Las calles de Argentina se encuentran convulsionadas por una incesante movilización popular contra presidentes, gobernadores, intendentes y políticos que defienden sus intereses y los intereses de los capitalistas que ellos representan, y vulneran los derechos sociales y políticos de los trabajadores.
Esta incesante movilización popular necesita, por sobre todo, una organización política propia, o sea independiente de partidos y personajes que han llevado a la completa decadencia de Argentina.
La burocracia de los sindicatos, que es repudiada en los lugares de trabajo y que vuelve a transitar los tribunales y las cárceles, es definitivamente un obstáculo a esa organización que las masas necesitan.
No solamente nos referimos a la CGT sino también a la burocracia de la CTA, que pone sus hombres y sus organizaciones al servicio del gobierno, y que tiene, entre sus ‘hazañas', la más prolongada complicidad con la destrucción de la educación, la descalificación de los docentes y el progreso implacable de la educación privada y confesional.
El 20 de diciembre próximo, cuando se celebra un nuevo aniversario de la rebelión popular de 2001, es una gran oportunidad para que manifestemos una voluntad política de demarcación de la vieja politiquería al servicio de los explotadores, y sobre esa base desarrollar una perspectiva independiente para las masas populares.
Esta incesante movilización popular necesita, por sobre todo, una organización política propia, o sea independiente de partidos y personajes que han llevado a la completa decadencia de Argentina.
La burocracia de los sindicatos, que es repudiada en los lugares de trabajo y que vuelve a transitar los tribunales y las cárceles, es definitivamente un obstáculo a esa organización que las masas necesitan.
No solamente nos referimos a la CGT sino también a la burocracia de la CTA, que pone sus hombres y sus organizaciones al servicio del gobierno, y que tiene, entre sus ‘hazañas', la más prolongada complicidad con la destrucción de la educación, la descalificación de los docentes y el progreso implacable de la educación privada y confesional.
El 20 de diciembre próximo, cuando se celebra un nuevo aniversario de la rebelión popular de 2001, es una gran oportunidad para que manifestemos una voluntad política de demarcación de la vieja politiquería al servicio de los explotadores, y sobre esa base desarrollar una perspectiva independiente para las masas populares.
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