miércoles, 24 de diciembre de 2008

“Plan anticrisis”: un fracaso asegurado

El kirchnerismo viene lanzando "paquetes anticrisis" diarios, en un intento desesperado de sortear una crisis bancaria y evitar la caída en el default. Pero como su objetivo es asegurar el pago de la deuda, el propio plan tiene límites y restricciones tan severas que lo alejan, en lugar de acercarlo, del objetivo de evitar el derrumbe. La intensidad y velocidad de la crisis -manifestada en el desplome de los precios internacionales, el parate industrial y la caída de la recaudación fiscal- vienen devorando las medidas y amenazan con reabrir la fuga de capitales y llevar el dólar por encima de los 4 pesos. Por eso, ya un sector de la gran burguesía reclama un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que financie, con un préstamo extraordinario, el pago de la deuda; pero eso implica un giro político mortal para el kirchnerismo.
El mal llamado "plan anticrisis" nació cuando, después de negar cualquier efecto de la crisis internacional sobre la Argentina, luego de una fuga de 20.000 millones de dólares en un año, el kirchnerismo vio salir durante octubre y delante de sus narices otra fuga de capitales de nada menos que 5.000 millones de dólares, mientras la tasa de interés se disparaba por encima del 25%.
Con la eliminación de las AFJP, el gobierno pensó que contaría con los fondos para financiar el pago de la deuda. Pero, aun así, la fuga fue por la evidencia de que en 2009 el gobierno no tendrá los dólares para pagar la deuda como consecuencia de la caída de los precios internacionales, las menores cosechas y la merma en el superávit fiscal. Para el año próximo, al gobierno le faltarían entre 5.000 millones y 8.000 millones de dólares para pagar la deuda porque, sin crédito internacional, los dólares solamente podrían provenir del comercio exterior de bienes y servicios que, a lo sumo, según el neokirchnerista Miguel Bein, podría estar "en torno del 0,4% del PBI o 1.200 millones de dólares".
El problema se agrava porque, con el derrumbe industrial, el gobierno tampoco tendrá el superávit fiscal en pesos que pronostica. Entonces se largó a una serie de anuncios donde la mejora en el bolsillo de los trabajadores y jubilados es mínima o nula, el incremento del gasto público o la pérdida de recaudación son irrisorios y todo apunta a que la gente se endeude con créditos financiados con el dinero de los jubilados. Veamos:
* Los 200 pesos por única vez para los jubilados son una miseria que se otorgó después de que durante el año les confiscaron un 10% de aumento. Los jubilados tuvieron en 2009 dos aumentos del 7,5% (que, acumulados, suman el 15,6%) cuando la inflación fue del 25%. Además, hasta ahora, quedaron excluidos de esa mísera extra 2 millones de familias, entre las pensiones no contributivas, plan familias y demás planes.
* Tablita de Machinea: el impuesto a las Ganancias sigue confiscando el salario a partir de 4.015 pesos mensuales. Solamente se eliminó la tablita para los que ganan más de 7.000 pesos, algo que alcanza a 360.000 personas. Gran parte de ese dinero no se volcará al consumo sino que alimentará la fuga de capitales.
* Créditos al consumo: el kirchnerismo quiere que la gente, con el salario congelado y con la amenaza de suspensiones y despidos, se endeude con la compra de una heladera o de un auto cero kilómetro. Esos créditos, además, están a tasas usurarias porque van a rondar entre el 15 y el 20%, cuando se perfila una deflación por la baja de los precios internacionales y el parate mundial y local.
* Licitaciones: estos créditos se financian con plazos fijos de la Anses que ya estaban colocados en el sistema financiero. No hay entonces una inyección de fondos frescos sino la relocación de fondos existentes. Los bancos desafectarán créditos anteriores para redireccionarlos hacia los autos o los artefactos para el hogar.
* Blanqueo de capitales: en un contexto de fuga de capitales, muy pocos van a ser los que quieran repatriarlos. Por eso, la propia ley autoriza a mantener en el exterior el dinero que se blanquee. La medida apunta a blanquear dinero o bienes "en negro" ya existentes y sobre todo blanqear una serie de "matufias" del propio kirchnerismo.
* Plan de obras públicas: según Clarín (21/12) "de los 110.000 millones de pesos anunciados, 56.800 millones se ejecutarían en 2009. Pero sólo 33.000 millones de pesos están previstos en el Presupuesto. Debería ampliarse así el plan de obras en 23.800 millones. Sin embargo, todavía no se sabe de dónde provendrán esos fondos".
El fracaso de estas medidas podría desencadenar una crisis de gabinete en pleno verano -ya se habla de "roces" de Kirchner con Massa, de Massa con Boudou, de Ocaña con De Vido-, agudizado por el parate industrial, con suspensiones y despidos, que se avecina para esos meses. Mientras tanto, la CGT está atenazada al kirchnerismo, buscando negociar el congelamiento de los salarios a cambio de una atenuación de las suspensiones y despidos. Esa política va a fracasar por el lado de los salarios (no podrán detener los reclamos) como por el de las suspensiones y despidos (la burguesia no se va a privar de descargar la crisis sobre los trabajadores). Eso significa que la burocracia también va a dividirse todavía más con el propio derrumbe económico y político.
El curso político de 2009 ya está marcado por este escenario y eso explica también los realineamientos que se están produciendo en la oposición burguesa, en busca de estructurar una alternativa de poder al kirchnerismo.
En estas condiciones, el Partido Obrero plantea un programa contra la crisis.
* No al pago de la deuda.
* Parar la fuga de capitales, con el control de cambios y la nacionalización de la banca.
* Ni una suspensión ni despidos. Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Ocupar las fábricas.
* Paritarias sin tope: 20% de aumento.
* Aumento de las jubilaciones y pensiones. 82% móvil. Que el dinero de los jubilados se vuelque a los jubilados y no a financiar a la industria automotriz y de artefactos para el hogar.
Diego Diéguez
Publicado en
PO online

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