La imposibilidad constitucional de la reelección de Binner ha desatado una feroz interna en el Frente Cívico, entre Bonfanti, actual ministro de Gobierno; Gustiniani, diputado nacional y dirigente del PS nacional; Barletta, intendente de Santa Fe capital, y Lifschitz, el intendente de Rosario, pero, además, hay un choque con el ARI y el PJ que configuran una creciente crisis política provincial.
En la interna del Frente Cívico, el propio Binner ha tomado partido por su ministro Bonfanti, un hombre de la "gestión" y riñón directo del gobernador de la primera hora. Esta apresurada "instalación" de Bonfanti disparó una gran lucha política en el Frente Cívico. Giustiniani, que maneja el aparato nacional del PS y que tiene mayor instalación política nacional, salió a postularse abiertamente también como posible sucesor.
Casi en las sombras, Lifchitz, el intendente de Rosario, está tejiendo también, alrededor de un enorme aparato asistencial creado en Rosario, su futura postulación.
El planteo del binnerismo a favor de las retenciones segmentadas y de que sea el Ejecutivo (y no el Congreso) quien fije los porcentajes de retención, abrió una crisis con la CC de Carrió, quien defiende eliminar las retenciones de todos los granos y rebajar un 10% a la soja.
Sin embargo, la coincidencia de Binner con Alfonsín para eliminar las retenciones en un plazo equis, refuerza las posibilidades de un acuerdo entre Alfonsín y Binner como formula presidencial.
La llamada "reactivación económica" proveniente de la exportación de soja no ha arrojado ningún cambio para los sectores explotados. En la provincia aumentó la pobreza y los nuevos de puestos de trabajo son mayoritariamente en negro. En las fábricas, las patronales impusieron una enorme precarización y flexibilidad laboral con la complicidad de los funcionarios binneristas, de los gobiernos municipales y de las burocracias de la CGT y CTA, lo cual es la base de los sistemáticos accidentes laborales. El carácter trucho de la ley de los comités mixtos de higiene y seguridad del binnerismo quedó al desnudo en cada accidente y con cada muerte de obreros.
El gobierno provincial se ha declarado prescindente en los grandes conflictos del último período. El Ministerio de Trabajo provincial ‘acompañó las decisiones políticas que tomó el gobierno nacional en los conflictos de General Motors, Malhe, Cotar, SanCor y Paraná Metal y Fundición Ferreira, Binner no asumió ningún compromiso del Estado provincial en el cierre de Lavadero Virasoro, en el cierre de Malhe ni en el desmantelamiento de la fundición Ferreira y de Paraná Metal.
La gestión de los "socialistas" tiene un fuerte carácter parasitario, alienta la concentración capitalista Rosario, donde hay un proceso de hipervaloración de la tierra y de especulación inmobiliaria. El metro cuadrado de tierra en Rosario es de los más altos, medidos en dólares, de los últimos treinta años.
La política de los "socialistas" está acelerando la desindustrialización y la expulsión a la periferia de los sectores populares para transformar a Rosario en una ciudad turística, donde domine el capital especulativo y del juego.
El PJ también juega en la crisis
El gobierno kirchnerista dirige enteramente la política laboral de Santa Fe. Para ganar terreno electoral está realizando las inversiones en la obra pública (acueducto centro-oeste de Santa Fe, la circunvalación, distribuidora de electricidad en Puerto San Martín, etc.). Todas las fracciones reconocen que la presentación dividida del PJ imposibilitaría que puedan reconquistar la provincia. Por esta razón están sondeando una fórmula única.
El kirchnerismo está impulsando un reagrupamiento paralelo, pero no opuesto, por ahora, a Rossi, con Marconatto, un clásico puntero. Una veintena de intendencias justicialistas están recibiendo plata e inversiones por fuera del gobierno provincial.
Hay una profunda crisis de la burocracia sindical: se encuentran abiertamente divididas tanto la CGT como la CTA provinciales. Las CGT de Rosario y de San Lorenzo están alineadas entre el kirchnerismo y el Peronismo Federal. Moyano desembarcó en la provincia para quedarse con la mitad de la CGT de Rosario y también con una cantidad de gremios en San Lorenzo, donde avanza de prepo sobre sindicatos independientes como el Sutra Covi (sindicato del Peaje) para anexarlos a camioneros.
Las elecciones de la CTA la han dejado en manos de Yasky y profundizado la integración del sector ex MIC (Teres-Casiello, CCC y el MST) a la burocracia de Micheli-De Gennaro. Este bloque político (mayoritariamente es tributario de Proyecto Sur) ha dado un "apoyo crítico" al gobierno de Binner. Avanzó en diferentes grados de integración como Acedo, el dirigente de ATE Rosario que metió "técnicos" en el Ministerio de Trabajo.
Esta política de "apoyo crítico" tuvo nefastas consecuencias en las luchas de los trabajadores de Mahle, donde la CTA no convocó a ningún paro regional y ahondó el aislamiento impuesto por la burocracia de la UOM, mientras alentó la intervención del Ministerio de Trabajo "socialista", que realizó un certero trabajo de desgaste para quebrar la lucha. En Paraná Metal, la dirección de Piccinini-Actis, enrolada en la lista con Acedo-Teres, llevó a la derrota de esta gran lucha.
Las grandes luchas obreras de la provincia han permitido a centenares de activistas hacer una experiencia a fondo con la política provincial de Binner y con los distintos sectores de la burocracia sindical. Está planteado superar políticamente los alineamientos que van detrás de las distintas variantes patronales e impulsar una reagrupamiento político de los trabajadores.
Es necesario quebrar definitivamente la política binnerista en la educación y reabrir con un plan de lucha las paritarias para que no se postergue hasta marzo el sueldo de los docentes, desarrollar una campaña provincial por el 82% móvil, ocupar definitivamente la SanCor hasta la reincorporación de todos los cesantes y terminar con el trabajo en negro y los contratados eternos en los cordones industriales.
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