jueves, 22 de julio de 2010

NI MACRI, NI KIRCHNER

Los delitos de espionaje de Mauricio Macri giran por entero en torno al atentado contra la Amia, hace dieciséis años.

Nombró a Palacios al frente de la Policía Metropolitana. Le dijo a las autoridades de la comunidad judía que fue por “recomendación de la CIA, la DEA y el Mossad (el servicio de espionaje y de ejecuciones de Israel)”.

Palacios metió a Ciro James en la Secretaría de Educación de la Ciudad para espiar a Sergio Burstein, miembro de la agrupación Familiares y Amigos de las víctimas de la Amia.

Palacios se encuentra también procesado por encubrimiento en la investigación de ese atentado –por lo que está detenido.

Asimismo, ha sido imputado por su participación en la represión de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre.

Un procesado por encubrimiento del atentado a la Amia fue “recomendado” a Macri por un organismo del Estado de Israel.

Macri ha justificado el pedido de apoyo a las autoridades institucionales de la comunidad judía, en su cumplimiento de la “recomendación” del Mossad.

¿Pero Macri es el único que acata las órdenes de los servicios de espionaje –extranjeros en su caso?

Néstor Kirchner prometió abrir los archivos de la ex Side, también involucrada en el encubrimiento de la investigación de ese atentado –y hasta ahora no ha cumplido.

Acaba de ser elogiado con una declaración especial de apoyo de las cámaras de Diputados y Senadores de Estados Unidos por haber orientado la responsabilidad del atentado contra Irán – como quieren los gobiernos de Estados Unidos e Israel.

El Mossad entrena a la policía de Tucumán, gobernada por el kirchnerista Alperovich.

Al igual que Palacios, las huestes de Kirchner en Santa Cruz reprimieron a las asambleas de la pueblada de 2001.

A Macri hay que echarlo y juzgarlo por conspirar con servicios de espionaje extranjeros y por bloquear el esclarecimiento del atentado contra la Amia.

A Kirchner lo mismo, porque la ex Side es una oficina de aquellos servicios.

El conjunto del aparato estatal, de adentro y de afuera, sigue encubriendo también a los responsables del atentado a la embajada de Israel; parece que este atentado nunca se hubiera producido.

El Partido Obrero condenó, en sus respectivos momentos, uno y otro atentado.

Es probable que los ‘protectores’ de Macri le hayan soltado la mano, para que un eventual enjuiciamiento no saque a luz todo el rol que ha tenido el espionaje extranjero en el encubrimiento.

Que prefieran cambiar de “pollo”; Kirchner ha sido repetidamente felicitado por los yanquis y por Israel por su fogoneo contra Irán, en medio de amenazas de bombardeo nuclear a ese país.

Macri subió la apuesta, al todo o nada, pidiendo su propio enjuiciamiento.

Las comisiones investigadoras o las de juicio político, e incluso las investigaciones judiciales, soslayan la cuestión del encubrimiento de los atentados contra la Amia y la embajada de Israel, o sea que quieren enterrarla.

Para esclarecer la trama del espionaje y del encubrimiento hay que citar a declarar a Macri y a Kirchner.

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