La responsabilidad del Frente de Izquierda
Entre febrero y junio, las elecciones desdobladas en importantes distritos anticiparán la batalla de los comicios nacionales.
La decisión de gobernadores e intendentes de convocar a elecciones separadas, ¿no es un síntoma de la disgregación política que corroe a quienes se disputan la sucesión presidencial?
El destino del país pareciera jugarse entre Scioli, Macri o Massa.
Sin embargo, sus personeros provinciales prefieren pelear por su cuenta la continuidad en el poder. O quedar con las manos libres para cambiar de "padrino" político.
La fragilidad de las supuestas "alternativas" nacionales está a la vista.
Y no puede ser de otra manera: esos "presidenciables" no tienen otra salida al derrumbe económico que mendigar el rescate del capital financiero internacional.
El mismo que exige, como condición de ese socorro, una confiscación en regla contra el salario, las jubilaciones y el derecho al trabajo.
Hasta los voceros del gobierno reconocen que Scioli es "un candidato de las corporaciones". Pero marchan en fila detrás de su candidatura.
Del otro lado, los Carrió, Juez o la UCR, unidos en nombre del progresismo, preparan su apoyo a la candidatura de Macri.
En el medio, Massa recluta a sus partidarios entre sciolistas y macristas.
¿Qué porvenir pueden depararle al trabajador, a la juventud activa, a los defensores de banderas progresistas o nacionales estos tres "mosqueteros del ajuste"?
El derrumbe económico y político plantea también otra batalla: la que está dando la clase obrera en sus lugares de trabajo.
La de los docentes y muchos otros por romper el “cepo” al salario en el que confluyen el gobierno K, Scioli, Macri o Massa.
La lucha contra los despidos, luego del medio millón de puestos de trabajo perdidos en 2014.
Detrás de sus peleas electorales, "los tres" -junto a la burocracia sindical en tregua- ocultan un acuerdo de fondo para trasladar a los trabajadores el fardo de la crisis.
Este escenario agiganta la responsabilidad del Frente de Izquierda.
Para poner en pie un gran polo de los trabajadores y convertir en victorias cada una de las luchas planteadas.
Para levantar, en estos escenarios, un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.
Para golpear como un solo puño a los candidatos del ajuste mediante una alternativa política de los trabajadores y la izquierda.
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