jueves, 5 de julio de 2012

El ajuste en la UNR



 

Vamos por un plan de lucha

En el último periodo, las autoridades de la UNR hicieron un anuncio llamativo que ya está generando polémica. Proponen aprobar un proyecto que establece el trabajo voluntario obligatorio para todos los alumnos. El proyecto en cuestión establecería un mínimo de 80 horas de trabajo voluntario, como condición obligatoria para el egreso de las 12 facultades de la UNR (Rosario3.com, 27/06).

Según las camarillas, el proyecto “tiene que ver (…) con la idea de devolver parte de lo que el Estado le brindó al alumno, al darle educación universitaria en forma gratuita” (ídem). La declaración es toda una definición política: las camarillas universitarias y el gobierno ven a la educación como un servicio (por el cual hay que pagar trabajando) y no como un derecho (el cual tiene que ser garantizado en forma gratuita por el estado).

Un recurso de crisis

Según las declaraciones del rector Maiorana, el trabajo se concentraría en dependencias del Estado sin descartar la ampliación a entidades privadas. Llevado a cifras, multiplicando las 80 horas de trabajo obligatorio por los 75.000 estudiantes de la UNR, el proyecto convertiría a la universidad en un enorme semillero de trabajo gratuito, y como se trata de mano de obra calificada se estaría desligando al Fisco de muchas responsabilidades. Ahora bien, en el contexto actual -en el que se agrava la crisis fiscal-, este proyecto se convierte de hecho en un recurso de crisis, ya que es la manera de pasarle a la educación la factura del rojo en las arcas públicas.

Además, es la otra cara de los ataques a los salarios de los trabajadores. Mientras se firman paritarias a la baja, se demora el pago de salarios, se intenta desdoblar los aguinaldos y se carcome parte del salario por medio del impuesto a las Ganancias -se orientan los recursos estatales hacia el pago de la deuda y hacia los subsidios, y se exime de impuestos a las grandes riquezas-, el trabajo gratuito de miles de estudiantes se convierte en las delicias de las clases poderosas y de sus alcahuetes en el Estado.

Es necesario un plan de lucha

El proyecto forma parte de toda una orientación que las camarillas buscan imprimirle a la UNR, ubicándola al servicio de los sectores capitalistas. No resulta casual que el proyecto se presente en el año donde la Coneau ha declarado su decisión de desembarcar en la UNR, como lo muestra la acreditación de Psicología en mayo pasado, la llegada del Prohum y del Prosoc, la visita de Néstor Pan (presidente de la Coneau) a Derecho declarando que la comisión está también tras esa carrera. Todo muestra la clara decisión política de desarrollar una iniciativa enteramente privatista en el próximo período.

La necesidad de un plan de lucha contrasta con la parálisis política en la que se encuentran los centros de estudiantes e, incluso, la Federación Universitaria, desde hace tiempo. El plan de lucha impulsado por las Federaciones combativas el 18 de mayo fue directamente boicoteado por la dirección de la FUR (PCR, PS, FPDS), que convocó tres días antes una clase pública para el mediodía -que después levantaron porque llovía, sin reprogramarla.

A lo Micheli, la FUR convoca a una movilización al Rectorado -la misma que se convoca todos los años casi para la misma fecha- y se esfuerza en aclarar que sólo abarca algunas de las reivindicaciones estudiantiles, limitando la marcha desde su inicio.

Lejos de quedarnos en marcar las limitaciones de la iniciativa, la UJS va a fondo con la convocatoria, que debe ser entendida como el inicio de un plan de lucha contra el ajuste en la educación. De otro modo, se tratará de una acción testimonial, incapaz de enfrentar a los ajustadores.

Nazareno Rosario

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