El desbarajuste del ‘modelo’ golpea con fuerza a la clase obrera. La inflación del año pasado no ha sido inferior al 25%. A ello, se suma la carga creciente del impuesto al salario: la corrección del mínimo no imponible -de sólo el 16,6% para el año 2013-sumará a nuevos trabajadores al pago del impuesto.
En las paritarias se juega el destino de los ingresos obreros.
Congelamiento trucho
El gobierno tendió sobre la mesa el congelamiento de precios para justificar la imposición de acuerdos salariales a la baja. Pero los precios aumentaron más de un 3% en los meses ‘congelados’. En el caso de los combustibles, el anuncio fue seguido por un naftazo.
A esta altura, el congelamiento sólo le sirve de excusa a la burocracia sindical para redoblar su cepo sobre las paritarias.
La paritaria en La Bancaria fue postergada a cambio de un acuerdo precario de tres meses. En la UTA, el sindicato reclama reabrir la discusión en seis meses. En Luz y Fuerza se impuso un plazo de 18 meses, con un aumento del 20% anual. Algo similar pactó la burocracia adicta en los docentes universitarios. Es muy clara la intención de conseguir un “pacto social” no escrito.
El inmovilismo envuelve también al sindicalismo opositor, el cual aisló a las grandes huelgas docentes de Buenos Aires, Neuquén y Chaco.
Contra estas tentativas, afloran luchas fundamentales como las de los metalúrgicos y los mecánicos (Lear). Los plenarios de la UOM no quieren migajas, los gráficos se han movilizado masivamente reclamando parar por el 35% y han vuelto las asambleas masivas de los petroleros santacruceños. En la UTA crece un movimiento en las internas antiburocráticas para reclamar un básico de 10.000 pesos. La Conadu Histórica ha rechazado el aumento oficial, pactado por las centrales adictas. El paro judicial será fortísimo por abajo, a partir de los ataques de la “reforma” al trabajador judicial.
La burocracia opositora dedica sus esfuerzos a una alianza político-electoral con Lavagna, De La Sota y los restos del duhaldismo.
La CTA Micheli le da la espalda a la huelga docente neuquina y a la de los estatales bonaerenses.
Nuestro partido plantea:
Autoconvocatorias y movilizaciones en reclamo de paritarias libres, por un mínimo de 8.000 pesos, contra los techos salariales oficiales, por la anulación del impuesto al salario, por el 82% móvil, por un plan de lucha de las centrales obreras para conseguir estos reclamos.
El gobierno tendió sobre la mesa el congelamiento de precios para justificar la imposición de acuerdos salariales a la baja. Pero los precios aumentaron más de un 3% en los meses ‘congelados’. En el caso de los combustibles, el anuncio fue seguido por un naftazo.
A esta altura, el congelamiento sólo le sirve de excusa a la burocracia sindical para redoblar su cepo sobre las paritarias.
La paritaria en La Bancaria fue postergada a cambio de un acuerdo precario de tres meses. En la UTA, el sindicato reclama reabrir la discusión en seis meses. En Luz y Fuerza se impuso un plazo de 18 meses, con un aumento del 20% anual. Algo similar pactó la burocracia adicta en los docentes universitarios. Es muy clara la intención de conseguir un “pacto social” no escrito.
El inmovilismo envuelve también al sindicalismo opositor, el cual aisló a las grandes huelgas docentes de Buenos Aires, Neuquén y Chaco.
Contra estas tentativas, afloran luchas fundamentales como las de los metalúrgicos y los mecánicos (Lear). Los plenarios de la UOM no quieren migajas, los gráficos se han movilizado masivamente reclamando parar por el 35% y han vuelto las asambleas masivas de los petroleros santacruceños. En la UTA crece un movimiento en las internas antiburocráticas para reclamar un básico de 10.000 pesos. La Conadu Histórica ha rechazado el aumento oficial, pactado por las centrales adictas. El paro judicial será fortísimo por abajo, a partir de los ataques de la “reforma” al trabajador judicial.
La burocracia opositora dedica sus esfuerzos a una alianza político-electoral con Lavagna, De La Sota y los restos del duhaldismo.
La CTA Micheli le da la espalda a la huelga docente neuquina y a la de los estatales bonaerenses.
Nuestro partido plantea:
Autoconvocatorias y movilizaciones en reclamo de paritarias libres, por un mínimo de 8.000 pesos, contra los techos salariales oficiales, por la anulación del impuesto al salario, por el 82% móvil, por un plan de lucha de las centrales obreras para conseguir estos reclamos.
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