Otra catástrofe social bajo el gobierno “socialista”
La tormenta que se desató sobre nuestra ciudad el lunes 9 dejó ocho muertos, 50 heridos y miles de familias afectadas. Luego de cinco días aún continuaban los piquetes de vecinos de distintos barrios que no han recibido ningún tipo de asistencia.
Es que ante cada fenómeno climático salen a relucir las enormes deficiencias estructurales de los servicios públicos de la ciudad (ausencia de inversiones en la redes pluvio-cloacales, de agua, de servicio eléctrico, etc.) y la precariedad en que viven miles de familias en todos los barrios. Según estimaciones oficiales, Rosario tiene unos cien asentamientos irregulares que albergan a 23 mil familias (115 mil personas). Los cálculos son aproximados, ya que las radicaciones precarias van de la mano de la agudización de los problemas socioeconómicos y constituyen verdaderos escenarios móviles (La Capital, 29/1). Esto sin contar el déficit habitacional crónico debido al atraso en la concreción del Plan Federal, de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo y del Programa Rosario Hábitat (regularización de villas de emergencia) del Servicio Público de la Vivienda Municipal. En Rosario, de las 1.500 casas prometidas por el primer programa apenas se construyeron 80, y de las 10 mil del segundo sólo están en marcha 130.
El intendente Lifschtiz salió rápidamente a encubrir su responsabilidad diciendo que esto fue una "catástrofe natural". Y más recientemente, en declaraciones a La Capital (8/2), dijo: "Sin duda en los piquetes actuaron grupos y referentes, algunos vinculados a organizaciones sociales o al peronismo. Incluso a sectores de izquierda".
Así, el intendente "socialista" no hace más que demostrar el verdadero carácter de su gobierno, que responde a los intereses capitalistas de las mafias del juego (casino), de los sojeros y agroexportadoras de la región que se rasgan las vestiduras aduciendo pérdidas por la sequía y retienen millones en los silo-bolsas y exigen una megadevaluación que va a profundizar aún más la pobreza con nuevos despidos, suspensiones y rebajas salariales.
El Polo Obrero
Apenas pasada la tormenta, los compañeros del Polo Obrero de los distintos barrios de la ciudad rápidamente se organizaron para relevar las pérdidas sufridas por los vecinos. Se organizaron asambleas y se decidió salir a los cortes para exigir la inmediata asistencia a las familias.
Se subieron a las rutas, se cortaron las calles, se mantuvieron los piquetes hasta que finalmente los funcionarios municipales se dignaron dar la cara frente al vecindario.
Luego de varios días, finalmente se logró hacer llegar la asistencia requerida de acuerdo con los daños sufridos: chapas, tirantes, colchones, asistencia económica para los casos más urgentes.
Estos días de lucha permitieron que las asambleas fueran creciendo en número y en debate político sobre las consecuencias de cada tormenta que se desata sobre la ciudad. Permitió también que al calor de la lucha se comenzara a discutir el inminente comienzo de las clases y la necesidad de exigir una ayuda escolar para todos los hijos de los trabajadores desocupados. De avanzar en un plan de lucha unificado por la vivienda y el trabajo, etc.
Un enorme esfuerzo que obtuvo sus logros y nuevas tareas planteadas para seguir avanzando en la organización independiente en cada barrio.
Desde el Partido Obrero repudiamos las declaraciones del intendente Lifschitz y exigimos:
* Inmediata satisfacción de los reclamos de todas las familias afectadas.
* Inmediato Plan de Viviendas y de Infraestructura que incorpore a todos los trabajadores desocupados, con salarios de convenio.
* Investigación por una Comisión Independiente integrada por organizaciones sociales, de derechos humanos, políticos y sindicales para determinar responsabilidades por las consecuencias de esta catástrofe.
Alicia
Es que ante cada fenómeno climático salen a relucir las enormes deficiencias estructurales de los servicios públicos de la ciudad (ausencia de inversiones en la redes pluvio-cloacales, de agua, de servicio eléctrico, etc.) y la precariedad en que viven miles de familias en todos los barrios. Según estimaciones oficiales, Rosario tiene unos cien asentamientos irregulares que albergan a 23 mil familias (115 mil personas). Los cálculos son aproximados, ya que las radicaciones precarias van de la mano de la agudización de los problemas socioeconómicos y constituyen verdaderos escenarios móviles (La Capital, 29/1). Esto sin contar el déficit habitacional crónico debido al atraso en la concreción del Plan Federal, de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo y del Programa Rosario Hábitat (regularización de villas de emergencia) del Servicio Público de la Vivienda Municipal. En Rosario, de las 1.500 casas prometidas por el primer programa apenas se construyeron 80, y de las 10 mil del segundo sólo están en marcha 130.
El intendente Lifschtiz salió rápidamente a encubrir su responsabilidad diciendo que esto fue una "catástrofe natural". Y más recientemente, en declaraciones a La Capital (8/2), dijo: "Sin duda en los piquetes actuaron grupos y referentes, algunos vinculados a organizaciones sociales o al peronismo. Incluso a sectores de izquierda".
Así, el intendente "socialista" no hace más que demostrar el verdadero carácter de su gobierno, que responde a los intereses capitalistas de las mafias del juego (casino), de los sojeros y agroexportadoras de la región que se rasgan las vestiduras aduciendo pérdidas por la sequía y retienen millones en los silo-bolsas y exigen una megadevaluación que va a profundizar aún más la pobreza con nuevos despidos, suspensiones y rebajas salariales.
El Polo Obrero
Apenas pasada la tormenta, los compañeros del Polo Obrero de los distintos barrios de la ciudad rápidamente se organizaron para relevar las pérdidas sufridas por los vecinos. Se organizaron asambleas y se decidió salir a los cortes para exigir la inmediata asistencia a las familias.
Se subieron a las rutas, se cortaron las calles, se mantuvieron los piquetes hasta que finalmente los funcionarios municipales se dignaron dar la cara frente al vecindario.
Luego de varios días, finalmente se logró hacer llegar la asistencia requerida de acuerdo con los daños sufridos: chapas, tirantes, colchones, asistencia económica para los casos más urgentes.
Estos días de lucha permitieron que las asambleas fueran creciendo en número y en debate político sobre las consecuencias de cada tormenta que se desata sobre la ciudad. Permitió también que al calor de la lucha se comenzara a discutir el inminente comienzo de las clases y la necesidad de exigir una ayuda escolar para todos los hijos de los trabajadores desocupados. De avanzar en un plan de lucha unificado por la vivienda y el trabajo, etc.
Un enorme esfuerzo que obtuvo sus logros y nuevas tareas planteadas para seguir avanzando en la organización independiente en cada barrio.
Desde el Partido Obrero repudiamos las declaraciones del intendente Lifschitz y exigimos:
* Inmediata satisfacción de los reclamos de todas las familias afectadas.
* Inmediato Plan de Viviendas y de Infraestructura que incorpore a todos los trabajadores desocupados, con salarios de convenio.
* Investigación por una Comisión Independiente integrada por organizaciones sociales, de derechos humanos, políticos y sindicales para determinar responsabilidades por las consecuencias de esta catástrofe.
Alicia
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