Un trabajador de 30 años cayó desde ocho metros de altura y falleció en el acto. Nada pudo hacer: realizaba el trabajo en altura no sólo sin arnés sino siquiera un casco. El empleado trabajaba para una empresa desagotadora, y ésta trataba de liberar los desagües obstruidos de los techos del gimnasio de la escuela Normal Nº 2.
Con éste suman cuatro los accidentes ocurridos en los últimos diez días, tres de ellos fatales. El más grave ocurrió el miércoles de la semana pasada, cuando dos obreros murieron mientras cavaban una zanja, al desmoronarse e inundarse, en las obras de ampliación de una red de cloacas en la zona noroeste.
El otro accidente en una obra en construcción. Allí, un trabajador de la construcción sufrió principio de asfixia al quedar atrapado algunos instantes por un gran cúmulo de tierra, luego de que se derrumbara una pared en la obra en la cual trabajaba.
En los dos casos fatales están involucrados directamente el gobierno municipal y el provincial, que tercerizan los trabajos de su responsabilidad: los dos trabajadores que murieron aplastados en las obras cloacales que están siendo llevadas adelante por la Unión Transitoria de Empresas (UTE) formada por Pecam y Del Sol, contratistas de la Dirección Provincial de la Vivienda y Urbanismo, para la urbanización de la llamada "Zona Cero" de viviendas sociales. En el caso de la escuela, la empresa privada fue contratada por el Fondo de Asistencia Educativa (FAE, organismo conformado por cooperadores y representantes municipales que se encarga del mantenimiento infraestructura escolar).
Queda revelado que en el gobierno "socialista", el boom inmobiliario y la obra pública se asientan sobre la tercerización y la precariedad laboral que se cobra vidas de trabajadores, superando en un 50% el índice nacional de los mal llamados "accidentes laborales" en las obras en construcción, según lo sostuvo el titular de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.
La ley de riesgos de trabajo y los comités mixtos son papel pintado que intentan ocultar el andamiaje de flexibilidad laboral, las muertes y el "accidente" de cada día, que sustentan las ganancias extraordinarias de constructoras y aún el mismo Estado. Terminar con esta situación implica, por un lado, la efectivización de todos los tercerizados y, por otro, la formación de comités de higiene y seguridad compuestos por trabajadores electos en asamblea, con fuero gremial y con poder para parar la producción o el trabajo frente a cualquier riesgo.
Silvia Coronel
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