El PCR prepara una provocación
No responde a nuestra denuncia
Al atacar al PO y al Plenario de Trabajadoras (Hoy Nº 1.274), el PCR busca tender una cortina de humo. Sus mentiras son fáciles de desenmascarar. El 11 de junio pasado, una compañera del PO y del Plenario de Trabajadoras, integrante de la Comisión Organizadora de Tucumán, escribió en Prensa Obrera que “el PCR elaboró una declaración y la difundió sin haberla colocado jamás en el temario, sin que se haya ni discutido ni acordado. Sin embargo, el texto (...) lleva la firma de la Comisión Organizadora y ha sido enviado desde el ‘mail’ de esta Comisión. Este acto unilateral es una usurpación de las funciones y atribuciones de esta Comisión Organizadora”. En la declaración trucha, el PCR omite la reivindicación histórica de los Encuentros: el derecho al aborto legal y gratuito. La Comisión Organizadora rechazó esta maniobra y rearmó una declaración que incluye esta demanda.
Esta denuncia bien concreta aún espera, ya pasado un mes, la respuesta del PCR.
El PCR dice también en su nota que no denunciamos los ataques de la organización fascista tucumana La Barbarie contra el Encuentro. Mienten y lo saben, porque nuestra denuncia (publicada en PO Nº 1.084 del 21 de mayo) motivó un segundo ataque de estos fachos contra nuestra organización, hecho que mereció un pronunciamiento especial de la Comisión Organizadora del 24º Encuentro Nacional de Mujeres.
Y en un acto de desesperación, el PCR inventa una historia y dice que nosotras rompimos “la asamblea por el derecho al aborto de Córdoba”, cuando nosotras estuvimos en el lugar y el momento indicado y la impulsamos junto a otras mil mujeres, mientras las militantes del PCR se retiraron a otra esquina con un grupito de 200 mujeres.
Dicen en su nota que el PO quiere transformar al Encuentro en “una asamblea del activo”; sin embargo, no podrán encontrar un solo texto de nuestra organización donde se diga semejante pavada. El PCR subestima a las mujeres y pretende ensuciar a quienes queremos un movimiento de mujeres vigoroso y unitario, independiente de la Iglesia, del Estado y de los gobiernos patronales. Prepara una provocación que les permita convertir al Encuentro en una “multisectorial” con la Iglesia, los partidos patronales (ahora los sojeros, antes los kirchneristas).
No dejemos pasar estas maniobras, respondamos a la provocación del PCR construyendo el Encuentro desde cada barrio, cada lugar de trabajo y de estudio, para poner en pie un movimiento de mujeres que no permita que las crisis las paguemos nosotras, defendiendo en cada taller nuestro programa contra los despidos, las suspensiones, los tarifazos, los asesinatos de mujeres y las vejaciones cotidianas.
Contra las políticas de hambre y miseria, más que nunca: independencia de la Iglesia, un programa de lucha anticlerical y autonomía total del gobierno kirchnerista y de los gobiernos amigos de la Mesa de Enlace que cobija a la CCC y al PCR.
La felicidad (ja ja ja ja) del PCR
En el periódico Hoy del PCR (8/7) hay una nota referida a las intenciones del PO sobre el Encuentro Nacional de Mujeres. Allí, el PCR cita una nota de Prensa Obrera de 1993 (¡!), o sea de hace 17 años, en la que el compañero Daniel Blanco se refiere al encuentro: “Los encuentros son el ámbito que han impulsado un conjunto de partidos patronales y pequeñoburgueses (con el apoyo de algunos gobiernos provinciales), sectores de la Iglesia y de la burocracia de algunos gremios para manipular y encuadrar demagógicamente, el creciente malestar de las mujeres, limitándolas a la discusión o a emitir “sugerencias” a los gobiernos de turno” (PO Nº 406). “Sin comentarios”, señala Hoy.
El Encuentro del año 1993 se realizó también en Tucumán. La caracterización de Blanco era más que exacta: la Comisión Organizadora estaba integrada por fuerzas como el PCR (en aquel entonces PTP), que era parte del gobierno de Palito Ortega. Al periódico del PCR se le olvidó recordar a sus lectores que luego de apoyar a Carlos Menem en el ‘89, pasó a apoyar a Palito Ortega en el ‘91. Y que el Encuentro de Tucumán fue financiado con 21 mil pesos de entonces por el gobierno de “la felicidad ja ja ja ja”. La felicidad para el PCR, porque para las mujeres, aquel gobierno no significó más que hambre, desocupación, miseria para sus familias y mayor opresión.
Este retrato del cuadro político que compromete al PCR con lo peor de la política argentina, que hoy lo coloca como pata izquierda de la Mesa de Enlace y la Sociedad Rural, lejos de dejarnos “sin comentarios” nos invita a reflexionar sobre las verdaderas intenciones de esta corriente, que pretende subordinar al movimiento de mujeres a variantes políticas enemigas de nuestros derechos más elementales.
Vanina Biasi
No hay comentarios:
Publicar un comentario