Por un Congreso de
Bases del movimiento obrero
La “columna vertebral” tantas veces proclamada por el
kirchnerismo ya está partida en cinco. Y gracias a la propia política oficial.
Después de quebrar a la CTA ,
el gobierno hizo lo mismo con la
CGT.
La razón es clara: para imponer el ajuste, los impuestazos y
las paritarias con cepo, el gobierno no tolera la menor autonomía en los
sindicatos.
La “sintonía fina” exige, no centrales obreras, sino
sucursales de la Casa Rosada.
Del otro lado, quienes apoyaron durante nueve años al
gobierno del 40% de trabajo precario denuncian ahora a los “alcahuetes del
poder”.
Pero no avanzan en un plan de lucha para quebrar la política
que nos impone aguinaldos en cuotas, salarios corroídos por la inflación y
-ahora- suspensiones fabriles.
El gobierno celebra la quiebra de la CGT , pensando en los ajustes
que se vienen.
Pero el mismo día en que las burocracias se partían, la
clase obrera se hacía sentir con fuerza.
Decenas de miles de maestros y estatales volvieron a marchar
en la provincia de Buenos Aires.
Incluso en los sindicatos dirigidos por los
hiperkirchneristas de Yasky o Andrés Rodríguez.
La cooptación servirá para paralizar a algunos burócratas.
No para una clase obrera que, en defensa de sus conquistas, empieza a romper
con el gobierno al que mayoritariamente votó hace meses.
La burocracia sindical, en cualquiera de sus pedazos, carece
de la menor condición para darle un rumbo a las grandes luchas que se vienen.
Los trabajadores no queremos ser convidados de piedra.
Ni en la crisis nacional, ni en el destino de nuestros
sindicatos.
Por un Congreso de Bases del movimiento obrero, para votar
un programa contra el ajuste y por todas las reivindicaciones obreras, hasta la
huelga general.
Unamos ese reclamo a la lucha por una alternativa política
propia de los trabajadores: es decir, la unión de la clase obrera con el
socialismo revolucionario.
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