El acto para respaldar la asunción de Jorgelina Signa a la concejalía de Capitán Bermúdez se transformó en un gran acto clasista para un sector de la vanguardia de la clase obrera del cordón industrial y de Rosario. La elección de Jorgelina fue celebrada como una conquista política del proletariado. Esto explica la nutrida presencia de dirigentes políticos, sindicales y activistas al acto en Capitán Bermúdez, así como la participación de varios delegados recientemente electos en sus empresas. El acto puso de manifiesto el desarrollo de una conciencia de clase, imparable, en el movimiento obrero.
La presencia de dirigentes aceiteros, químicos, papeleros, docentes, de trabajadores del Estado, del peaje, activistas de la construcción y papeleros -en un acto de neta fisonomía política- expresa una fuerte tendencia a la formación de un partido propio de la clase obrera, un partido de trabajadores. Las reflexiones que ellos mismos volcaron antes y después del acto son de significativa importancia política. El discurso de Altamira calzó justo en esta concurrencia cuando planteó que la crisis mundial forzaba a los hombres y mujeres más advertidos del movimiento obrero a plantearse una acción y una organización anticapitalitas.
Varios dirigentes sindicales dijeron explícitamente que la banca de Jorgelina y la inauguración de la Casa del Trabajador tenían un alcance mayor que una conquista parlamentaria de un partido de izquierda, porque plantean la organización política independiente de los activistas obreros y, ulteriormente, de la mayoría de la clase.
Uno de los principales dirigentes de la CTA de Rosario sostuvo que la asunción de Jorgelina era un resultado de la identificación de un gran sector de obreros con la agitación del Partido Obrero contra el trabajo precario en las grandes fábricas del distrito y contra la depredación laboral y ambiental, también por el apoyo constante que dio el PO a todos los conflictos obreros y la denuncia de la flexibilización y de la inseguridad laboral, causantes de centenares de muertes en el cordón.
Para muchos activistas, que en el cordón están en un franco proceso de elección de delegados, la asunción de Jorgelina es parte de su misma lucha. La consideran una avanzada en la formación de una nueva dirección obrera desde los lugares de trabajo y desde la acción política en su conjunto.
La presencia de estudiantes de los nuevos centros que se están formando en el cordón, de los muy activos y militantes jubilados de Bermúdez, quienes libran una lucha por sus reivindicaciones, hasta un sector de pequeños comerciantes que apoyaron su candidatura son parte de esta misma tendencia que recorre a los dirigentes y activistas de los distintos gremios.
Los discursos de Jorgelina y de Altamira coincidieron en captar esta tendencia y expusieron una posición para poner esa bancada al servicio de la organización social y política de los trabajadores de la región.
Juan Ferro
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