El domingo 9 de agosto en la ciudad de capitán Bermúdez, alrededor de las 20 horas, Nilda Velásquez, de 40 años, quien estaba con tres de sus hijos y un nietito en la parada de colectivo fue aplastada por el techo de la garita y murió.
Un micro de la línea expreso, al llegar a la banquina, esquiva un bache y golpea contra el techo de losa de la garita donde estaba Nilda, la cual se desploma sobre la mujer.
Momentos terribles de angustia de sus pequeños hijos quienes pudieron salvarse.
Nilda era de barrio Batallán y era mamá de diez chicos, hoy a una semana de la atroz muerte nadie a hecho nada. Esos chicos además de no tener para comer tampoco han recibido asistencia psicológica y uno de ellos se encuentra hospitalizado.
Pero la muerte de Nilda Velásquez no es una fatalidad sino la consecuencia del abandono total del estado municipal, ya que esta garita tenía 30 años y no contaba con vigas correspondientes lo que favoreció el derrumbe de la misma.
Nilda refleja a la mamás con muchos chicos en los barrios pobres, que luchan todos los días porque puedan ir sus hijos a la escuela y porque puedan recibir un plato de comida. La muerte de Nilda no puede ni debe quedar impune. Hay responsables políticos.
Desde el Partido Obrero planteamos:
La inmediata asistencia alimentaria y psicológica para todos los chicos.
La indemnización mensual acorde a la canasta básica familiar para a la hija mayor de Nilda, para que esta vele por la crianza de los hermanos menores.
Y por la organización del barrio en defensa de los pibes, a través una movilización al municipio para que esto no quede en el olvido y se cumpla inmediatamente con todos reclamos.
Jorgelina y Estela Fernández
Un micro de la línea expreso, al llegar a la banquina, esquiva un bache y golpea contra el techo de losa de la garita donde estaba Nilda, la cual se desploma sobre la mujer.
Momentos terribles de angustia de sus pequeños hijos quienes pudieron salvarse.
Nilda era de barrio Batallán y era mamá de diez chicos, hoy a una semana de la atroz muerte nadie a hecho nada. Esos chicos además de no tener para comer tampoco han recibido asistencia psicológica y uno de ellos se encuentra hospitalizado.
Pero la muerte de Nilda Velásquez no es una fatalidad sino la consecuencia del abandono total del estado municipal, ya que esta garita tenía 30 años y no contaba con vigas correspondientes lo que favoreció el derrumbe de la misma.
Nilda refleja a la mamás con muchos chicos en los barrios pobres, que luchan todos los días porque puedan ir sus hijos a la escuela y porque puedan recibir un plato de comida. La muerte de Nilda no puede ni debe quedar impune. Hay responsables políticos.
Desde el Partido Obrero planteamos:
La inmediata asistencia alimentaria y psicológica para todos los chicos.
La indemnización mensual acorde a la canasta básica familiar para a la hija mayor de Nilda, para que esta vele por la crianza de los hermanos menores.
Y por la organización del barrio en defensa de los pibes, a través una movilización al municipio para que esto no quede en el olvido y se cumpla inmediatamente con todos reclamos.
Jorgelina y Estela Fernández
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