Vamos por un plan de lucha
En el último periodo, las autoridades de la UNR hicieron un anuncio
llamativo que ya está generando polémica. Proponen aprobar un proyecto que
establece el trabajo voluntario obligatorio para todos los alumnos. El proyecto
en cuestión establecería un mínimo de 80 horas de trabajo voluntario, como
condición obligatoria para el egreso de las 12 facultades de la UNR (Rosario3.com, 27/06).
Según las camarillas, el proyecto “tiene que ver (…) con la
idea de devolver parte de lo que el Estado le brindó al alumno, al darle
educación universitaria en forma gratuita” (ídem). La declaración es toda una
definición política: las camarillas universitarias y el gobierno ven a la
educación como un servicio (por el cual hay que pagar trabajando) y no como un
derecho (el cual tiene que ser garantizado en forma gratuita por el estado).
Un recurso de crisis
Según las declaraciones del rector Maiorana, el trabajo se
concentraría en dependencias del Estado sin descartar la ampliación a entidades
privadas. Llevado a cifras, multiplicando las 80 horas de trabajo obligatorio
por los 75.000 estudiantes de la
UNR , el proyecto convertiría a la universidad en un enorme
semillero de trabajo gratuito, y como se trata de mano de obra calificada se
estaría desligando al Fisco de muchas responsabilidades. Ahora bien, en el
contexto actual -en el que se agrava la crisis fiscal-, este proyecto se
convierte de hecho en un recurso de crisis, ya que es la manera de pasarle a la
educación la factura del rojo en las arcas públicas.
Además, es la otra cara de los ataques a los salarios de los
trabajadores. Mientras se firman paritarias a la baja, se demora el pago de
salarios, se intenta desdoblar los aguinaldos y se carcome parte del salario
por medio del impuesto a las Ganancias -se orientan los recursos estatales
hacia el pago de la deuda y hacia los subsidios, y se exime de impuestos a las
grandes riquezas-, el trabajo gratuito de miles de estudiantes se convierte en
las delicias de las clases poderosas y de sus alcahuetes en el Estado.
Es necesario un plan de lucha
El proyecto forma parte de toda una orientación que las
camarillas buscan imprimirle a la
UNR , ubicándola al servicio de los sectores capitalistas. No
resulta casual que el proyecto se presente en el año donde la Coneau ha declarado su
decisión de desembarcar en la UNR ,
como lo muestra la acreditación de Psicología en mayo pasado, la llegada del
Prohum y del Prosoc, la visita de Néstor Pan (presidente de la Coneau ) a Derecho declarando
que la comisión está también tras esa carrera. Todo muestra la clara decisión
política de desarrollar una iniciativa enteramente privatista en el próximo
período.
La necesidad de un plan de lucha contrasta con la parálisis
política en la que se encuentran los centros de estudiantes e, incluso, la Federación Universitaria ,
desde hace tiempo. El plan de lucha impulsado por las Federaciones combativas
el 18 de mayo fue directamente boicoteado por la dirección de la FUR (PCR, PS, FPDS), que
convocó tres días antes una clase pública para el mediodía -que después
levantaron porque llovía, sin reprogramarla.
A lo Micheli, la
FUR convoca a una movilización al Rectorado -la misma que se
convoca todos los años casi para la misma fecha- y se esfuerza en aclarar que
sólo abarca algunas de las reivindicaciones estudiantiles, limitando la marcha
desde su inicio.
Lejos de quedarnos en marcar las limitaciones de la
iniciativa, la UJS
va a fondo con la convocatoria, que debe ser entendida como el inicio de un
plan de lucha contra el ajuste en la educación. De otro modo, se tratará de una
acción testimonial, incapaz de enfrentar a los ajustadores.
Nazareno Rosario
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