Barrios populares de Rosario, como La Tablada , Las Flores o
Nuevo Alberdi hace tiempo que ya no están bajo la órbita del gobierno.
Directivos de escuelas primarias han reconocido que narcos de la zona han
colaborado para arreglar el deterioro edilicio, del cual el gobierno no se ocupa.
Quién las parió
Las inversiones del capital sojero en Rosario y otras
ciudades sólo han servido para agravar las desigualdades sociales. Se han
propagado las megatorres y emprendimientos de lujo, mientras 80 mil viviendas
se encuentran ociosas y 150 mil trabajadores viven en los llamados
“asentamientos irregulares”.
Pero los narcolavadores recibieron en Rosario otro fuerte
espaldarazo: el impulso al juego privado. La intendencia ‘socialista’ habilitó
el megacasino del empresario “K” Cristóbal López. El juego privado es el eje de
negocios “anexos”: la trata de personas y la prostitución. La implantación de
las bandas narco no se hubiera producido sin el amparo del Estado, del poder
político y del aparato policial. A varios meses de la destitución del jefe de
policía, Tognioli, por sus vinculaciones con el narcotráfico, está siendo
investigado su reemplazante, Cristian Sola, junto a 70 policías por
enriquecimiento ilícito.
El kirchnerismo se ha servido de esta crisis para lanzar una
embestida política sobre el FAP. De Vido anunció partidas presupuestarias para
todas las intendencias locales dispuestas a alinearse con los K. El oficialismo
nacional organizó una marcha de intendentes y presidentes comunales a la
gobernación, para reclamar “un plan de seguridad”, a pesar de que este tampoco
existe en la jurisdicción nacional. Las redes de trata se concentran en los
pequeños municipios del interior provincial, al igual que el aterrizaje
cotidiano de avionetas con carga de toneladas de droga.
Tanto el FAP como los K ofrecen la salida de robustecer el
descompuesto aparato policial y militarizar los barrios. El FAP exige que se
forme “un FBI argentino” contra la droga. Los K plantean “plan contra la
inseguridad” al estilo Brasil, donde dominan los ‘escuadrones de la muerte’. En
México ya hay una guerra sin precedentes entre bandas encapuchadas del ejército
(infiltrado por narcos) contra las bandas de narcos (infiltradas por la DEA y la CIA ). En medio de esta
gravísima crisis social y política, planteamos:
1) el empadronamiento de los desocupados y la formación de
bolsas de trabajo para la obra pública, que se encuentra paralizada por
completo;
2) la urbanización de las barriadas y un plan de viviendas
populares, gravando al gran capital instalado en la provincia (las 120
industrias de facturación millonaria de Santa Fe ni siquiera pagan ingresos
brutos);
3) no a la militarización de los barrios; juicio y castigo
contra los asesinos de los militantes populares -los tres pibes de la Darío Santillán- ;
investigar la complicidad policial y juicio y castigo a todos los jefes de
policía vinculados;
4) apertura de todos los registros y actividades policiales;
por asambleas en los barrios para llevar adelante una acción de combate
político al narcotráfico.
Llamamos a la juventud y a los trabajadores a organizarse
políticamente en oposición a los partidos que han gobernado el país y la
provincia en complicidad con el narcolavado.
Damián Blanco
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