ROSARIO
Con un salón de actos con más de 200 compañeros, tuvo lugar la charla sobre las conclusiones del XXII congreso del PO con Jorge Altamira en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. La actividad tuvo como marco la huelga general de la docencia universitaria, y una extensión de la huelga salarial en la ciudad de Rosario con paros y movilización de Amsafe Rosario, Pami y Anses. Por ello, la charla en sí misma fue un fuerte pronunciamiento por la victoria de estas importantes luchas en curso. La secretaria general del gremio de docentes universitarios, Gloria Rodríguez, saludó en su inicio.
La charla contó con la presencia de jóvenes universitarios, terciarios y secundarios empeñados en una fuerte campaña por la victoria de los docentes. Trabajadores de diversos gremios de la ciudad y del cordón industrial se acercaron a presenciar la charla. Concurrieron compañeros delegados e integrantes de comisiones internas de numerosas fábricas y una gran cantidad de docentes.
Por el gran número de intervenciones y planteos a la hora del debate, la charla funcionó como una gran asamblea en la cual distintos compañeros daban opiniones al respecto. Altamira comenzó exponiendo sobre el lugar alcanzado por la izquierda en el país. Señaló que la izquierda se ha transformado, a través del Frente de Izquierda y del Partido Obrero en un principio de referente político de la clase obrera y del conjunto de los trabajadores y no ya simplemente en un protagonista sindical. Para la Argentina, esto significa una transición histórica, desde el momento que en la estructura política del país, el movimiento obrero estaba dominado políticamente por el peronismo y por la burocracia sindical. Es decir que estamos disputando la realidad histórica de los últimos cincuenta años.
En referencia a la iniciativa de convocar a un congreso de la izquierda y del movimiento obrero, Altamira expuso que lo que debe comprenderse de nuestra propuesta en relación a este congreso es que queremos señalar públicamente y hacer conciente que la perspectiva política del país tiene un nuevo eje, y es la izquierda y el movimiento obrero como un bloque político común.
El mismo día de la charla, Kicillof anunciaba el depósito a los acreedores. Altamira señaló que pagar 700 millones de dólares en Buenos Aires y 300 en Nueva York significa que los buitres están en casa. La deuda externa es un tributo que pagan los trabajadores argentinos a los capitalistas extranjeros y nacionales. Detrás de este pago, hay una acción desesperada, una aventura. Cuando la izquierda plantea repudiar esta deuda, es porque quiere destinar los recursos del país al desarrollo de los trabajadores y del propio país. Bajo los gobiernos actuales esos recursos salen de la Argentina y vuelven en la forma de un mayor endeudamiento. Es un mecanismo histórico de confiscación del capitalismo sobre los trabajadores.
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