miércoles, 20 de febrero de 2013

Santa Fe: el FAP y los K son cómplices



La Santa Fe del boom sojero ha mostrado su contracara. Los 24 asesinatos en lo que va de 2013 (y 182 en todo 2012) tienen un telón de fondo: zonas enteras de Rosario y otras ciudades sumergidas en la marginación, miseria y desocupación son el escenario de guerras constantes entre bandas narcos. En Rosario, para vigilar las casas de venta de droga en los barrios, los narcos pagan 150 pesos por día.

Barrios populares de Rosario, como La Tablada, Las Flores o Nuevo Alberdi hace tiempo que ya no están bajo la órbita del gobierno. Directivos de escuelas primarias han reconocido que narcos de la zona han colaborado para arreglar el deterioro edilicio, del cual el gobierno no se ocupa.

Quién las parió
Las inversiones del capital sojero en Rosario y otras ciudades sólo han servido para agravar las desigualdades sociales. Se han propagado las megatorres y emprendimientos de lujo, mientras 80 mil viviendas se encuentran ociosas y 150 mil trabajadores viven en los llamados “asentamientos irregulares”.

Pero los narcolavadores recibieron en Rosario otro fuerte espaldarazo: el impulso al juego privado. La intendencia ‘socialista’ habilitó el megacasino del empresario “K” Cristóbal López. El juego privado es el eje de negocios “anexos”: la trata de personas y la prostitución. La implantación de las bandas narco no se hubiera producido sin el amparo del Estado, del poder político y del aparato policial. A varios meses de la destitución del jefe de policía, Tognioli, por sus vinculaciones con el narcotráfico, está siendo investigado su reemplazante, Cristian Sola, junto a 70 policías por enriquecimiento ilícito.

El kirchnerismo se ha servido de esta crisis para lanzar una embestida política sobre el FAP. De Vido anunció partidas presupuestarias para todas las intendencias locales dispuestas a alinearse con los K. El oficialismo nacional organizó una marcha de intendentes y presidentes comunales a la gobernación, para reclamar “un plan de seguridad”, a pesar de que este tampoco existe en la jurisdicción nacional. Las redes de trata se concentran en los pequeños municipios del interior provincial, al igual que el aterrizaje cotidiano de avionetas con carga de toneladas de droga.

Tanto el FAP como los K ofrecen la salida de robustecer el descompuesto aparato policial y militarizar los barrios. El FAP exige que se forme “un FBI argentino” contra la droga. Los K plantean “plan contra la inseguridad” al estilo Brasil, donde dominan los ‘escuadrones de la muerte’. En México ya hay una guerra sin precedentes entre bandas encapuchadas del ejército (infiltrado por narcos) contra las bandas de narcos (infiltradas por la DEA y la CIA). En medio de esta gravísima crisis social y política, planteamos:

1) el empadronamiento de los desocupados y la formación de bolsas de trabajo para la obra pública, que se encuentra paralizada por completo;
2) la urbanización de las barriadas y un plan de viviendas populares, gravando al gran capital instalado en la provincia (las 120 industrias de facturación millonaria de Santa Fe ni siquiera pagan ingresos brutos);
3) no a la militarización de los barrios; juicio y castigo contra los asesinos de los militantes populares -los tres pibes de la Darío Santillán-; investigar la complicidad policial y juicio y castigo a todos los jefes de policía vinculados;
4) apertura de todos los registros y actividades policiales; por asambleas en los barrios para llevar adelante una acción de combate político al narcotráfico.
Llamamos a la juventud y a los trabajadores a organizarse políticamente en oposición a los partidos que han gobernado el país y la provincia en complicidad con el narcolavado.

Damián Blanco

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