jueves, 10 de julio de 2014

Por la victoria de las luchas obreras


TAPA (Ignacio Smith) (21)
Foto: Ignacio Smith
La ocupación de Emfer y Tatsa por parte de sus 500 obreros y los piquetes para defender la medida de lucha marcan un salto en las luchas obreras.
Los trabajadores enfrentaron aguerridamente la represión del gobierno y de sus fuerzas de seguridad, los que actuaron como instrumento directo de los vaciadores: nada más ni nada menos que el grupo Cirigliano, los responsables del Sarmiento procesados por la masacre de Once.
Su lucha salió en defensa de los imprescindibles talleres de mantenimiento ferroviario, sea para los viejos o los nuevos trenes.
Con alta conciencia, los trabajadores no sólo reclaman sus salarios, sino también la estatización de la empresa, por lo que han votado impulsar un proyecto de ley con el Frente de Izquierda.
Horas después, se realizaba el gran piquete obrero en Lear, que garantizó el paro general de la planta por la reincorporación de 120 despedidos y 100 suspendidos.
Los trabajadores de la autopartista defienden la continuidad de un turno entero y denuncian la sustitución de producción nacional por importaciones de un pulpo internacional que factura la friolera de 16 mil millones de dólares.
Los piquetes de Lear enfrentaron también un descomunal operativo represivo.
Los obreros de Weatherford -en Río Tercero, Córdoba- llevan dos meses de huelga contra un despido antisindical masivo de otra multinacional, subsidiaria de YPF en herramientas petroleras.
El pueblo entero de Río Tercero marchó en apoyo de los obreros.
La clase obrera busca una línea para quebrar la ola de despidos y suspensiones mediante huelgas y ocupaciones, superando los obstáculos de la burocracia sindical que denuncia la lucha en lugar de denunciar a las patronales.
El gobierno está centrado en pagar a los buitres, junto a toda la oposición patronal.
La contrapartida de esa política es el ajuste, no sólo del Estado, sino de las multinacionales y empresas socias de los especuladores financieros.
La intervención en la crisis de la clase obrera constituye la única salida en defensa de los intereses nacionales, que son los de la mayoría trabajadora.
Vamos por la victoria de todas las luchas.
Ni un despido. Reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios.
Por un plan económico de los trabajadores para que la crisis la paguen los capitalistas.
Más que nunca, por un inmediato congreso del movimiento obrero y de la izquierda.

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