Arranca una campaña nacional
Desde hace un tiempo, la camarilla radical que dirige la UNR resolvió ir a fondo en la persecución gremial a los docentes opositores a su gestión. Uno de ellos es el profesor Luis "Cacho" Calarota, docente de la facultad de Humanidades y Artes, delegado por COAD (gremio de los docentes de la UNR) y reconocido militante del Partido Obrero del cordón industrial de San Lorenzo.
Para ello, el rector Maiorana, junto al resto de las camarillas profesorales de la UNR utiliza, entre otras formas de persecución, el mecanismo de la evaluación de la carrera docente. Como no podría ser de otra manera, la ejecutora de dicha evaluación es una Comisión en la cual todos sus miembros son adictos al régimen universitario. De esta manera declaran "negativo en su desempeño" a los docentes opositores para proceder a quitarles el cargo y fortalecer así su camarilla colocando docentes interinos (y puestos a dedo).
Esto fue lo que hicieron con Cacho. Pero al ser delegado gremial de la facultad, sus fueros lo protegían. A pesar de ello, las autoridades iniciaron un pedido para que este amparo gremial le fuera retirado. Ahora, y sobre el final de año, los Tribunales Federales de Rosario fallaron a favor de las autoridades universitarias, dejando a Cacho sin protección gremial. Con este camino allanado, las camarillas ahora van por su expulsión definitiva de la UNR.
Una persecución gremial por donde se la mire
Cacho, como docente y activista sindical luchó desde siempre por las reivindicaciones de la docencia universitaria y del movimiento estudiantil. Como docente de la escuela de Bellas Artes, denunció la política privatizadora y de ataque a la carrera de grado por parte de las autoridades, la falta de cargos, las pésimas condiciones en las cuales se da clase, así como todas y cada una de las reivindicaciones que trabajadores y estudiantes de la universidad hicieron propias. Por ello, estamos ante una persecución gremial para nada improvisada. Echando a los docentes opositores es que las camarillas pretenden actuar más libremente en esta dirección.
Por ello, ya se ha puesto en marcha una respuesta inmediata de las organizaciones gremiales y políticas vinculadas a la lucha universitaria. El primer episodio por la defensa de Cacho será el próximo 27 de diciembre. Marcharemos a los Tribunales Federales de Rosario, donde entregaremos un petitorio firmado por un gran número de representaciones gremiales, comisiones internas, delegados y organizaciones de todo el país. Allí, reclamamos, en primer lugar, que el tribunal que convalidó el desafuero de Cacho habilite el recurso extraordinario de apelación ante la Corte Suprema, junto al reclamo por la restitución de los fueros gremiales.
En estas horas, la campaña se extiende a todas las organizaciones nacionales de la docencia universitaria y del movimiento estudiantil, para que sus pronunciamientos estén presentes en la jornada del 27.
Damián Blanco
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