Pero el pueblo -que vive y trabaja en la Capital, el conurbano o La Plata- sabe que no es así.
Las megatorres de lujo y los shoppings han saturado los servicios esenciales.
Entre ellos, los desagües.
También han devorado los espacios verdes, lo que ha convertido al suelo en un verdadero tapón.
La carestía del metro cuadrado hizo que crezcan las villas y asentamientos, en terrenos inundables y construcciones precarias.
La “obra pública” de Kirchner, Macri y Scioli realiza carreras de autos, canchas de tenis internacionales y rutas para los barrios privados.
Pero no atiende la vivienda popular, la construcción de cloacas y la prevención de inundaciones.
Los fondos van a otro lado: al pago de la deuda usuraria, a sostener a los parásitos de las privatizadas.
No. El desastre de estos días no ha tenido nada de “natural”.
Ponemos toda nuestra militancia y nuestra lucha en la solidaridad con los afectados, quienes son nuestros compañeros de barrio, de estudio y de trabajo.
Organicemos con ellos la lucha para que los responsables sociales y políticos paguen la crisis.
1 – Resarcimiento inmediato a todos los afectados, con la sola comprobación del domicilio.
2 – Asistencia estatal a todos los barrios, bajo control de representantes de los vecinos.
3 – Plan de obras públicas y viviendas, sostenido sobre la base del cese del pago de la deuda externa usuraria y de impuestos extraordinarios al gran patrimonio urbano y rural.
4 – Ningún descuento salarial a los trabajadores afectados.
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