Nuevamente los trabajadores de la cooperativa lechera Cotar se movilizaron al Ministerio de Trabajo provincial. Allí estaba programada una reunión entre las patronales de SanCor, Cotar, Atilra y los delegados de Cotar, donde se iba discutir sobre las condiciones de un nuevo convenio entre SanCor y Cotar y las deudas salariales. La reunión fue un nuevo fracaso. El interrogante sobre el cierre o no de Cotar, sobre la continuidad de los 250 puestos de trabajo y del convenio lácteo está en la cabeza de todos.
Desde el año ’98, y como resultado de su crisis, Cotar pasó a ser controlada por SanCor, que también se quedó con la marca.
El convenio firmado por ambas patronales tiene vigencia hasta abril de 2010, pero SanCor dejó en claro que ya había realizado pagos anticipados, lo que significa que Cotar va a dejar de tener ingresos desde octubre y por lo tanto no tendrá plata para pagar los salarios.
Está en riesgo de ejecución judicial, además, la planta que Cotar tiene en Totoras – en quiebra y sin funcionar–, frente al pedido de los acreedores. El peligro de cierre de Cotar o los intentos por imponerle un fuerte ajuste a los obreros “está cantado”, lo que hace necesario un plan de defensa de todos los puestos de trabajo, el pago íntegro de los salarios y aguinaldos y la defensa del convenio lácteo y de todas las conquistas de fábrica. Es necesario que el Estado provincial y municipal (y si fuera necesario nacional) se hagan cargo de Cotar, expropiándola sin pago y la pongan en funcionamiento bajo control de los trabajadores.
Las necesidades de producción de leche en nuestra provincia aumentan simultáneamente con el aumento de la pobreza y la desnutrición infantil. Hay un mercado con una enorme función social con los miles de comedores escolares, hospitales públicos provinciales y municipales, comedores populares y centros Crecer, a los que se les pueden sumar otros mercados, que dan viabilidad productiva a Cotar. Los hechos muestran que cuando los trabajadores de Cotar se han movilizado recibieron la simpatía de la población y el apoyo de las organizaciones obreras y populares combativas.
Desde el año ’98, y como resultado de su crisis, Cotar pasó a ser controlada por SanCor, que también se quedó con la marca.
El convenio firmado por ambas patronales tiene vigencia hasta abril de 2010, pero SanCor dejó en claro que ya había realizado pagos anticipados, lo que significa que Cotar va a dejar de tener ingresos desde octubre y por lo tanto no tendrá plata para pagar los salarios.
Está en riesgo de ejecución judicial, además, la planta que Cotar tiene en Totoras – en quiebra y sin funcionar–, frente al pedido de los acreedores. El peligro de cierre de Cotar o los intentos por imponerle un fuerte ajuste a los obreros “está cantado”, lo que hace necesario un plan de defensa de todos los puestos de trabajo, el pago íntegro de los salarios y aguinaldos y la defensa del convenio lácteo y de todas las conquistas de fábrica. Es necesario que el Estado provincial y municipal (y si fuera necesario nacional) se hagan cargo de Cotar, expropiándola sin pago y la pongan en funcionamiento bajo control de los trabajadores.
Las necesidades de producción de leche en nuestra provincia aumentan simultáneamente con el aumento de la pobreza y la desnutrición infantil. Hay un mercado con una enorme función social con los miles de comedores escolares, hospitales públicos provinciales y municipales, comedores populares y centros Crecer, a los que se les pueden sumar otros mercados, que dan viabilidad productiva a Cotar. Los hechos muestran que cuando los trabajadores de Cotar se han movilizado recibieron la simpatía de la población y el apoyo de las organizaciones obreras y populares combativas.
Carlos Blanco
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