la planta bajo control de los trabajadores y concreten las inversiones para un readecuamiento productivo, que permita defender la fuente de trabajo de las más de 1.500 familias afectadas.
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