Las reuniones de fiscales previas a cada elección son parte de una tradición. En nuestro partido, están presididas por un informe político breve.
La reunión de fiscales de Capitán Bermúdez adquirió, sin embargo, características especiales. En un lugar cedido por un medio comunitario, que nos dio su apoyo público y nos sirvió de "bunker" el fin de semana, la asamblea dio lugar a un hermoso debate político.
El informe inicial, a cargo de Jorgelina, fue excelente. Partió del derrumbe del PJ en el orden provincial y sus posibles incidencias locales. Detalló todos los pasos de la campaña y las innumerables muestras de reconocimiento, el gran esfuerzo militante que superó en agitación callejera (volantes y afiches) a los partidos patronales, pero también se empeñó en señalar los límites y no alentar expectativas que nos pudieran perjudicar en el futuro.
El informe fue fraternalmente cuestionado. Un sector de los fiscales que había trabajado intensamente señaló que las expectativas eran fundadas, porque la campaña del PO había calado hondo en la ciudad y que esto se palpaba. Ellos mismos se mostraban como testimonios de esa realidad y se declararon, desde ese momento, militantes del PO.
La elección mostró que estaban en lo cierto. En Bermúdez tuvimos casi cien fiscales -más de un fiscal por mesa de las 68 del distrito. Ellos pelearon el voto de Jorgelina hasta las últimas horas de la noche, pues querían tener las firmas de todos los presidentes de mesa.
Mucho antes de que el tribunal electoral sancionara los resultados con sus cifras oficiales, los militantes y simpatizantes del PO festejaban el ingreso al Concejo, porque habían creado su propio tribunal de elecciones.
Así vamos oteando el futuro.
Corresponsal
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