Los trabajadores de Mahle resolvieron instalar una carpa frente a la delegación del gobierno provincial en Rosario y reclamarle a Binner por el pago futuro de los salarios y la continuidad productiva de la fábrica.
Esta resolución se tomó en la última asamblea, que hizo un balance de la situación y denunció que la política de Mahle –con la complicidad de los funcionarios nacionales y provinciales y la burocracia de la UOM– había llevado a un extraordinario desgaste a los compañeros y al desguace de la planta.
La patronal de Mahle terminó mandando los telegramas de despido a 139 trabajadores, que no aceptaron el retiro voluntario y continúan con la ocupación de la fábrica. De esta manera, la patronal alemana se desentendió definitivamente de continuar con el pago de los salarios.
Mientras siguen las interminables “negociaciones” entre Mahle, la posible compradora (Aros Kim) y los ministros de Trabajo nacional y provincial con a la burocracia de la UOM, excluyen ahora a la Comisión Interna, que pelea por la continuidad de los puestos de trabajo de los 139 con la próxima patronal. Un dato claro de que quieren desentenderse de tener en la futura planta a los luchadores.
La situación de Malhe desnuda la perfidia de la política del gobierno provincial. Muestra la farsa de la llamada ley de emergencia laboral, que deja 500 obreros en la calle después de cinco meses de conflicto. Se agotó la demagogia “progre” del Frente Cívico. La ministra de Trabajo provincial fue varias veces a la fábrica con promesas que nunca cumplió. Hasta presentaron un proyecto de expropiación que rápidamente abandonaron. El Frente Cívico repite con Malhe la política de desangre y demolición que tuvo también con el largo conflicto del lavadero Virasoro.
Frente a este cuadro agravado de la situación, el lunes 19, una importante asamblea en la carpa con distintos sectores aprobó un plan de acción que incluye: 1) la participación de todos los trabajadores de Malhe en la marcha de los docentes, que culminará precisamente en la carpa de los metalúrgicos; 2) la ampliación del acampe a distintas organizaciones sociales, obreras y estudiantiles; 3) una jornada de cortes en distintos lugares de la ciudad el viernes 23 y la coordinación con organizaciones nacionales para generalizar la lucha de Malhe.
Hay que impulsar y nacionalizar esta extraordinaria batalla de los metalúrgicos de Malhe y unirla a la de los luchadores de Paraná Metal, pues las dos fábricas van camino del desguace con la complicidad del gobierno nacional, provincial y de la burocracia de la UOM.
No se puede dejar 1.500 metalúrgicos en la calle mientras se alienta obscenamente la mega timba del mega-Casino.
El gobierno provincial debe asumir el pago de la totalidad de los salarios de los trabajadores de Mahle y Paraná Metal hasta darle una salida definitiva a esta situación. Puede haber una readecuación productiva de las plantas que permita dar trabajo a todos, contemplando las enormes necesidades provinciales en el rubro metalúrgico. Es una decisión política que hay que arrancar con la lucha. Primero están los trabajadores, no la timba.
Juan Ferro
Esta resolución se tomó en la última asamblea, que hizo un balance de la situación y denunció que la política de Mahle –con la complicidad de los funcionarios nacionales y provinciales y la burocracia de la UOM– había llevado a un extraordinario desgaste a los compañeros y al desguace de la planta.
La patronal de Mahle terminó mandando los telegramas de despido a 139 trabajadores, que no aceptaron el retiro voluntario y continúan con la ocupación de la fábrica. De esta manera, la patronal alemana se desentendió definitivamente de continuar con el pago de los salarios.
Mientras siguen las interminables “negociaciones” entre Mahle, la posible compradora (Aros Kim) y los ministros de Trabajo nacional y provincial con a la burocracia de la UOM, excluyen ahora a la Comisión Interna, que pelea por la continuidad de los puestos de trabajo de los 139 con la próxima patronal. Un dato claro de que quieren desentenderse de tener en la futura planta a los luchadores.
La situación de Malhe desnuda la perfidia de la política del gobierno provincial. Muestra la farsa de la llamada ley de emergencia laboral, que deja 500 obreros en la calle después de cinco meses de conflicto. Se agotó la demagogia “progre” del Frente Cívico. La ministra de Trabajo provincial fue varias veces a la fábrica con promesas que nunca cumplió. Hasta presentaron un proyecto de expropiación que rápidamente abandonaron. El Frente Cívico repite con Malhe la política de desangre y demolición que tuvo también con el largo conflicto del lavadero Virasoro.
Frente a este cuadro agravado de la situación, el lunes 19, una importante asamblea en la carpa con distintos sectores aprobó un plan de acción que incluye: 1) la participación de todos los trabajadores de Malhe en la marcha de los docentes, que culminará precisamente en la carpa de los metalúrgicos; 2) la ampliación del acampe a distintas organizaciones sociales, obreras y estudiantiles; 3) una jornada de cortes en distintos lugares de la ciudad el viernes 23 y la coordinación con organizaciones nacionales para generalizar la lucha de Malhe.
Hay que impulsar y nacionalizar esta extraordinaria batalla de los metalúrgicos de Malhe y unirla a la de los luchadores de Paraná Metal, pues las dos fábricas van camino del desguace con la complicidad del gobierno nacional, provincial y de la burocracia de la UOM.
No se puede dejar 1.500 metalúrgicos en la calle mientras se alienta obscenamente la mega timba del mega-Casino.
El gobierno provincial debe asumir el pago de la totalidad de los salarios de los trabajadores de Mahle y Paraná Metal hasta darle una salida definitiva a esta situación. Puede haber una readecuación productiva de las plantas que permita dar trabajo a todos, contemplando las enormes necesidades provinciales en el rubro metalúrgico. Es una decisión política que hay que arrancar con la lucha. Primero están los trabajadores, no la timba.
Juan Ferro
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