Por la caída de las ventas a Brasil, la patronal de GM había anunciado la suspensión de la producción por una semana, desde el lunes 27 de octubre al 3 de noviembre. Al mismo tiempo había trascendido la posibilidad del despido de 200 contratados. El lunes 20, la patronal despidió a un obrero de montaje; una asamblea masiva de planta votó un paro por tiempo indeterminado hasta la reincorporación del compañero. De esta manera, los trabajadores se estaban anticipando a una ofensiva general que estaba preparando la patronal. Pararon martes y miércoles hasta que el Ministerio de Trabajo de la provincia decretó la conciliación obligatoria con la reincorporación del compañero despedido. Sin embargo la patronal redobló la apuesta adelantando en dos días (jueves y viernes) la suspensión ya prevista por una semana y envió, simultáneamente, 435 telegramas de despidos entre efectivos, contratados y eventuales.
Un paro por tiempo indeterminado y la amenaza de la ocupación de fábrica obligaron al Ministerio de Trabajo a resolver la conciliación con los despedidos adentro.
La misma fuerza se volvió a expresar con una movilización al Ministerio de Trabajo. Pero la patronal no abandonó sus pretensiones de despedir; en las dos reuniones conciliatorias posteriores reiteró su posición de despedir a unos 300 trabajadores entre efectivos y contratados. El rechazo del Smata llevó a la patronal a extender el cierre de la planta una semana más (hasta el lunes 10).
Binner cómplice
La viceministra de Trabajo de la provincia, Alicia Ciciliani, justificó las medidas de GM al sostener que "en el marco de las brutales reglas del capitalismo global, ni la Nación ni la Provincia pueden hacer nada".
Mentiras de los "socialistas": se puede hacer mucho, como prohibir los despidos y suspensiones y repartir las horas de trabajo sin afectar el salario.
La situación de la GM no es única en la región o en la provincia. Ya hubo 450 despidos en la curtiembre Arlet del norte provincial. Unos 485 empleados del frigorífico Finexcor están trabajando actualmente con garantía horaria o tomaron vacaciones adeudadas, una situación que se está extendiendo a toda la industria de la carne. Acindar va a adelantar las vacaciones.
Que la CGT y la CTA rompan su tregua con los Kirchner y los Binner y llamen a un paro activo regional y a la huelga general para frenar las suspensiones y despidos y terminar con estos saqueadores del país.
Emilio Blanco
Publicado por Prensa Obrera nº 1062
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